El futuro de la coalición
El PSOE ve a Yolanda Díaz como un arma de doble filo
Los socialistas analizan cada gesto de la vicepresidenta, empiezan a mostrar recelos hacia su “discurso transversal” y hacen cábalas sobre el hipotético pacto con Podemos

Pedro Sánchez y Nadia Calvió aplauden a Yolanda Díaz tras su intervención en la moción de censura. /
Los socialistas analizan estos días con mayor detalle los movimientos de Yolanda Díaz que los del propio Pedro Sánchez. Cada palabra y gesto de la vicepresidenta segunda es escrutado al milímetro. La cúpula del PSOE anticipa que la suerte que correrá la coalición en diciembre, cuando se celebren elecciones generales, dependerá tanto o más de ella que del presidente del Gobierno. Sobre la candidatura socialista, más allá de sus resultados en las urnas, existen pocas dudas. Sobre la de Díaz, muchas.
La principal, de la que depende todo, reside en si Podemos formará finalmente parte del proyecto de la también titular de Trabajo, llamado Sumar. La puesta de largo de su candidatura, en la que también estarán representados IU, los Comunes, Compromís y Más País, tendrá lugar el próximo 2 de abril en Madrid. De momento, el partido que lidera Ione Belarra, ministra de Asuntos Sociales, exige para participar en esa cita un compromiso previo de que las listas electorales se configurarán a través de primarias abiertas a toda la ciudadanía. El entorno de Díaz muestra recelos ante este mecanismo de elección.
La presentación oficiosa
La vicepresidenta se presentará oficialmente como aspirante a la Moncloa dentro de 10 días. Su primer discurso de candidata, sin embargo, tuvo lugar el pasado martes, durante el primer día de la moción de censura de Vox. En una decisión que pretendía subrayar la unidad y fortaleza de la coalición, Sánchez cedió a Díaz parte del protagonismo de la respuesta a Ramón Tamames. Durante una hora de discurso, Díaz ensalzó los hitos del Gobierno (principalmente los de su departamento, como la reforma laboral y la subida del salario mínimo) y alabó a la mayoría de los ministros, tanto socialistas como morados.
Fue un discurso claramente “socialdemócrata”, coinciden varios cargos socialistas. Aquí es donde surgen más dudas. Con Pablo Iglesias al frente de todo ese espacio, el reparto estaba claro: el exvicepresidente se dirigía al electorado que se sitúa a la izquierda del PSOE. Pero el enfoque de Díaz es mucho más “transversal”. También apela a los votantes de Sánchez. “Su intervención fue pegamento para la coalición, está claro. Pero cuidado que ese pegamento no tenga también algo de veneno para nosotros”, explica un diputado socialista. Otro dirigente coincide solo con una parte de esta tesis. “Puede que nos acabe quitando algún voto en las generales, sí, pero eso no es lo importante -concluye-. Lo importante, al final, será cómo los dos socios y el resto del bloque de la investidura quedemos frente al PP y Vox”.
El escenario tras el 28-M
Los socialistas no tienen claro que vaya a haber un entendimiento en el espacio situado a su izquierda. El pasado martes, tras el discurso de la vicepresidenta segunda en el debate de la insólita y fracasada moción de censura de Vox, varios altos cargos del PSOE, así como miembros del Gobierno, elogiaron en público sus palabras desde la tribuna de oradores del Congreso, que fueron toda una reivindicación de la coalición. En privado, sin embargo, los mismos dirigentes otorgaron mucha importancia a la frialdad con la que Podemos acogió el discurso de Díaz.
Hay una enorme preocupación en el PSOE sobre cómo acabará todo esto. “Podemos está tensando la cuerda: con nosotros, resaltando cada día las fricciones, y con Díaz. Se está asomando al precipicio y no descartamos que acabe tirándose por él. Pablo Iglesias ya lo hizo en 2019, al provocar la repetición de elecciones”, explica una ministra.
Noticias relacionadasAun así, la mayoría de los consultados en las filas socialistas confían en un acuerdo de la vicepresidenta segunda con Belarra e Irene Montero, ministra de Igualdad. Aun así, descartan que el pacto llegue antes de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. La tesis más extendida en el ala socialista del Ejecutivo y en la dirección del partido es que Podemos sacará unos pobres resultados en esos comicios, algo que también influirá a la hora de mantener algunas comunidades (Valencia, Aragón y Baleares), y que después no tendrá más remedio que integrarse en Sumar, que no concurre en las inminentes de dentro de dos meses.
Pero nada está claro. El PSOE, de hecho, ya empieza a hacer cálculos sobre qué pasaría si en las generales Díaz va por un lado y Podemos por otro. Si hay listas separadas, los socialistas creen que eso les beneficiará en el resultado en las urnas, porque habría “movimientos de voto útil” hacia ellos. Pero la suma frente al bloque de la derecha y la extrema derecha se complicaría en gran medida. Volver a gobernar, considera un ministro, “sería muy, muy difícil”.
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