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El PSOE y Junts ven encarrilada la investidura a falta de resolver el escollo del mediador

¿Elecciones o investidura? El pronóstico de los opinadores de EL PERIÓDICO

Sánchez defiende a fondo la amnistía: "Catalunya está lista para el reencuentro total"

Sánchez pide por carta el aval de la militancia del PSOE a la amnistía por "responsabilidad histórica"

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont.

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont.

Fidel Masreal
Juan Ruiz Sierra
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¿Alguien cree que Pedro Sánchez se habría mojado en el comité federal del PSOE defendiendo la amnistía en profundidad si no hubiera previamente serias opciones de pacto? Esta pregunta, cargada de lógica, proviene de fuentes de la dirección de Junts. Pese al mutismo oficial, los posconvergentes transmiten cada día que pasa más optimismo respecto al pacto. También los socialistas. Unos y otros ven ya "encarrilado" el acuerdo, a falta de cuestiones no menores como la figura del mediador para ir validando las conversaciones que tengan lugar a lo largo de la próxima legislatura.

Junts no ha convocado todavía a su consejo nacional, su máximo órgano entre congresos, para ratificar el acuerdo. El partido tiene previsto una reunión de este ente el día 2 de diciembre, cinco días más tarde de la fecha límite para evitar nuevas elecciones, pero es de carácter ordinario. El martes se reunirá la permanente, el núcleo duro del partido, un organismo en el que sí se ponen en común las visicitudes de la investidura. Este encuentro puede ser clave para dar carta de naturaleza al optimiismo prudente que cunde en la formación independentista.

La ley de amnistía

El PSOE apuesta porque la semana que ahora empieza sea la final para sellar el pacto que reelija a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Los socialistas evitan dar nada por hecho (“no solo depende de nosotros”, insisten), pero creen muy probable que a lo largo de los próximos días se vayan cerrando acuerdos con ERC, Bildu, el PNV, el BNG y Junts, que es la pieza sobre la que bascula toda la investidura. Los colaboradores de Sánchez siempre han confiado en el entendimiento con el resto de grupos, pero no tanto con el partido de Carles Puigdemont. Ahora ya sí. Incluso los más pesimistas aseguran que casi todo está “encarrilado”.

Yo sufriré hasta el último segundo, pero las cosas parecen bien enfocadas”, señala un ministro que tras las elecciones del 23 de julio consideraba que el pacto con los posconvergentes era “muy difícil” y después ha pasado meses explicando que la reelección de Sánchez tenía “un 50% de posibilidades”. 

La ley de amnistía ya está prácticamente redactada. De hecho, el problema apenas se ha situado en los artículos de la propia norma, que será breve, sino en su exposición de motivos. Finalmente, explican los socialistas, evitará valoraciones sobre lo ocurrido durante el ‘procés’ de 2017, centrándose en una descripción fáctica como forma de elevarse por encima de las diferencias con el independentismo catalán.

El último obstáculo

Aun así, continúa habiendo un escollo: el mediador que reclama Junts para que vigile que se cumplen los términos del futuro acuerdo. Según Puigdemont, debe ser una figura internacional, algo que los socialistas, dispuestos a que el pacto cuente con dispositivos de verificación, rechazan. 

Pero unos y otros anticipan que encontrarán una fórmula que permita solventar este obstáculo, con la mirada puesta en que la fecha de la investidura se anuncie esta semana, después de la jura de la Constitución el martes por parte de la princesa Leonor, para que el debate en el Congreso tenga lugar la siguiente. La previsión puede cambiar, pero los diputados del PSOE ya han recibido la directriz de que tienen que estar en Madrid durante esos días, un escenario que los colaboradores de Sánchez también han hecho llegar a Junts. Que la figura del mediador sea el principal escollo significa que el grueso de las conversaciones, presididas por una discreción respetada por ambas partes, ha evolucionado favorablemente.

Tras meses de negociación sumida en la discreción, todo se dirige ahora a un pacto que reelija a Sánchez al frente de la Moncloa y evite la repetición electoral. La mayor prueba de este cada vez más seguro desenlace, junto a las impresiones que transmiten los negociadores en privado, es el discurso que Sánchez pronunció el pasado sábado en el comité federal del PSOE. El presidente del Gobierno en funciones dejó atrás su silencio sobre la amnistía para abrazar sin medias tintas la controvertida medida de gracia. 

Catalunya está lista para el reencuentro total. Los representantes de más del 80% de los catalanes respaldan esta medida. Y por esas mismas razones, en el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Catalunya por los hechos acaecidos en la década pasada”, dijo Sánchez, que este lunes ha enviado una carta a la militancia socialista en la que pide su apoyo en la consulta convocada para ratificar el acuerdo con Sumar y vuelve a defender la medida de gracia.

"Para alcanzar la mayoría necesaria que nos permita seguir avanzando en la senda del progreso y la convivencia, tenemos que acordar con una mayoría parlamentaria aún más amplia. Una mayoría que demanda seguir avanzando en el reencuentro para superar las heridas aún abiertas, producto de una crisis que los socialistas heredamos al llegar al Gobierno. Tengo la convicción de que la amnistía contribuirá a hacerlo. La experiencia nos dice que es el camino correcto, como acredita el éxito de medidas adoptadas en la pasada legislatura. Medidas que han contribuido de forma innegable a mejorar la convivencia en Cataluña", señala el escrito.  

El recorrido

Para llegar a este optimismo, las negociaciones han transcurrido y transcurren con una discreción respetada por ambas partes. Junts cree estar generando avances históricos como la petición formal de que el catalán sea lengua oficial en la UE y la propia ley de amnstía, y al mismo tiempo ha cedido en los tempos, porque ambas medidas no serán todavía una realidad cuando se vote la investidura. Además, cuenta con que se pueda rubricar el pacto con un apuesta formal por el reconocimiento de Catalunya. Para la firma final, como avanzó EL PERIÓDICO, no se descarta un acto del PSOE con Puigdemont en Bélgica.

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