Entrevista al 'president'

Aragonès recuerda a Sánchez que la estabilidad del Gobierno está en manos de ERC

El 'president' critica a Junts por emplear el reproche público en lugar de "llamar por teléfono"

Afirma que no piensa acudir a la Conferencia de Presidentes en la isla de La Palma del 25 de febrero

Pere Aragonès, durante su conferencia por el primer aniversario del 14-F.

Pere Aragonès, durante su conferencia por el primer aniversario del 14-F. / JORDI COTRINA

Xabi Barrena
Juanma Romero
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pere Aragonès empleó la conferencia de aniversario del 14-F en el MNAC en denunciar la presunta dejación de funciones de Pedro Sánchez hacia el conflicto catalán. Sin embargo, los ecos posteriores al acto, en forma de reproches, provienen, sobre todo, del independentismo y, en especial, de Junts. El destinatario principal de la conferencia del MNAC, Sánchez, pareció, el martes, no darse muy por aludido. Frente a ello, Aragonès aseveró que si el actual inquilino de la Moncloa “quiere seguir en el cargo deberá volver a hablar con ERC y llegar a  acuerdos”. Una amenaza velada sobre la gobernabilidad presente y futura. “Ya intentó Sánchez buscar una mayoría alternativa, con motivo de la reforma laboral, y no le salió muy bien”, sentenció el jefe del Executiu.

Aragonès incluso dibujó una pista de aterrizaje Sánchez en cuanto a la mesa de diálogo y negociación. Aceptó que el foro precisa tiempo, pero que, asimismo, se deben de producir avances, precisamente, para dotar de tiempo al órgano. “Avances en materia antirrepresiva y en el reconocimiento nacional de Catalunya”. De momento, los gestos de la parte catalana se han acabado. Así, el 'president' afirmó que no tenía pensado acudir a la próxima Conferencia de Presidentes, prevista para el 25 de febrero en la isla canaria de La Palma, a pesar de las reiteradas peticiones del Ejecutivo central

Agenda telefónica

El ‘president’ empleó buena parte de la entrevista a dar replica al ‘otro’ Sànchez, al secretario general de Junts. Este entendió de la conferencia que Aragonès reconocía que había habido una negociación con el Estado encaminado a conseguir los indultos para los políticos independentistas. Aragonès, en una entrevista en TV-3,  negó haber insinuado tal cosa y negó toda negociación. “Que te ataquen por los medios cuando todos tenemos los teléfonos de todos es muy raro”, señaló el ‘president’ que aseguró no haber tenido ningún mensaje directo de Junts sobre la cuestión.

También desmintió las palabras de Sànchez, quien aseguró que no conocía de antemano el contenido de la conferencia. Aragonès reveló que le había llamado el mismo lunes por la mañana para adelantarle los ejes de la intervención.

Llamada a Puigdemont

Otro pasaje de la charla del MNAC motivó, a la postre, una conversación entre Aragonès y Carles Puigdemont. “Le llamé para explicarle que no tengo intención alguna de negociar su estatus judicial, sino que lo que pedí fue que se archivara su causa y la del resto de” independentistas residentes en el extranjero.

La conclusión de todo este episodio, para el ‘president’, es que el independentismo debe dejar de mirarse de reojo y, pensando ya en la mesa de negociación, requirió a Junts que abandone la “trinchera de partido”.

'Pinza' con el Congreso

Desde Madrid, también intentó apretar al presidente el portavoz republicano. En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Gabriel Rufián, le pidió que no se deje llevar por la “tentación” de congratularse de que “el lobo [Vox] se coma al PP”, pero que poco sirve que engorde a la ultraderecha, porque acabarán teniendo “70 u 80 diputados” en la Cámara baja y a Isabel Díaz Ayuso “enfrente”, en el lugar de Pablo Casado. “El lobo morderá, siempre morderá, también a ustedes”. 

Pero la segunda gran “tentación” que a juicio de Rufián tiene Sánchez es “dejar pasar la “oportunidad” de la mesa de diálogo, pensando que así “desgasta” a ERC. “Se lo volvemos a decir, quien crea que si la mesa no funciona solamente perjudica al independentismo se equivoca”, porque será “un fracaso de la izquierda española también”. “Cada vez que la izquierda española fracasa, a nosotros no nos va mal y acaba gobernando la derecha en la Moncloa”, advirtió, dejando para el final una doble exigencia de ERC: que ponga “políticas de izquierda sobre la mesa”, “y no una reforma laboral aplaudida por Ana Patricia Botín”, y que “afronte el conflicto político con Catalunya”, porque “quizá solo así evite hacer las maletas en Moncloa”.

Sánchez respondió, en primer término, que no se alegra del “auge de la ultraderecha” en España, y reiteró lo que había dicho minutos antes a Casado, que le ofrece la abstención del PSOE en Castilla y León si el PP rompe los “acuerdos con la ultraderecha” no en un territorio, “sino para siempre y en todos los territorios” del país”. Pero a continuación el presidente fue durísimo con Rufián. No acepta lecciones suyas, le dijo: “Siempre pasa algo con la izquierda soberanista cuando trata de dar lecciones a la izquierda española. Voy a cumplir dentro de unos días 50 años. A mí no me da nadie carnés de izquierda y menos ustedes”. Palabras que son todo un síntoma del agrietamiento de la relación con ERC. 

Tras defender de nuevo la reforma laboral y agradecer el ejemplo de “patriotismo” de los sindicatos, evidenció que el Gobierno da largas a la mesa de diálogo con Catalunya. Significativamente, el presidente se reservó una frase final en defensa de la distensión, pero sin novedades: “Vamos a estar siempre con la mano tendida para esa mesa de diálogo, como lo estamos también con la comisión bilateral [Generalitat-Estado], que se va a reunir este viernes” en Barcelona. No hay fechas para la mesa de diálogo, como ayer martes también reconoció la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tras el Consejo de Ministros.