Resultado del 23-J

Sánchez deberá pactar con ERC, Bildu, PNV y BNG para no perder la presidencia del Congreso en favor del PP

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¿Qué le piden los partidos a Pedro Sánchez para investirle presidente?

La fragmentación política abandona el Congreso, de 19 a 11 partidos

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, durante el pleno celebrado este jueves, en el Congreso de los Diputados en Madrid.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, durante el pleno celebrado este jueves, en el Congreso de los Diputados en Madrid. / EFE

Miguel Ángel Rodríguez

Miguel Ángel Rodríguez

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Pedro Sánchez salió airoso de este 23-J, logrando dos escaños más que en 2019. Sin embargo, con la aritmética parlamentaria que han arrojado las urnas, el líder del PSOE tendrá complicado lograr ser investido presidente. Todas las miradas están puestas ya en los acuerdos que pueda cerrar para continuar en la Moncloa, pero antes de eso habrá otra negociación de calado, la elección de la presidencia del Congreso -la tercera autoridad del Estado-, para la cual Sánchez deberá pactar con ERC, EH Bildu, PNV y BNG si quiere mantener a un socialista al frente de la Cámara baja. Sin estos apoyos, lo más probable es que el PP, con el apoyo de Vox, le arrebate el puesto. En esta ecuación sería innecesario el 'sí' de Junts.

El próximo 17 de julio se constituirán las Cortes Generales. Los 350 diputados electos y los 208 nuevos senadores deberán acudir a sendas Cámaras para prometer sus cargos y recibir el acta de parlamentarios. Sin embargo, antes deberán elegir a los miembros que compongan las Mesas de ambas instituciones. Aquí se pondrá en práctica, por primera vez en esta legislatura, la nueva aritmética parlamentaria.

Según el artículo 37 del reglamento del Congreso, en una votación secreta, cada uno de los 350 diputados deberá poner un nombre en una papeleta para elegir al presidente. Saldrá elegido aquel parlamentario que alcance la mayoría absoluta de 176 escaños. Este escenario queda prácticamente descartado, ya que ninguno de los bloques (PP-Vox y PSOE-Sumar con sus socios habituales) se acerca a esta cifra.

Así, se abriría una segunda votación que se resolverá por mayoría simple y en la que los diputados deberán elegir entre los dos nombres más votados anteriormente. Salvo sorpresa, serán los candidatos de PP y PSOE. En esta segunda ronda, el candidato popular contaría con el respaldo de sus 136 compañeros y, probablemente, de los 33 escaños de Vox (en diciembre de 2019 ya apoyaron a la popular Ana Pastor), y el 'sí' de UPN y Coalición Canaria. En total suman 171 apoyos.

Para superar esta cifra, el PSOE debería lograr que los diputados de Sumar (31), ERC (7), EH Bildu (6), PNV (5) y el BNG (1) escriban en las papeletas el nombre del candidato socialista y así alcanzar 172 respaldos. Salvo Sumar, heredero de Unidas Podemos, el resto de partidos votaron nulo en 2019 cuando la presidencia del Congreso se la disputaban Batet y Pastor.

La mayoría progresista

Tras la elección del presidente del Congreso se realizan otras dos votaciones para elegir a los ocho miembros restantes. En la primera, se escogen simultáneamente a los cuatro vicepresidentes. Según el reglamente, "resultarán elegidos, por orden sucesivo, los cuatro que obtengan mayor número de votos". Lo mismo se hace después con los cuatro secretarios.

Dada la aritmética parlamentaria, si se mantiene una alianza de PP-Vox y otra de PSOE-Sumar (sin necesidad de los aliados), cada uno de estos partidos podría obtener una vicepresidencia y una secretaría. De esta forma, el bloque progresista obtendría la mayoría en la Mesa del Congreso. También puede ocurrir que los socialistas cedan un puesto a alguna de las formaciones nacionalistas, como ya ha ocurrido en el pasado con el PNV, aunque no sería necesario.

¿Y el Senado?

El caso del Senado será totalmente distinto ya que el PP ha arrasado en las urnas, obteniendo 120 escaños, y ha logrado alcanzar la mayoría absoluta gracias a los senadores por designación autonómica. Así, será el candidato del PP quien dirija esta Cámara. Para el resto de miembros de la Mesa, lo más lógico es que el PP obtenga dos vicepresidencias y dos secretarías, dado que Vox no tiene representación. El PSOE y el resto de partidos de la izquierda se podrían repartir los cuatro puestos restantes, pero la Mesa sería de mayoría conservadora.