Migrantes

La policía frustra el intento de un centenar de jóvenes marroquíes de saltar la valla de Melilla

Es el primer intento importante en año y medio, si bien la presión migratoria por mar se ha intensificado desde entonces

Vista aérea de Melilla.

Vista aérea de Melilla. / Shutterstock

EFE

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Un centenar de jóvenes marroquíes han intentado entrar de manera irregular a Melilla en la noche de este lunes saltando la valla fronteriza entre España y Marruecos en la ciudad autónoma, aunque las fuerzas de seguridad del país vecino los han interceptado, evitando que pudieran alcanzar la alambrada.

Se trata del primer intento de salto masivo que se produce en la valla de Melilla en casi un año y medio, después del que hubo el 24 de junio de 2022, que se saldó con 23 fallecidos en el lado marroquí de la valla, según las autoridades de dicho país.

Según han informado fuentes de la Delegación del Gobierno en Melilla, este intento de entrada se ha producido en las inmediaciones del paso fronterizo de Barrio Chino, la misma zona donde tuvo lugar el trágico intento de salto a la valla del 24-J del año pasado.

La Guardia Civil ha llevado a cabo un importante despliegue de patrullas en la zona de Barrio Chino como consecuencia de este intento de aproximación al perímetro fronterizo, durante el cual se han podido escuchar desde el casco urbano de Melilla algunas detonaciones al otro lado de la valla.

La Delegación del Gobierno en Melilla ha señalado que “como consecuencia de este episodio”, la Guardia Civil mantendrá el dispositivo de seguridad desplegado como medida preventiva “por si se produjera alguna situación parecida en las próximas horas”.

Tras el 24-J, los intentos de entrada irregular por la valla de Melilla han sido muy limitados debido al fuerte control de seguridad al que ha estado sometida, dando lugar, por primera vez, a dos entradas de migrantes que sortearon los obstáculos sobrevolando el perímetro en parapente, una en diciembre de 2022 y otra hace escasamente un mes.

La dificultad de saltar la valla se ha traducido en una fuerte presión migratoria por mar, protagonizada sobre todo por ciudadanos marroquíes debido a la imposibilidad de cruzar el paso fronterizo terrestre hacia Melilla desde su reapertura el 17 de mayo de 2022 por la necesidad de un visado.