Negociación de investidura

El Govern avisa al PSOE y Sumar de que su acuerdo es "papel mojado" sin el independentismo

El PSOE y Sumar sellan su acuerdo para investir a Sánchez y reeditar el Gobierno de coalición

Reducción de la jornada laboral y cambios en el despido: las claves del acuerdo entre PSOE y Sumar

El PSOE prepara una consulta exprés a su militancia sobre el pacto de coalición

El president Aragonès y la consellera Vilagrà dirigiéndose a la reunión del Govern.

El president Aragonès y la consellera Vilagrà dirigiéndose a la reunión del Govern. / Generalitat

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Papel mojado". Así es como el Govern ve el acuerdo entre el PSOE y Sumar para reeditar la coalición de gobierno en España cuatro años más. El motivo que esgrime la Generalitat para desdeñarlo así es que, por mucho que socialistas y morados hayan sellado este pacto, no tienen aún los votos garantizados para investir a Pedro Sánchez. "Es papel mojado si no se cierran los acuerdos con Catalunya", ha dicho la portavoz del Executiu, Patrícia Plaja.

Así, el Govern reivindica que sin la concurrencia de los partidos independentistas la reelección de Sánchez no estará desbloqueada y seguirá sobrevolando el riesgo de repetición electoral. Lo que busca la Generalitat, en definitiva, es hacerse fuerte ante el pacto para otro Gobierno de coalición y exigir que se cumplan las demandas que formula ERC: amnistía, avances en autodeterminación y en dos cuestiones sociales como lo son el traspaso de Rodalies y la reducción del déficit fiscal.

De la misma manera que es cierto que sin el independentismo Sánchez no seguirá siendo presidente, también lo es que el acuerdo de los ya socios en el Ejecutivo central añade a presión a ERC -el partido del Govern- y a Junts para que comprometan también sus siete síes. Pese a ello, Plaja ha dicho que el pacto sigue estando "lejos", como mínimo para los republicanos. El último gran problema conocido es que la Generalitat y el Estado no se ponen de acuerdo en la inversión con la que hay que acompañar el traspaso de Rodalies.

La letra pequeña

Más allá de la valoración política, la Generalitat también está preocupada por el contenido del pacto entre socialistas y morados. No tanto por el cariz de los avances sociales que se incluyen, sino por si esto supondrá algún tipo de invasión de competencias o si implicará que los gobiernos autonómicos se tengan que rascar el bolsillo con un dinero no presupuestado.

"Miraremos con lupa el detalle y la letra pequeña", ha dicho Plaja. En la mente de la Generalitat hay cuestiones como la ley de dependencia o el Ingreso Mínimo Vital, que desde el Govern no se cuestionan en el fondo, pero sí en la forma que se gestionaron en su día. Respecto a la ley, porque las comunidades terminaron asumiendo gran parte del coste. Respecto al Ingreso, porque la Generalitat siempre ha reclamado en vano que se gestione desde Catalunya.

Contra la "minoría nacional"

La comparecencia posterior a la reunión del Govern también ha dado para otro detalle remarcable en cuanto a las negociaciones sobre la investidura. El conseller de Derecho Sociales, Carles Campuzano, ha criticado con vehemencia que uno de los puntos de acuerdo entre el PSOE y Junts pueda ser que se reconozca Catalunya como "minoría nacional".

Para Campuzano sería un error significativo: "No somos una minoría nacional, el reconocimiento de Catalunya tiene que ser como nación". Para él es una cuestión relevante, ya que entiende que Catalunya, solo en tanto que nación, puede ser concebida como un "sujeto político" con derecho a decidir su futuro político. Lo destacado de este asunto es que Campuzano, exdiputado en el Congreso por CDC, compartía partido hasta hace bien poco con destacados dirigentes de Junts.