'Conselleria' de Economia

Natàlia Mas, un ‘cerebro’ que da el salto a la primera línea

La cúpula de ERC ha apostado para la 'Conselleria' de Economia por una veterana con dilatada experiencia en puestos con peso económico

Natalia Mas, consellera d’Economia i Hisenda

Natalia Mas, consellera d’Economia i Hisenda

Gabriel Ubieto

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Natàlia Mas no es ni mucho menos una recién llegada a la ‘Conselleria’ de Economía. La cúpula de ERC ha apostado por una veterana con dilatada experiencia en la sala de máquinas de los diferentes departamentos con más peso económico dentro de la administración catalana. Y que previamente se bregó durante una década en las oficinas del Banco Central Europeo.

Actualmente ostentaba la dirección general de Industria, desde donde ha pilotado negociaciones complejas como el nuevo Pacte Nacional per a la Industria -que queda mermado ante la inestabilidad del Ejecutivo- o la búsqueda de un sucesor para los terrenos de Nissan, un proceso que podría culminarse esta próxima semana. Ambas han requerido de cintura negociadora y de interlocutar con un elevado número de actores –solo en la mesa de Nissan se sientan cuatro instituciones y otros tantos sindicatos-, algo que en la actual debilidad parlamentaria de ERC le será imprescindible para armar geometrías variables.

Pero antes de ubicarse como el cerebro industrial de Roger Torrent, Mas formó un triunvirato en la ‘conselleria’ de Economia junto a Oriol Junqueras, cuando entre 2015-2017 fue ‘vicepresident’, y Pere Aragonès, que ejercía del segundo de este. Durante dicho mandato, en el que Junqueras intentó pilotar la creación de la Hacienda catalana, fue directora general de análisis económico. Cargo que revalidó en la siguiente legislatura, esta ya bajo la batuta de Aragonès en la vicepresidencia y con Junqueras en la cárcel.

Durante los 16 meses que ha durado la convivencia de ERC y Junts esta legislatura Mas ha estado ocupada intentando poner en marcha la reindustrialización de Catalunya. La inversión de la surcoreana Iljin, que está invirtiendo 600 millones de euros en Mont-Roig para instalar una fábrica de componentes para baterías eléctricas, se gestó bajo su dirección. También el aterrizaje de la empresa austríaca Kronospan, con 180 millones de euros para construir una nueva fábrica en Tortosa y tratar allí madera.   

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