El cambio de una polémica norma

El PSOE se prepara para aprobar con el PP la reforma del 'solo sí es sí': "Lo importante es proteger a las mujeres"

"Hay mucha alarma social y a los ciudadanos no les preocupa si sale adelante con Feijóo o sin Feijóo", señalan los socialistas, que consideran "muy difícil" un pacto con Podemos pero ven margen con el bloque de la investidura

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Pleno del Congreso de los Diputados.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Pleno del Congreso de los Diputados. / Alberto Ortega - Europa Press

Juan Ruiz Sierra

Juan Ruiz Sierra

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El PSOE no se atreve a anticipar con qué votos concretos saldrá adelante su reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ para aumentar las penas de los agresores sexuales, pero nadie duda de que acabará saliendo adelante. El escenario que los socialistas vislumbran ahora mismo como más probable es este. Con Unidas Podemos el acuerdo resulta “muy difícil”, después de meses de negociaciones dentro del Gobierno que terminaron en fracaso, con el partido de Pedro Sánchez registrando en solitario su iniciativa. Con los aliados parlamentarios tradicionales, en cambio, hay “margen” para el entendimiento, porque todos defienden la necesidad de elevar las condenas, tras las más de 400 rebajas de condena desde que la controvertida norma entró en vigor, a mediados de octubre. Y por último, ahí está el PP, que se ha mostrado dispuesto a “facilitar” la aprobación de la propuesta

Los socialistas, de hecho, ya han comenzado a modelar el tono con los conservadores. “Lo importante es proteger a las mujeres, intentar que la situación se corrija a futuro. No se trata de con quién se saca adelante la reforma. Lo importante es el qué. El problema está en la calle, no aquí, en el Congreso de los Diputados. Hay mucha alarma social y a los ciudadanos no les preocupa si sale adelante con el PP o sin el PP. Preferiríamos que saliera adelante con nuestros aliados, incluido por supuesto Unidas Podemos, pero no estamos preocupados por el PP”, señalaba este miércoles en los pasillos de la Cámara baja un miembro del Gobierno. 

El partido de Alberto Núñez Feijóo, salvo sorpresa, dará su apoyo cuando se vote la aprobación definitiva de la propuesta socialista, algo que en principio no tendrá lugar hasta el mes que viene. Al tratarse de una ley orgánica, que modifica el Código Penal, el PSOE necesita que el PP vote ‘sí’ para alcanzar la mayoría absoluta. La abstención, en cambio, le basta para la toma en consideración de la iniciativa, que se abordará como muy pronto dentro de un par de semanas

Cambio de tono

Los socialistas han modulado su discurso con los conservadores. El pasado lunes, tras registrar en solitario en el Congreso su modificación del ‘solo sí es sí’, el portavoz parlamentario, Patxi López, fue tajante. “No vamos a negociar con la derecha -explicó-. Que el PP no pretenda darnos lecciones de ningún tipo. El PP no quiere esta ley. No ha querido ninguna ley que suponga un avance en igualdad en esta ley. Que no nos vengan con cuentos". Al día siguiente, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, pidió directamente el voto al partido de Feijóo. “Espero contar con el apoyo del PP”, dijo en el Senado. 

Aun así, Sánchez optó este miércoles por no recoger el guante, bastante envenenado, que le había tendido justo antes la portavoz conservadora, Cuca Gamarra, durante la sesión de control al Gobierno en la Cámara baja. "No se quede corto, pida disculpas, rectifique y déjese ayudar por el PP. Es su soberbia la que no le deja ser feminista de verdad", dijo Gamarra. El jefe del Ejecutivo pasó por alto estas palabras. En su lugar, rebajó el tono con Unidas Podemos, como había hecho el día anterior durante la reunión con los diputados y senadores socialistas. Sin mencionar la ley, avisó: “Yo doy la cara y cuando hay un problema me empeño en resolverlo”. 

También la ministra de Justicia, Pilar Llop, se esforzó por no criticar a los morados. El martes, en la Ser, Llop había incendiado los ánimos de los socios de coalición, al descargar sobre ellos gran parte de la responsabilidad de las rebajas de penas y asegurar que resultaba “sencillo” demostrar violencia o intimidación en una agresión sexual porque “con una herida” ya quedaba acreditado. Esta vez, desde el hemiciclo del Congreso, su discurso fue más conciliador cuando se refirió a los “efectos indeseados” de la norma. “Quiero decirles que yo me siento absolutamente responsable”, admitió. 

El estado de la coalición

Pero el malestar con Unidas Ponemos, pese a que ambas partes han dejado claro que no piensan romper la coalición, permanece en la Moncloa y las filas socialistas. Sobre todo, porque los morados insisten estos días en que la propuesta del PSOE saldrá adelante solo con los votos del PP. “A nosotros no se nos ocurre decir que Unidas Podemos votará con Vox en contra de nuestra iniciativa”, señalan en la dirección del PSOE.

Las fuentes consultadas consideran poco probable que sus socios en el Gobierno vayan a cambiar su rechazo a la propuesta socialista, pese a que observan cierta división en este “espacio”, con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, siendo más proclive al acuerdo que la titular de Igualdad, Irene Montero. “Hay una parte de Unidas Podemos que cree que hay que reformar la ley”, explica un miembro del Ejecutivo.

Contactos con los aliados

Mientras tanto, el PSOE ya ha iniciado las conversaciones con sus aliados parlamentarios tradicionales, del PNV a Más País, pasando por ERC, Compromís y EH Bildu. Los primeros contactos se produjeron el lunes. Aquí los socialistas ven más posibilidades de entenderse, pero no contemplan que durante el trámite de enmiendas vayan a aceptar grandes cambios en la propuesta que han registrado, que incluye la violencia e intimidación como un subtipo dentro del tipo penal básico de la agresión sexual (Igualdad estaba dispuesto a que aparecieran como agravante, algo que según el PSOE dispararía en exceso las sanciones privativas de libertad) y recupera las condenas previas a la ley del ‘solo sí es sí’. El delito básico de agresión sexual, ahora penado con 1 a 4 años de cárcel, pasaría a castigarse de 1 a 5 años si hay violación o intimidación. El agravado, con penetración, que actualmente va de 4 a 12 años, se elevaría a entre 6 y 12 años en las mismas circunstancias. Aquí, explican en la Moncloa ante la pregunta de si aceptarían una fórmula distinta, no hay mucho margen para la “innovación”. 

Los socios parlamentarios del Gobierno, continúan las mismas fuentes, observan con “desasosiego” que el PSOE y Unidas Podemos no hayan sellado un pacto. Ahora estudian detenidamente la propuesta socialista con sus respectivos asesores jurídicos, ya que se trata de cuestiones muy técnicas. Pero todos, concluyen los socialistas, se han mostrado a favor de “subir las penas”. 

Suscríbete para seguir leyendo