MOCIÓN DE CENSURA

El PSOE aísla el acuerdo con Bildu a Pamplona para soslayar las críticas y repetirá pactos con el PNV tras las vascas

Fuentes parlamentarias de la formación abertzale defienden que sería "lógico y coherente" un entendimiento con los socialistas vascos

Tanto en el PSN como en Ferraz ponen en valor que el acuerdo implica por parte de EH Bildu asumir "principios y valores éticos y democráticos"

El portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona, Joseba Asiron.

El portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona, Joseba Asiron. / EP

Iván Gil

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El acuerdo del PSN-PSOE con EH Bildu para darles la alcaldía de Pamplona a través de una moción de censura ha generado un terremoto en la política navarra. Con réplicas en Madrid, Euskadi y dentro de algunos sectores del partido, por lo que Ferraz se ha apresurado en intentar aislar el acuerdo con los abertzales. Lo circunscriben únicamente a Pamplona y a las dinámicas propias de su política municipal, que describen como de “parálisis y bloqueo” con un gobierno en minoría de UPN centrado en confrontar con el gobierno autonómico de la socialista María Chivite y poniendo en riesgo fondos europeos, según denuncian. Los socialistas vascos, por su parte, cierran la puerta a un posible entendimiento con EH Bildu tras las próximas elecciones autonómicas.

Desde el equipo del candidato socialista a lehendakari, Eneko Andueza, aseguran que movimiento en la capital navarra “para nada” cambia su diagnóstico sobre los pactos electorales. Su pretensión pasa por repetir coalición con el PNV y mantener el cordón sanitario a EH Bildu practicado tras las elecciones municipales y forales, aun echando mano de los votos del PP para ello. En el PSE se sacuden la presión sobre el cambio de socios, que alimentan desde la izquierda abertzale, para cuestionar que nadie se plantee un pacto entre PNV y EH Bildu cuando los primeros también apoyan la moción de censura a través de Geroa Bai.

La vía EH Bildu junto a la izquierda confederal está cerrada. Al menos tras los próximos comicios. Fuentes parlamentarias de la formación abertzale, sin embargo, consideran que sería “lógico y coherente” un entendimiento tras las próximas elecciones vascas. Si se puede en Madrid y en Navarra, “¿por qué no en Euskadi?”, se preguntan las mismas fuentes de la dirección de EH Bildu en el Congreso. Si bien reconocen las resistencias de los socialistas vascos a explorar esta alternativa, esperan que madure a “largo plazo”. Eso sí, afean a Andueza que haya hecho casi un lema de precampaña su negativa a pactar con EH Bildu y creen que tras el pacto en Pamplona “se le complican un poco las cosas”.

En el PSE también rechazan que vaya a afectar a sus expectativas electorales y defienden mantener su posición por la máxima de la “estabilidad institucional” combinada con el objetivo de arrastrar al futuro gobierno a posiciones “más transformadoras”. El propio Eneko Andueza se esforzaba este miércoles por calificar la moción de censura contra la alcaldesa de UPN Cristina Ibarrola como “una cuestión que corresponde a los compañeros del Partido Socialista de Navarra, que han tomado esa decisión". En declaraciones recogidas por 'Europa Press', Andueza insistía en que "se circunscribe a una cuestión local" y avanzaba que su partido "no va a hacer Lehendakari al candidato de EH Bildu", Pello Otxandiano.

Desde EH Bildu hasta el PNV coinciden en señalar que el paso adelante del PSN rompiendo una cláusula de exclusión histórica solo se ha podido producir después de las elecciones generales y la investidura de Pedro Sánchez. En el PSOE niegan que este acuerdo formase parte de un pacto con EH Bildu para la investidura y asegurán que no se extenderá a otras instituciones. Además, hacen hincapié en que no formarán parte de la corporación municipal. Tras las elecciones municipales, los socialistas navarros decidieron no sumar sus votos a los de EH Bildu para arrebatar alcaldías a UPN, como fue el caso de Estella. Los abertzales, por su parte, sí favorecieron la reelección de María Chivite al frente de la presidencia autonómica.

El salto de Elma Saiz al Gobierno de Pedro Sánchez como ministra de Seguridad Social es otro de los elementos que habría propiciado esta decisión, según apuntan fuentes conocedoras del proceso de negociación. Sanz fue la candidata del PSN a la alcaldía de Pamplona, tras ser la mano derecha de Chivite en el Gobierno navarro, y siempre aseguró que nunca haría alcalde a Joseba Asiron (EH Bildu). Su sustitución habría favorecido el relevo por otros cuadros más proclives al escenario de “un tiempo nuevo”.

El pacto siempre negado

Tanto en el PSN como en Ferraz ponen en valor que el acuerdo con EH Bildu, además de políticas municipales, implica por parte de los abertzales asumir “principios y valores éticos y democráticos” que hasta ahora les impedían un mayor entendimiento. En Pamplona y en otros municipios, así como a nivel autonómico. Se refieren con ello a lo que se plasma en el segundo punto del acuerdo bajo el epígrafe de ‘Memoria, justicia y reparación’.

“Nos comprometemos a trabajar para generar un clima político de entendimiento que mire al futuro, sin olvidar el pasado, desde la convicción política y ética de que es necesario el reconocimiento y reparación de las víctimas generadas por la violencia de ETA, evitando en todo momento que se puedan generar situaciones de humillación, así como manteniendo en buen estado los elementos de recuerdo y homenaje a las víctimas del terrorismo”, recoge el documento firmado por ambos partidos. Un compromiso que dejaría entreabierta la puerta más acercamientos a futuro al superar uno de los principales obstáculos que hasta ahora señalaban los socialistas.

Con esta suerte de cesión, en Ferraz buscan soslayar las críticas internas a un acuerdo que siempre se negaron en la dirección federal y en la federación navarra. Las diferentes federaciones ha optado por desentenderse y no entrar a valorar el acuerdo. Bien por alejarse de la política de sus territorios o bien por entender que compete solo al PSN. En general, se deja sentir la falta de entusiasmo, que hasta hace pocos meses se expresaban como reticencias abiertas, pese evitar reacciones públicas.

Críticas internas

Solo el líder de los socialistas en Aragón, Javier Lambán, mostró un rotundo rechazo a través de las redes sociales, con un duro mensaje. “Lamento que los herederos de ETA vayan a hacerse con la alcaldía de Pamplona y me produce una profunda desolación que vayan a hacerlo con el apoyo de los socialistas de Navarra”. Tras ello reclamaba que “los políticos moderados se tienen que retirar al ‘rincón de pensar’ para alejar a España del abismo”. El presidente socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no se pronunció, aunque son habituales sus sonoras críticas al entendimiento con EH Bildu por razones similares a las expresadas por Lambán.

Donde no se soslayó el asunto fue en el Congreso. El PP logró reenfocar la primera sesión de control al Gobierno de la legislatura para denunciar lo que Alberto Núñez Feijóo calificó como “pacto encapuchado”. El ministro de Transportes, Óscar Puente, quien ya ha dado muestran de que no rehuirá ningún debate, fue el encargado de asumir la defensa de esta decisión: "No tengo ningún problema con que una fuerza progresista recupere una capital de provincia, es una menos para la derecha".