Toma pan y moja

Tres platos para días de lluvia en Barcelona

Hunde la cara en los manjares de estos restaurantes y estarás preparado para el diluvio universal 

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Ramen de Kobuta.

Ramen de Kobuta. / Instagram

Òscar Broc

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Cuando llueve, hay gente que observa el mundo desde su ventana, taza de rooibos en mano. Para otros, en cambio, las cuatro gotitas que espolvorea Dios sobre Barcelona, no son motivo suficiente para convertirse en protas de una novela de Máximo Huerta. Son los que no tienen miedo a mojarse el pescuezo para comer fuera. A estos valientes que se enfrentan al chirimiri sin paraguas, les dedico tres platos para días de lluvia. 

Primera parada, Japón. En la izquierda del Eixample ha abierto hace poco el segundo restaurante Kobuta (Gran Via, 439), famoso por la calidad de su ramen y tapas tradicionales niponas. En su nuevo emplazamiento, se rigen por los mismos estándares de calidad del santuario original de Sants-Montjutïc (Súria, 6). Kobuta presume de sus fideos japoneses de Hokkaido porque puede. Caldos trabajados, pasta top, un pollo frito a la japonesa obligatorio y vocación de taberna. Hunde la cara en el shoyu ramen de la casa y estarás preparado para el diluvio universal. 

En la marisquería urbana Batea (Gran Via, 605), han encontrado un remedio concentrado para superar lloviznas primaverales. Son los raviolis de cocido gallego con gamba roja y suquet. Piezas que parecen de joyería y que están preñadas de un bálsamo caldoso con más poder que el agua de Lourdes. Italia y España enviando ondas caloríficas de placer máximo a todos los rincones de tu cerebro. 

Y de los raviolis a la gallega, saltamos a unas gyozas a la catalana. Son las que preparan en Polleria Fontana (Sant Lluís, 9), reservorio de la buena mesa en las profundidades de Gràcia. Se trata de unas piezas generosas, que hacen chup-chup, con un relleno que es puro confort: pollo rustido a la catalana con ciruelas y orejones. Y si el agua te ha metido el escalofrío en el cuerpo, te pides el meloso de ternera de segundo y se te irá la tontería al primer bocado. 

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