Polémica

Almudena Grandes escuece en Madrid

García Montero se revuelve contra las palabras de Martínez-Almeida sobre la escritora

Librería Gaztambide        David  Castro

Librería Gaztambide David Castro / David Castro

Juan José Fernández

Juan José Fernández

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En Madrid la extrema derecha y la derecha extrema no son exactamente lo mismo, por más que las conecte una fluida ósmosis en los distritos de El Pardo, Salamanca y Retiro, feudos electorales de la alcaldía del PP con Ciudadanos. Allí residen gentes de Vox que votan a Vox, gentes del PP que a la mínima votan a Vox y gentes de Vox que votan al PP… si los seduce cierta candidata.

Y como quiera que esos sectores no son decantables en el sustrato conservador de la ciudad, ni el más productivo polarizador –oficio en alza- de redes sociales sabría a esta hora qué irrita más en ese bancal: que el PP saque adelante unos presupuestos municipales de 5.600 millones rechazados por Vox pactando con los seguidores de la roja exalcaldesa Manuela Carmena, o que logre aprobarlos a cambio de nombrar hija predilecta de la Villa a la roja escritora Almudena Grandes.

El alcalde José Luis Martínez-Almeida, que es además portavoz nacional del PP, se ha dirigido este lunes a uno y otro derechismo excusándose en que sus presupuestos bien valen una genuflexión ante la novelista fallecida el 27 de noviembre.  “No creo que Almudena Grandes deba ser hija predilecta de un acuerdo presupuestario -ha dicho al OK Diario-, pero eso no es una muestra de debilidad nuestra, es una muestra de debilidad argumental de quien lo plantea, que para aprobar unos presupuestos quiere imponer a Almudena Grandes",

Su polémica disertación, grabada en vídeo, no disimula un tono de petición de perdón por valerse de tres concejales de Recupera Madrid, escisión del Más Madrid de Íñigo Errejón. “Si puedo bajar los impuestos a 700.000 recibos del IBI y que Almudena Grandes sea hija predilecta, yo creo que los madrileños prefieren que se bajen los impuestos”, se ha disculpado.

Para la atribución de intenciones queda si lo ha dicho para evitarse otro apedreo virtual. Vox tiene una legión de bots de internet para esas cosas. El pasado 30 de diciembre el PP madrileño hacía público cómo decenas de perfiles fantasma como ‘Liberfollen’, ‘Ranita matrera’ o ‘Hispano-catalán renacido’ repetían exactamente el mismo tuit de un supuesto militante popular de 63 años: “He participado en todas las pegadas de carteles y defendí a Aznar en la guerra de Irak, pero lo de Almeida pactando con los comunistas me ha decepcionado profundamente y en las próximas elecciones votaré a VOX”.

Dolorida reacción

Al poco de hablar Almeida ha reaccionado Luis García Montero, poeta, director del Instituto Cervantes y “viudo enamorado” de Almudena Grandes. “Leo declaraciones mezquinas del alcalde...”, ha clamado en Twitter..

La polémica ha subido hasta la Moncloa. El presidente Pedro Sánchez ha reproducido en Twitter unas palabras de Grandes - “Con el tiempo comprendí que la alegría era un arma superior al odio, las sonrisas más útiles, más feroces que los gestos de rabia y desaliento"- para recordar: "Fue un privilegio convivir con ella en un espacio de libertad y fraternidad como es Madrid".

Se da el rifirrafe en una ciudad donde la derecha ha promovido recientes estatuas para Blas de Lezo y los últimos de Filipinas; una villa y corte en la que aún colea la polémica por el proyecto de erección de un monumento al legionario, estatua de 6,5 metros de altura no vestida con el actual uniforme de quienes han salvado a población civil en Afganistán o los Balcanes, sino con el atuendo y la bayoneta de las tropas de choque de julio de 1936.

Es la urbe en la que se estrenó la alcaldía conservadora arrancando de un memorial del cementerio de La Almudena las placas con 2.000 nombres de fusilados por el franquismo. Tomás Montero, nieto de uno de ellos y dirigente de la asociación de familiares de aquellos asesinados, opina: “Las declaraciones del alcalde nos parecen sinceras, sin hipocresía, y tan solo demuestran su bajeza moral. En su día quiso justificar la barbaridad de arrancar los nombres de nuestros familiares, pero ahora ya no necesita escudarse en excusa alguna para manifestar su mala fe y su falta de ética”.

Ediciones agotadas

La figura de Almudena Grandes se ha convertido en el vértice sobre el que se dirime hasta qué punto el Partido Popular mantiene o no su identidad ante el estirón gravitacional de Vox en espacios como el que la formación de Santiago Abascal llama “batalla cultural contra el marxismo”.

En primer plano, libros de Almudena Grandes en la Cuesta de Moyano de Madrid.

En primer plano, libros de Almudena Grandes en la Cuesta de Moyano de Madrid. / J.J.F.

El caso es que en la Cuesta de Moyano, no lejos del despacho consistorial de Almeida, apenas quedan novelas de Grandes. No sonaba este lunes eco de batallas en la acera librera. Es el distrito de Retiro, junto al Ritz, El Prado y la Bolsa, apacible rincón de Madrid apenas turbado por el parsimonioso rodar de los Lexus, sucesores de las calesas románticas que estrenaron sus calles.

Madrid no es la caricatura ultraconservadora que le hacen los chulapófobos a cuenta de unos resultados electorales muy basados en la desmovilización de la izquierda. Entre libros de Azaña, Lorca, Neruda, Max Aub o Ferrater Mora, Efrén, titular de la caseta 8 de la Cuesta, asegura: “Almudena Grandes lo está vendiendo todo. Cuando murió tuve que llamar a varias distribuidoras para conseguir libros. Y ahora apenas queda nada por aquí”. Alzando la vista para recordar, dice Efrén que “desde que murió Delibes no se veía nada igual. No pasó ni con Ruiz Zafón, fíjate..."

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