CIUDAD ON
Un 'Operación Triunfo' individual
¿Eres cantante de ducha? En esta escuela de canto te sentirás como un concursante de 'OT' en 4 sesiones
Ana Sánchez
Periodista
En vez de “¿cómo estás?”, a ella le preguntan “¿que has hecho qué?”. No sabe cocinar, pero sí tirar hachas. Si le haces una pregunta retórica, lo más probable es que la responda. Autora de ‘Barcelona increíble’ (Ediciones B).
ANA SÁNCHEZ
Es cruzar la puerta y entrarte ganas de llorar de emoción a lo Bustamante en sus tiempos lacrimógenos de 'OT'. Hay una pecera insonorizada con pianista y un alumno que se presenta como «cantante de ducha». Igualito que en un concurso de la tele, pero sin nadie con gafas de sol a la vista. Como estés mucho tiempo aquí, piensas, te irás queriendo hacerle la cobra a alguien.
Se llama como un 'talent show': '¡Canta!, aprende a cantar tu canción'. Pero aquí no hay cásting, basta con pasar la Visa. Esto es una escuela de canto privada: <strong>Gershwin Vocal Studio</strong>. Hace apenas dos meses que ofrece este programa de canto individual. Te preparan para que interpretes una canción en cuatro sesiones de una hora -prometen- como si fueras a salir a un escenario. Dan opción de grabar un audio e incluso un vídeo musical. Desde 50 hasta 500 euros, «dependiendo de las necesidades del interesado». Una forma sutil de decir que depende si el interesado desafina como Enrique Iglesias o como Leticia Sabater.
Llegas, ding dong, y te abre la puerta Elisabeth Castro. Es la directora del centro, vocal 'coach', logopeda. ¿Que quieres cantar la canción de 'Chandelier', la de Sia? No te mirará como a una loca, aunque haya mil vídeos en YouTube de gente poniéndose bizca al intentar llegar a los agudos del estribillo.
Elisabeth seguirá sonriendo sin poner cara de apocalipsis cuando le enseñes el tema ante el micro y suenes como un caniche. «¿Elijo otra canción?», preguntas. «Nooo -responde-. Haz: güiiii, güi güi güiiiiiii». Y canta la melodía del estribillo acompañándose con el piano y repitiendo «güi» en vez de la letra. «Luego vas adaptando el texto al güi, y eso te dará fuerza». Tú la imitas: "Güiii, güi güi güiii". Ahí va, pero si llegas a la nota. «Bien -sonríe-. Ahí empezaríamos».
A LO ÀNGEL LLÀCER
En otra sala está el director pedagógico, Ricardo Miranda, practicando técnica con el «cantante de ducha». Parecen dos teleñecos. «Ñi, ñi, ñi, ñi, ñi…». «Estos ejercicios -explica Ricardo- activan la musculatura de las cuerdas vocales». Es como ir a un gimnasio. De nota.
«Adaptamos la técnica a la canción», explica la directora. «La gente lo que tiene son problemas técnicos -añade-. Normalmente los que tienen sensibilidad para cantar afinan algo». Los cantantes temporales que han pasado por aquí son, sobre todo, novios y novias que quieren dar la nota en su boda sin hacerse virales en YouTube.
Son como los ensayos de la tele. Elisabeth saca su lado Àngel Llàcer. Te hace cantar y reír a la vez. En vez de «baja la laringe», te dice «bosteza» o «imagínate un hipopótamo» (lo dice con voz de hipopótamo de Disney), o una ballena, o un lobo aullando. «Si es flamenco, le pides: 'Llórame un poquito'», se ríe. «No puedes estar un año haciendo técnica para que tengan sus trucos».
Cada vez hay más gente que quiere aprender a cantar -añade la directora-. Hay más interés. Yo creo que son los programas». De 'Operación Triunfo' a 'Tu cara me suena'. «Están sacando vergüenzas -dice-. Yo estoy a favor. Realzan el deseo de cantar». Y eso que aún nadie enseña a cantar las 40.
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