Podemos y los socios esperan un gesto de Sánchez que cohesione el bloque de la investidura

"El Gobierno tampoco puede irse de rositas". Con estas palabras Gabriel Rufián dejó claro esta semana que la moción de censura, por mucho de espectáculo que tenga y por muy abocada al fracaso que esté, debe servir para poner los puntos sobre las íes a Pedro Sánchez. Y es que el bloque progresista sobre el que se ha sustentado la gobernabilidad durante toda la legislatura no está pasando por su mejor momento. En las dos últimas semanas no han dejado de sucederse choques de profundo calado entre el PSOE, Unidas Podemos y el resto de los socios parlamentarios. Tal es el punto que hasta los morados esperan que Sánchez aproveche la moción de censura de Vox con Ramón Tamames como candidato para cuidar al bloque de la investidura.

Cuando Santiago Abascal registró la iniciativa para tratar de sacar a Sánchez de la Moncloa, tanto en el Ejecutivo como en sus aliados y en el PP se creyó que este paso de los ultras solo serviría para dar aire al Gobierno. La idea que caló es que el debate podría servir para ofrecer una imagen sólida del bloque progresista después de unas cuantas discrepancias. Ahora, tanto en el partido minoritario del Ejecutivo como en los socios están a la espera de que ese diagnóstico se concrete este martes en el Congreso.

Las crisis

Todos estarán atentos a las palabras de Sánchez, pero, sobre todo, los dirigentes de Unidas Podemos. "Estamos muy preocupados por el giro a la derecha que ha llevado a cabo el PSOE", sentenció el viernes la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. La líder de los morados se refería a los tres encontronazos que han tenido con los socialistas en apenas 10 días.

El 7 de marzo el Gobierno se fragmentó en el Congreso ante la proposición de ley para reformar la norma del 'solo sí es sí' que no contaba con el respaldo de la ministra de Igualdad, Irene Montero. La tensión en aquel debate alcanzó cotas nunca antes vistas, llegando a acusar los morados a Sánchez de "dar la espalda a las mujeres" y a arengar a las movilizaciones contra el PSOE en el 8-M. ERC y EH Bildu también se posicionaron junto a Podemos.

Lejos de relajarse el clima, esta semana decayó la reforma de la ley mordaza. Tanto los republicanos catalanes como la formación aberzale votaron 'no' a la modificación de la ley que aprobó el PP en 2015 ante la falta de avances en cuatro asuntos clave: prohibir las pelotas de goma, rebajar las infracciones por desobediencia a la autoridad y las faltas de respeto a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y, por último, impedir las devoluciones en caliente de migrantes en la frontera. Podemos endosó la responsabilidad del fracaso al PSOE.

"Cuidar la mayoría"

"La moción de censura de la semana que viene es una buena oportunidad para que el PSOE vuelva a mirar a la izquierda, cuide y revalide esa mayoría de la investidura", aseguró Belarra, confiando en que Sánchez, como ha ocurrido en los grandes debates en el Congreso, refuerce su perfil más socialista. La dirigente morada auguró que, de no ser así, se habrá escogido "el camino más rápido para que no se pueda reelegir" al Gobierno de coalición.

No es la única. En ERC también esperan que la moción de censura sirva para fortalecer la unidad en el espacio progresista. No obstante, los republicanos catalanes, ante la proximidad de las elecciones municipales y sin grandes compromisos pendientes del Gobierno, están reforzando su carácter más de izquierda. En este sentido, fuentes de ERC apuntan que, "pase lo que pase, todo esto beneficia el PSOE y lo saben".

A falta de que todas las formaciones terminen de definir su estrategia y ultimar sus discursos, todo apunta a que los socios del Ejecutivo mandarán un aviso claro a Sánchez sobre la dirección que debe tomar la acción legislativa en estos últimos meses antes de las elecciones.

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