Acuerdo de Gobierno

El PSOE ve más cerca la investidura tras pactar con Sumar pero elude una fecha: "Sería poner una pistola en la cabeza de Junts"

Ferraz ha convocado para este sábado un Comité Federal para activar la consulta a las bases sobre el acuerdo de coalición

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez.

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. / José Luis Roca

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El acuerdo de coalición es una pista de aterrizaje para el resto de pactos de investidura, según defienden tanto PSOE como Sumar. La señal de que “llega el momento”, explican fuentes directas del equipo negociador de Ferraz. “Creo que puede animar” a desencallar otras negociaciones, añaden las mismas fuentes socialistas, incluida la compleja pieza de Junts. Para Sumar, la reedición de la coalición con la firma del documento programático este martes entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, es el punto de inflexión necesario para provocar “una cascada” de acuerdos con sus potenciales socios soberanistas.

En el equipo negociador del PSOE, encabezado por María Jesús Montero, celebraban este martes que el acuerdo se haya cerrado antes incluso de lo previsto. Ambas formaciones se fijaron como horizonte el mes de octubre y, el hecho de sellarlo antes de rematar el mes, lo destacan como positivo para desbrozar el camino a la investidura. El acuerdo “acelera” las negociaciones, concluyen fuentes de Moncloa. “Las negociaciones llegan a un momento que se pueden alargar todo lo que se quiera, hasta el infinito, pero el acuerdo ya estaba maduro. Es muy positivo que se haya producido esta semana”, señalan fuentes de la cúpula de Ferraz mirando de reojo a las fuerzas con las que siguen negociando. Tras cerrar el acuerdo, Ferraz ha convocado un Comité Federal para este sábado, como adelantó este diario, para activar la consulta a las bases sobre el acuerdo de coalición

Ni en Ferraz ni en la Moncloa se deja entrever preocupación porque todavía no haya fecha de investidura. Es más, avanzan desde la dirección socialista que tampoco se fijará en los próximos días. La razón es que Junts, cuyo apoyo sigue siendo el más difícil de encajar tras una legislatura apostando por la confrontación con el Gobierno de coalición, lo vería como un órdago. Según reconocen los socialistas implicados en las negociaciones, en referencia al partido de Carles Puigdemont, “ellos tampoco quieren que nosotros hablemos de fecha. Lo perciben como una pistola en la cabeza”. Pese a todo, se muestran optimistas y las mismas fuentes reiteran que “seguimos avanzando”.

Pese a ver la investidura más cerca tras sellar el acuerdo de coalición, la única fecha con la que se trabaja es con el límite del 27 de noviembre. El margen de 60 días desde la primera votación en la investidura de Alberto Núñez Feijóo que, de consumarse sin antes formar gobierno, se disolverían de forma automática las Cortes Generales para volver a colocar las urnas.

“La certeza es que será antes del 27 de noviembre”, concluía en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros la portavoz en funciones, Isabel Rodríguez. Una respuesta de argumentario a la que acuden todos los socialistas cuando se les pregunta sobre la fecha y las presiones del PP para que se fije ya. Hacerlo, reconocen ahora, sería contraproducente para la buena marcha de las negociaciones. Hasta hace unos días, el argumento al que más recurrían en la Moncloa era el de comparar a Junts con un “transatlántico”. Un buque de tamañas dimensiones que necesitaría de tiempo para virar de las posiciones más rupturistas de sus últimos años al pragmatismo de un acuerdo que siempre implica renuncias por ambas partes.

Los socialistas aseguran también ser conscientes de la “pugna” entre ERC y Junts, por lo que su intención pasa por intentar un acuerdo en paralelo con ambos. No privilegiar a uno sobre el otro y mantener el difícil equilibrio. Su competición electoral, entienden en el PSOE, dificulta que rebajen sus posiciones de máximos o que se aceleren los acuerdos por su batalla para capitalizarlos.

La prioridad de ambos es quién tiene la hegemonía en Cataluña y eso obliga a ser cuidadosos en las negociaciones para no soliviantar ni a republicanos ni a posconvergentes. De ahí que, aunque se aluda a que la fecha de investidura no se fija para no enturbiar las conversaciones con Junts, por extensión se evita igualmente por salvaguardar la mesa de negociación con ERC. La intención es ir de la mano de ambos hasta el final y el calendario dependerá de cómo evolucionen las conversaciones, sin interferir gratuitamente en ellas fijando un límite temporal que no sea el marcado por la Constitución.

Medidas genéricas para atraer al PNV

El acuerdo programático entre PSOE y Sumar se ha cerrado con medidas genéricas y a modo de compromiso sin desarrollar, que miran a sus socios potenciales para construir un pacto de legislatura que vaya más allá de la investidura. Los socialistas buscaban una redacción más genérica para no alejar a Junts o PNV de un acuerdo de legislatura. La compleja aritmética parlamentaria salida de las urnas, que obliga a contar con el apoyo de los socios potenciales en todas las votaciones, refuerza la necesidad de desarrollar un programa de gobierno que no comprometa ningún apoyo. Principalmente, los de posconvergentes y jeltzales, las formaciones más conservadoras en materia económica y laboral.

Queda margen de negociación para encajar todas las piezas y convertir los acuerdos de investidura en pactos de legislatura. Sobre esto último, el portavoz de los nacionalistas vascos en el Congreso, Aitor Esteban, ya apostó tras reunirse con Sánchez por buscar mecanismos de “desarrollo de la legislatura” con una orientación más centrada de las medidas del Gobierno y, por tanto, consensuada con todos los socios potenciales. “Tenemos que saber distinguir qué se puede aprobar”, advirtió mirando al horizonte de los próximos cuatro años.

El propio presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, exhibió el acuerdo como un marco "también para los que votaron otras opciones, pero que comparten anhelo de progreso y convivencia". Con todo, el pacto programático delimita algunas de las líneas básicas en las que PSOE y Sumar justifican un programa para “cuatro años más de progreso, de convivencia y estabilidad”.