POLÍTICA EXTERIOR

Feijóo fija postura sobre el Estado palestino: sin oponerse, distancia de Aznar y contra la unilateralidad de Sánchez

En Génova evitan la crítica de fondo sobre el reconocimiento y se centran en las formas: ahora no es el momento sin más apoyos internacionales. Feijóo evita guiños a la dureza de Aznar y vuelve a defender la solución de los dos Estados

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados, durante el debate sobre política exterior.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados, durante el debate sobre política exterior. / José Luis Roca

Paloma Esteban / Mario Saavedra

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Si el PP reprocha habitualmente a Pedro Sánchez buscar protagonismo fuera de España y “esconder sus problemas internos” -ahora también con el ‘caso Koldo’ y la inestabilidad de sus socios- refugiándose en la política exterior, una de las críticas que más se repite desde Moncloa al líder de la oposición es su escasa proyección internacional y la indefinición de su partido en cuestiones clave. Desde que el presidente del Gobierno aceleró su iniciativa de reconocer el Estado palestino de forma inminente, incluso aunque no recabe más apoyos internacionales tras los viajes que va a emprender, los populares han evitado entrar al choque de fondo

La crítica en las formas hacia Sánchez se repite porque consideran que el socialista ha roto con la tradición de que las decisiones en política exterior sean siempre una posición de Estado consensuada con el otro gran partido rival e informando al Congreso. Ocurrió con el giro sobre el Sáhara occidental que irritó profundamente a Argelia, y vuelve a ocurrir ahora con el Estado palestino. 

El PP, sin embargo, ha optado por un perfil bajo en la crítica, insistiendo en la postura que siempre ha defendido: la solución de los dos Estados, que también incluyó en el programa electoral del pasado mes de julio. Además, como publicó este diario, en Génova aseguran que no es un asunto “que mueva votos”, ni que tenga incidencia en las dos citas electorales que están a la vuelta de la esquina. Las europeas de junio son otro escenario y, en todo caso, el PP recalca que su postura precisamente llama al consenso comunitario. 

Es exactamente lo que decía la iniciativa de 2014 que salió aprobada por unanimidad en el Congreso bajo el Gobierno de Mariano Rajoy, y que hablaba de reconocer el Estado palestino, “promoviendo de manera coordinada con la UE” ese reconocimiento, y defendiendo “la coexistencia” de los dos Estados, también e de Israel.

El propio Feijóo reprochó a Sánchez en el debate de ayer en el Congreso que hiciera “tanto anuncio” sin esperar a que “países de más peso” se sumen en busca de “un titular” y a sabiendas, llegó a decir, que esa decisión -el reconocimiento unilateral- en este momento puede ser “más perjudicial” para los palestinos. “El cómo y el cuándo puede ser lo más importante”, dijo el líder popular, sin oponerse en realidad a esa decisión cuando se den las circunstancias políticas y de seguridad.

El dirigente conservador, así lo entendieron en su partido, despejó las dudas y las acusaciones de los últimos días, y se alejó de la dureza expresada por José María Aznar hace unos días cuando despreció la idea del reconocimiento del Estado palestino. “¿A qué Estado se refiere? Si eso no existe. Reconocer lo que no existe es absurdo”, insistió el expresidente del Gobierno, que recibió una respuesta de Sánchez: “Existe y existirá”. El socialista no desaprovechó la oportunidad de acusar a Feijóo en sede parlamentaria de “dejarse llevar” por esos sectores de la derecha. Pero el dirigente gallego no secundó la visión de Aznar.

Y tampoco lo hizo Isabel Díaz Ayuso, muy cercana al expresidente del PP, y que este miércoles también aseguró en un acto: "En plena campaña [Sánchez] ha decidido ponerse a la cabeza de la cuestión palestina, que yo considero respetable, pero no era el momento. El Estado palestino no es una cuestión que yo creo ahora resuelva las cosas. No estoy en contra, digo que no sé a qué viene”, afirmó la presidenta de la Comunidad de Madrid, en clara sintonía con el mensaje que Feijóo quiso transmitir.

El PP no secunda la unilateralidad con la que actúa Sánchez, pero especialmente por lo que implica descolgarse de la búsqueda de consensos y porque en Génova consideran que “solo quiere encontrar relevancia jugando a ser un líder mundial que no es” para “huir de la realidad en España” que, para el primer partido de la oposición, es muy cruda: no ganó las elecciones, sufrió una debacle en Galicia, no tiene socios estables, ha tenido que hacer cesiones muy duras como la amnistía y tampoco ha podido aprobar los Presupuestos Generales. 

A eso se suma, dicen en Génova, las propias discrepancias en materia de Defensa con sus socios de la coalición (ayer Sánchez anunció aumento del gasto militar) mientras que en el Consejo de Ministros se sientan, recordó Feijóo en la tribuna, “ministros que no condenaron el ataque de Hamás”. El PP miraba a Sira Rego, que el día del brutal atentado contra israelíes el pasado octubre -todavía sin ser ministra- decía: “Palestina tiene derecho a resistir tras décadas de ocupación, apartheid y exilio. Frente a quienes hoy defienden volver al castigo colectivo bombardeando la Franja de Gaza, es urgente defender el derecho internacional. La única solución es el fin de la ocupación”.

Sánchez impulsa un polo hacia el reconocimiento

Sánchez lleva, en realidad, desde el comienzo de la guerra en Gaza tratando de configurar un polo de países europeos favorables al reconocimiento de un Estado palestino, y en los próximos días va a tratar de consolidarlo y aumentarlo con una gira por diversos países europeos y una ronda de llamadas con otros gobiernos más. Uno de los viajes más simbólicos será a Noruega. El país es conocido por impulsar el proceso secreto de negociación que en 1993 acabó con los Acuerdos de Oslo; lo más cerca que se ha estado de la paz en la región. Sánchez estará el viernes allí y si consigue el “sí” del país nórdico. se llevará el premio gordo de esta gira.

El mismo viernes se encontrará con el nuevo presidente de Irlanda, Simon Harris. Es de prever que mantenga el apoyo que acordó su predecesor con Sánchez el pasado 22 de marzo. Ya el lunes recibirá en España al nuevo primer ministro portugués, Luís Montenegro. Despejará con el líder conservador, que ganó las últimas elecciones, la incógnita de si apoya la idea del reconocimiento. Y continuará en Eslovenia y en Bélgica la próxima semana. El primer país ya se ha embarcado; el segundo parece estar también por la labor, pero tiene que mantener la neutralidad al menos hasta junio, cuando termina su presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea.

El reconocimiento del Estado palestino es una declaración política (aunque con consecuencias jurídicas) que pretende, sobre todo, insuflar oxígeno a la moribunda “solución de los dos Estados”, uno palestino que conviva junto al israelí. Cuantos más países lo reconozcan (ya lo hacen 139 de 193 países de todo el mundo), más presión se ejercerá contra Israel, que ocupa a la fuerza parte de los territorios palestinos. 

Sánchez quiere aprovechar la inercia diplomática internacional. En Naciones Unidas ya se ha cursado esta semana la petición de la Autoridad Nacional Palestina de que se les admita como Estado miembro. Malta, uno de los países del eje propalestino de la UE, preside el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Eso facilita el trámite inicial. Aunque es previsible el veto de Estados Unidos en ese Consejo, también lo es que los países del “quinteto árabe” (Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y la propia Palestina) lleven el asunto a la Asamblea General del mismo organismo. Con ese quinteto también se ha reunido Sánchez en las últimas semanas.