'Bullying' por una mochila

El acoso escolar es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan algunos niños aunque determinadas escuelas prefieren mirar hacia otro lado y hacer la vista gorda. Y es que el bullying provoca un gran sufrimiento en los pequeños y puede tener graves consecuencias. Este es el tema principal de El pequeño poni, una obra producida por la Sala Flyhard, pero no el único ya que es mostrado desde la perspectiva de los padres de una víctima y también apela a su responsabilidad. Esta pieza, que fue estrenada en el 2019, se ha recuperado con motivo del Día Internacional contra el Bullying (celebrado el pasado domingo) y puede verse ahora en unas sesiones matinales los sábados y domingos en La Villarroel acompañada, en determinadas fechas, por debates posteriores con expertos en la materia.

El escenario representa un comedor familiar en el que podemos ver a mano izquierda un mueble con un cuaderno, una jarra de agua, cervezas y un piano; en el centro, una mesa con dos sillas, sobre la cual hay unos vasos y varios boles, uno con fresas y otro con cacahuetes y, a la derecha, una butaca. En el prólogo, los protagonistas, Jaime (Sergio Matamala, #Life Spoiler) e Irene (Glòria Sirvent, Homes) conversan sobre banalidades como las curiosidades de los astronautas o un libro de autoayuda hasta que surge el asunto importante, han recibido una llamada de la escuela porque quieren hablar con ellos de su hijo, Luismi.

La mochila de la discordia

Un cartel nos advierte de que es una historia inspirada en hechos reales e iremos viendo cómo transcurren los días a lo largo de un mes. El problema radica en que el chico lleva una mochila muy llamativa y con colores chillones de unos ponis, lo que provoca que todo el colegio se ría de él. Los padres discuten sobre lo que deben hacer, lo más fácil sería que cambiara de mochila y punto, pero el muchacho asegura que le hace sentir seguro y le protege.

Su dependencia de ese objeto irá cada vez a más para desesperación de los progenitores y, con ella, sus problemas irán creciendo hasta llegar a la violencia física. Frente a ello, en vez de adoptar una postura conjunta, Jaime e Irene tienen opiniones enfrentadas sobre cómo reaccionar ante la situación y cada uno actúa por su cuenta según su criterio, lo que provoca que todo vaya a peor.

Preguntas y reflexiones

Es un montaje que plantea muchas preguntas y reflexiones y que habla del odio al que es diferente por no querer seguir a la mayoría, la libertad personal, el derecho a ser independiente, la irresponsabilidad de la escuela al convertir en culpable a una víctima, las dudas de los padres sobre si están educando adecuadamente a su hijo o si han dejado de escuchar lo que él piensa. Todo ello con un texto detallista y sutil de Paco Bezerra (Viaje a Tindspunkt, Dentro de la tierra) y la ajustada dirección de Mercè Vila Godoy (Lo nuestro, Por culpa de Yoko).

Provoca en el espectador algo de (sano) desconcierto ya que va cambiando de opinión a medida que avanza la trama. A veces piensa como Jaime y otras como Irene, lo que provoca que nos vayamos planteando el tema desde puntos de vista muy distintos y hasta opuestos. A todo esto, el niño es únicamente mostrado por medio de proyecciones y solo deducimos lo que piensa por lo que cuentan los padres.

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El caso real y los actos complementarios

El suceso verídico en el que está basada ocurrió en Carolina del Norte en el 2014, cuando a un niño de nueve años, Grayson, le fue prohibida la entrada a su colegio por llevar una mochila de su serie animada favorita, Mi pequeño pony, lo que había provocado, según la dirección una “disrupción en el aula”, que se convirtió en un acoso generalizado. El caso se viralizó ya que los padres abrieron una página de Facebook (Support for Grayson) donde recibieron miles de muestras de apoyo y se hizo tan popular que hasta fue entrevistado en televisión. La obra está dedicada a la lucha del pequeño Grayson.

Hoy tendrá lugar una de esas charlas complementarias, con los actores y siempre con la aportación de un experto, que versará sobre las herramientas y los recursos para hacer un trabajo emocional con estos niños; el día 22 se hablará sobre cómo hacer frente al bullying desde casa y desde el colegio; mientras que el día 23 habrá una actividad para familias para sensibilizar sobre este problema y cómo actuar frente a los jóvenes tanto si son víctimas, agresores o meros testigos. Un tema importante que la sociedad debe resolver para que los niños del mañana puedan tener la libertad de ser como deseen.