¿Qué hacer hoy, 10 de noviembre, en Barcelona?

Hace ya muchas semanas que han acabado las vacaciones y ahora que las fotos son, casi siempre, digitales se ha perdido aquella hermosa costumbre de guardar los recuerdos de cada verano en un álbum de fotos recopilatorio que nos devuelve a aquellos días de ocio. Pero hay quien convierte ese periodo estival en su objeto de estudio y de trabajo como el fotógrafo Txema Salvans quien, en su exposición irónicamente titulada Perfect day (tomada de la canción homónima de Lou Reed), lanza su mirada crítica en torno a la sobreexplotación del litoral mediterráneo. La Fundació Foto Colectania ofrece, hasta el 21 de noviembre, la posibilidad de descubrir casi medio centenar de estas imágenes tomadas desde el 2005 hasta el 2020 en distintos puntos costeros desde Girona hasta Algeciras, recogidas igualmente en un libro.

No hay mar, pero sí fábricas

Su colección tiene varias características. La primera de ellas es que en ninguna de sus fotos se ve el mar, lo que considera clave porque “amplifica la sensación de extrañeza, de desolación, y sobre todo me ayuda a hablar del Mediterráneo como un ejemplo de lo que se denomina la tragedia de los bienes comunes en la cual varios individuos, motivados por el interés personal y actuando racionalmente, terminan por destruir un recurso compartido limitado (el común) o sea el Mediterráneo, por tierra, mar y aire”, explica el autor.

En la mayoría de sus imágenes vemos a gente humilde en bañador en momentos de ocio pero, en el paisaje casi siempre hay un factor distorsionador que rompe el idílico descanso: una fábrica, una grúa, el hormigón o un anuncio. La economía, la industria o el desarrollo urbanístico están por encima del soñado paraíso. En este sentido está también un monólogo de la serie True detective que está destacado en un rincón de la muestra. Se trata de unas frases del agente Rust Cohle, que interpretaba Matthew McConaughey, en las cuales cuestiona la irresponsabilidad humana frente a la naturaleza.

Marina d’Or y las industrias

En las primeras imágenes podemos ver una piscina o unas barcas infantiles con el empleado que las cuida, el que se encarga de los inflables para que salten los peques o el de la carroza, detalles de Oropesa del Mar, la tan cacareada Marina d’Or, la ciudad de vacaciones, donde una atracción mal diseñada obliga a que haya un operario que empuje a la gente que baja sobre un flotador para el siguiente tobogán. Y hasta está la entrada de una plaza de toros desierta mientras la están regando.

La gente en las piscinas de los apartamentos son otros de sus protagonistas habituales, o tomando el sol junto a una enorme parabólica pero los que de verdad impactan son los jóvenes bañistas enamorados en la arena entre barcas y como las chimeneas de una fábrica al fondo destrozando el romántico momento en San Roque. Pero no son los únicos, también están una familia con sus dos perros, una mujer tumbada en una hamaca y otras dos con la tortuga inflable o el hombre en una cancha deportiva pero el escenario no cambia demasiado a sus espaldas, el skyline industrial.

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La construcción y el sosiego

La construcción también acaba ahogando a quienes simplemente toman algo en una terraza o la gigantesca grúa que observa a quienes están en el solárium. Hay pescadores que intentan conseguir su presa en una acequia, una pareja de picnic en Cartagena junto a la sede de la base de submarinos de la Armada y aparcamientos de grandes superficies que sirven de refugio a quienes quieren probar una pequeña moto o sencillamente reposar.

La imagen de portada, Torrevieja, (sí, en Alicante, donde regalaban los apartamentos en el Un, dos, tres...) es quizás la más sosegada, donde los protagonistas parecen distribuidos en la perspectiva como si fuera un cuadro, sentados o tumbados en unos bancos, de pie en unas rocas o el niño con el cazamariposas junto a una palmera y una caseta al fondo. Tan solo la papelera poco estética en primer plano estropea el conjunto. Una vez más, nada es perfecto.

Una entrevista de propina

Por último, tras la visita es recomendable acercarse hasta la pequeña sala de proyecciones donde se puede recabar más información sobre el artista por medio de una entrevista del programa Terrícoles, de betevé, en la que el periodista David Guzmán dialoga con Salvans, quien desvela más secretos de su trabajo y de esta muestra. Una exposición que descubre que, tras lo que podría ser un día perfecto, se esconde un decorado de acero que muestra la auténtica y cruda realidad.

<div class="ep-film"> <div class="thumb"> <img alt="item" class="loading" src="https://estaticos-cdn.elperiodico.com/clip/clip/909d6122-12bf-4510-8f6b-f97f21df72a2_media-libre-aspect-ratio_default_0.jpg" pinger-seen="true" data-was-processed="true"> </div> <div class="txt"> <h3>'Perfect day'</h3> <p><strong>¿Dónde?</strong> Fundació Foto Colectania (paseo de Picasso, 14).</p> <p><strong>¿Cuándo?</strong> miércoles a sábado (de 11 a 14.30 y de 16 a 20 horas). Domingo, de 11 a 15 horas. Hasta el 21 de noviembre.</p> <p><strong>Precio:</strong> de 3 a 4 euros.</p> <p><strong>Más información:</strong> <a href="http://fotocolectania.org/es/exhibition/145/txema-salvans-perfect-day" target="_blank">Fundació Foto Colectania.</a></p> </div></div>