Las consecuencias de la medida de gracia

Sánchez pide a la sociedad española que "confíe" en la amnistía como motor de "prosperidad económica"

El líder socialista asegura que "hay Gobierno para rato" y se prepara para aprobar "cuanto antes" los Presupuestos de este año

El presidente español Pedro Sánchez se reúne con su homólogo Chileno Gabriel Boric

El presidente español Pedro Sánchez se reúne con su homólogo Chileno Gabriel Boric / Fernando Calvo Pool Moncloa

Juan Ruiz Sierra

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Pedro Sánchez se siente hoy más fuerte que ayer. Con el pacto de la ley de amnistía con Junts y ERC recién salido del horno, despejando así la gran incógnita que planeaba sobre el futuro de la legislatura, el líder socialista se prepara para presentar los Presupuestos Generales del Estado “cuanto antes” y avisa: “Hay Gobierno para rato”. 

Desde Santiago de Chile, en la segunda etapa de su viaje oficial que también le ha llevado en esta crucial semana a Brasil, el jefe del Ejecutivo defendió este viernes la medida de gracia por sus presuntos efectos sobre la “reconciliación” y la “convivencia” territorial, como suele hacer siempre que tiene oportunidad. Pero también utilizó un argumento novedoso. La ley, que será aprobada el próximo jueves por el Congreso y después será enviada al Senado (donde el PP empleará su mayoría absoluta para tenerla varada durante cerca de dos meses) tendrá, dijo, consecuencias positivas sobre la “prosperidad económica” de España. 

El retorno de las empresas a Catalunya

Sánchez, en un momento delicado tras los malos resultados en Galicia y el estallido del 'caso Koldo', aludía aquí a dos cuestiones que no citó directamente. Por un lado, al habitual mensaje de los dirigentes del PP de que son ellos quienes gestionan mejor la economía. Por otro, la comparación con 2017, con Mariano Rajoy en la Moncloa, cuando el procés provocó que numerosas empresas decidiesen abandonar sus sedes en Catalunya. 

“Yo le pido a la ciudadanía española que pueda ver con dudas la ley de amnistía, como pudo ver con dudas también los indultos hace años, que confíe en esta medida. Va a ser beneficiosa para la reconciliación y va a ser fundamental para garantizar la prosperidad económica en nuestro país durante los próximos años. Porque hoy en Catalunya hay inversión y hay turismo porque hay concordia, porque hay convivencia y porque hay reconciliación”, señaló Sánchez junto a su homólogo chileno, Gabriel Boric. 

Sus palabras también tienen otra derivada: los Presupuestos. El presidente del Gobierno evitó ligar la amnistía a las cuentas públicas, pero sus colaboradores siempre han reconocido durante estas semanas marcadas por la incógnita, después de que Junts decidiese votar en contra de la ley a finales de enero, que sin acuerdo sobre la primera iniciativa no sería posible abordar en serio la segunda. 

“El objetivo del Gobierno de España es claro: queremos aprobar los Presupuestos de 2024, queremos aprobar también los de 2025 y aspiramos a aprobar los de 2026. En definitiva, hay Gobierno para rato, porque vamos a hacer muchas cosas durante estos próximos cuatro años en el ámbito de la convivencia, el empleo y los derechos sociales. A eso nos vamos a consagrar. Vamos a hablar con todas las fuerzas parlamentarias para sacar cuanto antes los Presupuestos Generales del Estado”, explicó el jefe del Ejecutivo.

Durante unos breves instantes, se puso en la piel de sus principales adversarios. “Le pese a quien le pese, van a ser cuatro años más de Gobierno de coalición progresista -aseguró Sánchez-. Se les harán muy largos a la oposición, pero así es la democracia, que el pasado 23 de julio dijo que quería cuatro años más para consolidar avances y continuar con la agenda de transformaciones”.

Las "energías despilfarradas"

A partir de aquí, Sánchez volvió a incidir, como es habitual en él, en el "impecable" encaje de la amnistía dentro de la Carta Magna. La ley, que para tranquilizar a Carles Puigdemont obvia el Código Penal cuando se refiere al terrorismo y solo excluye este delito en su versión más grave según los estándares del derecho europeo, es “perfectamente constitucional”, dijo. Al dejar atrás las “consecuencias judiciales” del procés, el presidente confía en que, seis años y medio después del referéndum de independencia celebrado en Catalunya, la crisis territorial desaparezca. O al menos, pase a ocupar un lugar muy residual. 

“Fíjense en la cantidad de energía que estamos despilfarrando en hablar sobre una crisis y un conflicto del año 2017. No se puede hablar de las crisis que sufre el mundo, de Gaza y Ucrania, de los problemas reales y presentes que tiene España, como la sequía, la desigualdad, el mercado de trabajo y la reindustrialización. Por tanto, ¿cuál es la tarea de un gobierno? No es polarizar, sino llamar a la reconciliación, construir convivencia, porque sin convivencia y sin reconciliación es muy difícil sentar las bases para la prosperidad económica y social de un país. Eso es lo que estamos haciendo con la ley de amnistía”, argumentó. 

Frente a esos esfuerzos, el PP, que según el relato del líder socialista está volviendo a “fallar” a una “gran cita” como es esta. “Lo que me llama profundamente la atención es que aquel que fue responsable de esta crisis institucional y territorial no solo no se siente interpelado, sino que incluso se siente ajeno. Ese es el sino de la derecha española. Pero yo no voy a diluir mis responsabilidades”, concluyó Sánchez, que este sábado protagonizará un mitin junto a José Luis Rodríguez Zapatero en Bilbao. Las elecciones vascas tendrán lugar el 21 de abril. No pintan muy bien para el PSOE, que se conforma con reeditar su actual coalición junto al PNV, con los socialistas como socios minoritarios. Pero pintan aún peor para el PP.