Gira europea

Sánchez evita el choque político en su reunión con Meloni en Roma

El presidente español prioriza la búsqueda de acuerdos con la primera ministra italiana frente a las críticas a la extrema derecha

Meloni recibe a Sánchez.

Giorgia Meloni Presidenta del Consejo de Ministros de Italia recibe a Pedro Sánchez. /

EP

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Pedro Sánchez ha evitado este miércoles cualquier crítica a la ultraderechista Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, durante la comparecencia que ambos dirigentes han llevado a cabo en Roma. La visita del jefe del Ejecutivo español se enmarca dentro de las giras preparatorias de la presidencia de la UE, que el líder del PSOE asumirá en el segundo semestre del año, y hasta ahora todos estos encuentros con sus homólogos (en Austria, Filandia, Croacia o Irlanda, entre otros países) se habían saldado solo con buenas y diplomáticas palabras. Pero esta reunión era distinta.

Sánchez, que se ha referido a Meloni como "querida Georgia", incluso ha subrayado las coincidencias en un asunto tan sensible como la migración. " "Tengo que decir que los objetivos están muy alineados, forman parte de las principales preocupaciones y ocupaciones que tenemos a nivel europeo. Con el pacto de migración y asilo se ha dado un paso importante, que es el de reconocer que la migración irregular es un problema europeo, que no es de Italia, Malta o España", ha señalado Sánchez durante la comparecencia, en la que el Gobierno italiano no ha admitido preguntas.

“Son muchos los temas que España e Italia tienen que afrontar. Son muchas las convergencias que hemos encontrado estos meses en el Consejo Europeo. Es muy importante esta relación”, ha dicho Meloni tras una reunión que se ha prolongado durante más de una hora y media, incluyendo el almuerzo.

El tono ha sido el de cualquier reunión de Sánchez con otro mandatario europeo, no el de un líder socialdemócrata (que se presenta como freno de la ultraderecha) en presencia del principal exponente del posfascismo. Y después, en una conversación informal con los periodistas que le acompañaban en el viaje, ya sin la presencia de Meloni, el presidente español ha insistido en la importancia de entenderse con la primera ministra italiana. “Mi tarea como futuro presidente del Consejo Europeo es encontrar puntos en común para alcanzar el mayor número de acuerdos a partir de julio”, ha insistido.

La conexión con Vox

Sánchez ha hecho bandera en España de la necesidad de detener a la extrema derecha. Sobre todo, en este año electoral, con municipales y autonómicas en mayo y generales en diciembre. Casi todas las posibilidades de que el PP gobierne pasan por los pactos con Vox. De todas las visitas a los estados miembros de la UE, esta era con diferencia la más delicada. Meloni es el gran referente de Santiago Abascal, el espejo en el que se mira el líder ultra para asegurar que él también puede llegar al poder. La primera ministra italiana tampoco ha escondido estas conexiones. 

El pasado 12 de junio, por ejemplo, durante un mitin de Vox celebrado en Marbella con Abascal y Macarena Olona, dentro de la campaña electoral andaluza, Meloni fue la gran estrella. “Sí a la familia natural, no a los lobis LGTBI, sí a la identidad sexual, no a la ideología de género, sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte, sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista, sí a fronteras seguras, no a la inmigración masiva, sí a la soberanía de los pueblos, no a la inmigración masiva, sí a la soberanía de los pueblos, no a los burócratas de Bruselas, sí a nuestra civilización y no a quienes quieren destruirla”, dijo entonces la líder de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), en unas palabras de las que se distanció meses después.

Una moderación sobrevenida

En los días previos a este viaje a Italia, La Moncloa se había agarrado a esta sobrevenido proceso de moderación experimentado por Meloni. Los colaboradores del presidente rechazan iniciativas como el reciente real decreto del Gobierno italiano, muy criticado por las oenegés, que limita el número de rescates a migrantes y asigna puertos lejanos para el desembarco de buques. Pero también señalan que Meloni ha permitido en los últimos tiempos que los barcos atraquen y que Italia no ha abandonado el grupo MED5, que comparte con España, Grecia, Chipre y Malta (los países de la frontera sur de la UE) para intentar controlar los flujos. 

Pero, sobre todo, las mismas fuentes insisten en que el objetivo de esta reunión, la primera bilateral entre Sánchez y Meloni, era preparar la inminente presidencia española de la UE, que se desarrollará durante el segundo semestre del año, y que aquí no se trataba de “contrastar modelos políticos”, sino de buscar los “elementos comunes”, en materias como la reforma del mercado eléctrico y de las reglas fiscales, que ambos países coinciden en que se deberían aprobar antes de fin de año, coincidiendo con la presidencia española de la UE. Los países, subrayan, están “por encima” de los gobiernos.

Así que Sánchez, que a principios de año pidió en Davos luchar contra la ultraderecha “con la misma determinación con la que los ucranianos luchan contra los invasores rusos”, ha aparcado cualquier crítica. Pero el presidente español descarta que tras esta cita su mensaje en contra de Vox pueda perder fuerza. "Hay que entender cuál es mi papel -ha señalado en el avión que le iba a devolver a Madrid-. Claro que tenemos discrepancias con muchos países. Pero es mejor llegar a pactos en materias como migración y fiscalidad".