teatro
La Meri y su álbum familiar
José Carlos Sorribes
Periodista
José Carlos Sorribes
La calle es un 'vietnam' (Pere IV vive y sufre una aparatosa reforma entre zanjas y vallas) pero la entrada en la nueva Sala Beckett te atrapa con el aroma viejo y de energía particular que emana la antigua cooperativa Justícia i Pau, del Poblenou. Toda una referencia de la cooperación social a lo largo de casi un siglo hasta que dejó de funcionar en 1980. Ese espacio con memoria grabada a fuego recibe hoy con los brazos abiertos a la sala-trampolín de la autoría teatral catalana de las últimas décadas.
La Beckett ya prepara para el próximo mes la 'première' oficial y antes nos ofrece un aperitivo en su segunda sala. Se trata de 'Kilòmetres', una pieza modesta, muy emotiva, delicada, en la que la actriz 'gironina' Meritxell Yanes abre su álbum familiar en una acción casi anacrónica en estos días de agitada y obsesiva digitalización.
No pretende nada, pero descubre mucho. Primero, el sentido homenaje de la intérprete hacia su abuela Encarnació, que ejerce de hilo conductor y cuyos recuerdos y pequeñas historias explicadas a su nieta poco antes de fallecer ponen en pie el montaje. Es el tributo también a generaciones que navegaron a contracorriente en el convulso siglo XX español. Sobre todo en esos días de guerra infame, de cartas desde el frente, de algún cambio de bando, de fusilamientos, y luego de familias del franquismo que llegaban a tener 14 hijos y muchos fatigosos kilómetros vitales a cuestas.
La Meri ha buscado para tejer su 'flash-back' personal la compañía de Marilia Samper (una 'teatrera' nacida en Brasil, de formación sevillana y madurez catalana) con una dramaturgia y una dirección siempre al servicio de un relato tan íntimo. Es decir, a partir de una puesta en escena que no se nota.
MALETAS Y ZAPATOS
Se vale para ello de poco más que una butaca blanca, unas maletas, unos bolsos y una pantalla que sitúa (casi siempre con proyecciones de fotos) el devenir de las tres generaciones. Esas maletas son la metáfora de un periplo que va de Girona a Canarias, pasando incluso por Venezuela. Un viaje y un árbol familiar del que brotan pares de zapatos conforme crece su copa.
Es la historia de Meri Yanes, pero también la de mucha gente anónima que amó, sufrió y vivió sin hacer ruido. Ese río de la vida que la actriz desemboca (por ahora) en sus dos hijos, nietos de la abuela Encarnació y del abuelo Marcos, del abuelo Joan y de la abuela Carme. «Vivir, morir y volver a vivir». Así cierra Meritxell Yanes estos 'Kilòmetres' de la nueva Beckett.
Un ejercicio sobre la memoria muy oportuno entre las paredes de la que fuera la admirable cooperativa Justícia i Pau. Y que hoy se reconvierte en lo que se presiente un magnífico espacio de formación, creación y exhibición escénica. A la misma altura, por lo menos, de lo que José Sanchis Sinisterra montó en 1989 en una calle en pendiente de Gràcia.
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