La colomba: el bollo de 1 kg que tienes que comer esta Semana Santa

Hay enajenados que vivirían en una Navidad perpetua solo para comer panettone todos los días del año. Sin el componente navideño, este bollo italiano pierde el grueso de su sentido, y por mucho que haya tiendas que lo vendan toda la temporada, solo unos pocos chalados lo consumen porque sí. 

Me gusta imaginar que precisamente por eso se inventó la colomba, para que la gente saciara su sed de panettone durante otra festividad tocha, en este caso Semana Santa. 

Como su nombre indica, el bollo tiene forma de paloma, y su masa está menos aireada, pues su morfología pajaril es más compactada. No obstante, es hermana casi gemela del panettone. Y con eso me vale. 

Así que corro como un poseso hacia la heladería-pastelería siciliana Da Gallo (Mallorca, 277 / Canvis Vells, 2). Entre sus cannoli y cubetas de gelato, me espera aleteando impaciente su colomba de pistacho, un monstruo de 1 kg de peso que podría alimentar a todos los espartanos de '300'. 

Panettone encubierto

Me parece maravilloso que en Italia exista un panettone encubierto para la Pascua, especialmente si llega tuneado con un recubrimiento crocante y toneladas de deliciosa crema de pistacho en su interior. La pieza está rica, rica. Es gochismo desencadenado. La suavidad del bollo y las cremosas explosiones de pistacho la hacen irresistible. Me tengo que poner un babero de calçotada para no mancharme el batín. Cuesta 38 euros y no deja prisioneros. 

Observo que Da Gallo también cuenta con otra bestia de idéntico gramaje, pero con varias excavadoras de Nutella en sus adentros. Si eres clásico, por 28 euros puedes llevarte a casa el formato tradicional. Y si eres curioso, puedes hasta pedir una ración individual. Uno de los únicos pecados permitidos en estos días de contrición y arrepentimiento. Que nuestra báscula nos coja confesados.  

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