interferencias

La voz, ese instrumento

NANDO CRUZ

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ZARPAZOS DE REALIDAD

En este encuentro internacional de acomodados treintañeros de clase media (principalmente), se agradece que algún artista nos recuerde qué momento histórico vivimos. Senior i el Cor Brutal escupió tanta rabia como los asturianos Fasenuova. Y además concretó: «Lo próximo que harán esos que mandan es follarse a vuestras madres, mujeres, hijas y mascotas. No os matarán porque tenéis que trabajar». Refree fue más sutil: dedicó Gallo rojo (Chico Sánchez Ferlosio) a nuestros hijos.

EL ANGELITO NEGRO

Está tan mal vista la discrepancia estos días que cuando Sharon van Etten declaró estar tocando en el sitio más feo que había visto en su vida, el insultadero de twitter empezó a plantear pegas a su actuación. No confundamos. Su carisma borde es tan indiscutible como su magnetismo interpretativo. Extrajo motivación de no se sabe dónde y alzó majestuosos lamentos vocales apoyada en una banda escueta pero imponente. Angelical amargura en uno de los pases más rotundos del festival.

LOS PULMONES DE MANGUM

Si en el 2011 Sufjan Stevens actuó dos días en el Auditori, este año lo ha relevado Jeff Mangum con un espectáculo opuesto. Solo voz y guitarra. Pero qué voz. ¡Y qué pulmones! Ese grito desaforado, controlado y prolongado hasta lo imposible le permitía reinventar las canciones con entonaciones caprichosas e intuitivas como el vuelo de una bandada de estorninos. Por eso, el público, que el sábado fue invitado por el estadounidense a acercarse hasta el escenario, le atendió hipnotizado.

UNA CORAL DE SEIS

Sus amigos de The Olivia Tremor Control también explotaron al máximo el poder de la voz humana. Seis músicos: seis voces. Se turnaban la melodía principal y se respaldaban unos a otros con armonías de barroquismo fraternal. Su psicodelia silvestre, como los Beach Boys y los Kinks rehogados en una marmita de setas, cobró tal intensidad que este escriba creyó ver caras y burbujas proyectadas en las velas del puerto.