El PP traslada el conflicto a los claustros

Libre elección de lengua: Vox abdica de su promesa estrella en Baleares

La ultraderecha acepta un texto que diluye por completo sus aspiraciones iniciales a pesar de sus contantes amenazas de ruptura, mientras los populares sitúan a los docentes en el centro del conflicto

Las portavoces de Vox y PP, Idoia Ribas y Marga Duran, rubricando el acuerdo.

Las portavoces de Vox y PP, Idoia Ribas y Marga Duran, rubricando el acuerdo. / PP/VOX

Guillem Porcel

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La libre elección de lengua en Baleares se convirtió en un callejón sin salida en el que Vox consiguió acorralar al Partido Popular, aunque tras un forcejeo político la ultraderecha ha acabado por sacar la bandera blanca y aceptar un texto que diluye por completo sus exigencias iniciales. Mientras tanto, los populares han decidido cargar toda la responsabilidad sobre los hombros de directores profesores de colegio, que serán los encargados de decidir en última instancia si aplican o no la segregación lingüística ante las presiones de los padres y madres.

La renuncia por parte de Vox para llegar a un acuerdo ha sido absoluta, asumiendo el planteamiento contraofensivo del PP tras dos reuniones inocuas. La ultraderecha ha pasado de exigir "garantizar la libre elección de lengua de enseñanza en educación infantil y primaria a partir del curso 2024/2025" a contentarse con un simple "en los centros en los que sea posible, y su extensión durante toda la legislatura al resto de centros, siempre respetando la autonomía de centro". Para entender la magnitud de la abdicación, este acuerdo supone incluso una rebaja respecto a las enmiendas que presentó el PP hace dos semanas en el Parlament balear ―y que la ultraderecha aseguró que no les convencían por insuficientes―, en las que hablaban de "garantizar la libre elección de lengua en Infantil y Primer Ciclo de Primaria para el curso 2024/2025 en los centros que sea posible".

Además, en el segundo punto de la propuesta de máximos que presentó inicialmente Vox se hablaba de "extender la libre elección de lengua al resto de enseñanzas —ESO, Bachillerato y Formación Profesional— a partir del curso 2025/2026", una propuesta que ha quedado diluida al máximo con un redactado totalmente ambiguo: "La aplicación de este plan voluntario será el curso 2024/2025 para Infantil y Primaria y 2025/2026 para Secundaria. Se estudiará la viabilidad de incluir posteriormente las etapas de Bachillerato y Formación Profesional". Un acuerdo que finaliza con una guinda porque "esta propuesta contará con la participación y con la consulta de toda la comunidad educativa de la región", una comunidad educativa que ya ha entonado el grito de guerra contra este pacto.

El planteamiento del acuerdo firmado entre PP y Vox supone de facto un problema para los profesores y directores de los centros educativos de las islas, tal y como confiesan en privado. Dejar la última palabra a la autonomía de centros supone que las exigencias de los padres y madres se plantearán a los equipos directivos de los colegios, a los que exigirán que apliquen la norma a pesar de tener todo el derecho a no implementarlo si no concuerda con su plan educativo. Esto significa que el PP ha conseguido esquivar una bala de Vox, pero tendrá daños colaterales en los claustros de los colegios.

Sorprendió el mutismo absoluto de Vox en la jornada de ayer, tratándose de un partido dado a la hipérbole y al acto castrense de colocarse medallas. El diputado nacional Jorge Campos, que ha sido muy beligerante con este tema, se limitó a describir el acuerdo como "un paso", sin especificar hacia dónde.

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