En Los Jerónimos

Francina Armengol podría vivir en el palacete donde Félix Pons se mudó en los tiempos más duros de ETA

El edificio adquirido por Félix Pons en Madrid.

El edificio adquirido por Félix Pons en Madrid. / DM

Guillem Porcel

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Corría el año 1989 cuando el entonces presidente del Congreso de los Diputados, Félix Pons, residió en un palacete —cuenta con unos 1.000 metros, dos plantas habitables, grandes medidas de seguridad, salones, comedores, dormitorios, despacho, gimnasio, sauna y garaje— situado en el céntrico barrio madrileño de Los Jerónimos, la tercera vivienda más importante después del Palacio de la Zarzuela y de la Moncloa. El socialista aceptó mudarse al edificio a propuesta de los escoltas y equipos de seguridad, que consideraron que era adecuado para proteger a la tercera autoridad del Estado. Casi 35 años después otra mallorquina, Francina Armengolpodría residir allí durante sus estancias en Madrid.

De hecho, durante su mandato, Pons firmó la adscripción del edificio, propiedad de Patrimonio Nacional que hasta entonces estaba en desuso, al Congreso de los Diputados para que se destinara a ser la vivienda del presidente de la Mesa. El motivo principal: las elevadas condiciones de seguridad que ofrecía el edificio en los tiempos más duros de ETA.

Armengol deberá tomar ahora la decisión de si se queda en este domicilio al menos entre semana —podría venir a la isla los fines de semana o los días en que no tenga compromisos oficiales— o si opta por un inmueble particular, aunque hay que tener en cuenta que la socialista ha vivido casi toda su vida en Mallorca y, a diferencia de otros presidentes, no cuenta con una vivienda en la capital.

Además, su decisión final deberá contar con el beneplácito de los servicios de seguridad de la Cámara porque debe ser una ubicación en la que sea fácil montar los equipos de vigilancia. También tendrá que elegir si se queda con la escolta oficial después de renunciar a ella durante sus años como presidenta del Govern balear.

Cada vez que se ha abierto el debate sobre la idoneidad de que el presidente del Congreso se mude hasta el inmueble gestionado por Patrimonio Nacional, los servicios de seguridad han defendido que sería la mejor opción para todas las partes porque, en caso de tener que montar un dispositivo en otras localizaciones, dificultaría el trabajo de los escoltas y agentes.

Patxi López

El actual portavoz del PSOE en el Congreso ya disfrutó, durante unos meses, de la residencia oficial de la presidencia de la Cámara baja cuando ocupó el cargo entre el 13 de enero y el 18 de julio de 2016.

En aquel momento los socialistas explicaron que López prefería quedarse en su casa habitual, situada también en Madrid, a pesar de que la seguridad del Congreso le había recomendado mudarse porque la ubicación de su vivienda les dificultaba el trabajo. El socialista comunicó además que su decisión de no vivir allí no implicaría un gasto mayor ya que el exlehendakari vasco se haría cargo de ello.

Desde la presidencia de López el inmueble no ha vuelto a ser usado ya que Ana Pastor (PP), que dirigió la Cámara entre 2016 y 2019, decidió seguir en la vivienda que tiene en propiedad en Madrid durante los días laborables e irse a Pontevedra en los fines de semana. En 2011, el diputado del PP Jesús Posada también decidió prescindir de la residencia oficial para seguir en su piso del centro de Madrid.

Federico Trillo, durante su etapa como presidente del Congreso en la primera legislatura de José María Aznar, también lo hizo en 1996 —según los medios por obligación del líder del PP— al considerar que no era correcto que, teniendo ya un inmueble propio en la capital, disfrutara de esta residencia. A raíz de esta decisión, el Ministerio del Interior tuvo que reforzar las medidas de seguridad en el domicilio de Trillo. En la legislatura siguiente, la dirigente del PP Luisa Fernanda Rudi, con domicilio en Zaragoza, sí ocupó el inmueble.

A pesar de estar inhabitado, la vivienda requiere de un mantenimiento constante para asegurar su conservación e, incluso, los trabajadores encargados de este inmueble ponen la calefacción en invierno. Incluso fuentes conocedoras del funcionamiento explicaron a La información que también hay que abonar los correspondientes impuestos, como el IBI o el de basuras, así como pagar el vado permanente.

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