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Meritxell Serret

Meritxell Serret / FERRAN NADEU

Carlota Camps

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Las animadversiones y hostilidades entre ERC y Junts no cesan y, este lunes, se han vuelto a hacer evidentes durante la comparecencia de la consellera de Exteriors, Meritxell Serret, en el Parlament para detallar el presupuesto destinado a su departamento. Se trata de un acto protocolario que deben afrontar todos los consellers antes de la votación de las enmiendas a la totalidad de las cuentas, pero sirve para calibrar el estado de las relaciones entre los partidos. Y, en esta ocasión, mientras que el PSC -que votará favorablemente a las cifras- exhibía guante de seda, el resentimiento entre el ejecutivo y los posconvergentes se hacía evidente, más de un año y medio después de romper la coalición.

No es una dinámica nueva y, de hecho, se ha repetido en más de una comisión, pero el intercambio de reproches en la de Exteriors ha sido de los más agrios. "Si Junts priorizara el país, no tendríamos el trabajo que tenemos para convencer a nuestros aliados y a los medios de que Catalunya no es un país antiinmigración y de que no tenemos ningún interés con el Kremlin", ha llegado a afirmar Serret, visiblemente molesta por las críticas que previamente había lanzado el diputado de Junts, Josep Rius. El también portavoz del partido había acusado al ejecutivo liderado por Pere Aragonès de ser el "peor" Govern de la Generalitat y de priorizar solo los intereses partidistas.

"Su objetivo es la silla, no el país. ERC tiene el partido en la cabeza, Junts tiene el país", ha aseverado Rius, a lo que Serret ha replicado reprochándoles haber "abandonado el país" con su marcha del ejecutivo. "Si el PSC hoy puede hacer de muleta es porque ustedes abandonaron el Govern", ha remachado. Hasta aquí se trata de las críticas habituales entre ambos exsocios, pero este lunes la discusión parlamentaria ha salido especialmente de tono cuando Serret ha puesto sobre la mesa los contactos con Rusia.

Rius ha acusado a la consellera de estar comprando el discurso de la "caverna" y ha tachado el reproche de "lamentable". También ha reivindicado la política migratoria de su partido, asegurando que se trata de un "reto" europeo al que se debe hacer frente desde "todas las vertientes", y ha denunciado que ERC lo use como "arma arrojadiza". Todo ello tras un agrio discurso del posconvergente contra la acción exterior del ejecutivo, que ha tenido más tono de mitin electoral que de comparecencia en comisión parlamentaria, y en el que ha acusado Serret de "poca ambición". "Viajar no es hacer política exterior. Se hace más desde el exilio que desde el Govern", ha llegado a sostener.

Los Comuns y el Hard Rock

Pero más allá del encontronazo con Junts, y de las críticas esperables de Vox, Cs y el PP; Serret también ha tenido que afrontar los avisos de los Comuns, que siguen sin garantizar su apoyo a las cuentas. Así lo ha advertido la diputada Susanna Segovia, que ha recordado que su línea roja sigue siendo el rechazo al proyecto del Hard Rock y ha afeado al Govern que haya aprobado y empezado a tramitar las cuentas sin contar con su voto afirmativo. Republicanos y socialistas suman 66 diputados, dos menos que la mayoría absoluta, por lo que necesitan dos votos afirmativos más, o cuatro abstenciones.

"Han considerado que con el PSC ya les bastaba. Se han avanzado. No es descartable, para nada, que las enmiendas a la totalidad echen atrás el presupuesto", ha aseverado Segovia. Serret, por su parte, ha asegurado no entender por qué hacen del Hard Rock su "bandera", si no hay recursos destinados a este proyecto en las cuentas, y ha defendido que el Govern no tienen "capacidad de intervenir legalmente" porque se trata de "un acuerdo entre privados", siguiendo la línea argumental del Govern que defiende que descartar el proyecto podría comportar una reclamación millonaria. Sin embargo, la consellera se ha mostrado convencida de que hay "margen" para pactar.

Con todo, Serret ha aprovechado también su comparecencia para sacar pecho del aumento de presupuesto en acción exterior y, especialmente, de los 3,5 millones más destinados a las 'embajadas' de la Generalitat que elevan esta partida hasta los 19 millones totales. También ha reivindicado los casi 48 millones que se han consignado para la cooperación. La primera votación parlamentaria de las cuentas, que decidirá si siguen su curso en la Cámara o caen es saco roto, será el próximo 13 de marzo. La votación definitiva se prevé alrededor del 9 de abril.