Francia dice que España e Italia controlan mal la inmigración

El ministro de Interior galo avisa de que una de las prioridades de la presidencia francesa será "establecer un verdadero control en las fronteras exteriores"

Las oenegés advierten de que es la externalización del control de los flujos migratorios la que permite a Marruecos dejar pasar a los inmigrantes

Crisis migratoria en Ceuta. FOTO: JOSÉ LUIS ROCA

Crisis migratoria en Ceuta. FOTO: JOSÉ LUIS ROCA / José Luis Roca

Agencias

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El ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, considera que España e Italia se enfrentan a "una inmigración importante que controlan mal" y por eso cuando París asuma la presidencia de la UE, el próximo enero, una de sus prioridades será "establecer un verdadero control en las fronteras exteriores".

En una entrevista publicada este sábado por 'Le Parisien', el ministro francés señala que la imagen de la bebé salvada en Ceuta por un guardia civil conmueve el corazón pero, "desgraciadamente", en su opinión los españoles o italianos, que son los que están más cerca de la ribera sur del Mediterráneo, "afrontan una inmigración importante que controlan mal".

A su parecer, Europa "no es capaz" de mantener esas fronteras exteriores con el control necesario y por eso una de sus prioridades durante la presidencia francesa en el primer semestre de 2022 será "un registro sistemático de los inmigrantes y uniformizar las demandas de asilo".

Desde el Gobierno español, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, pidió una política migratoria común en toda la UE, porque las fronteras son europeas, dijo, no solo españolas, y “eso es lo que los países terceros tienen que entender”. 

La primera reacción

En una primera reacción oficial a la llegada masiva de migrantes a Ceuta, Francia manifestó el miércoles su confianza de que España pudiera restablecer rápidamente la normalidad e insistió en que Marruecos debe seguir cooperando contra la inmigración irregular con la UE, que le ha atribuido fondos importantes en los últimos años.

El pasado otoño, tras la oleada de atentados yihadistas que sufrió en su territorio, Francia restableció los controles en las fronteras interiores para tratar de impedir la entrada desde otros países de la UE de inmigrantes irregulares y duplicó el número de agentes dedicados a esa misión.

El Gobierno francés ha indicado que, como consecuencia de esos controles, en lo que va de año se han duplicado las expulsiones de inmigrantes que habían entrado desde España respecto al mismo periodo de 2020.

El aviso de las oenegés

Por otro lado, las oenegés avisan de que la crisis de Ceuta ha sido posible debido a la "externalización de fronteras" que existe y se practica desde la UE y con la que estas organizaciones no están de acuerdo. La externalización es una política que "desplaza" la gestión de las fronteras exteriores hacia el sur, a través de la subcontratación del control migratorio a terceros países, creando una zona de freno previa, explica el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR). Esto se realiza a través de medidas complementarias entre sí que abarcan tanto la disuasión y la contención en tránsito como la devolución tras las llegadas y se realizan a través de firmas de acuerdos bilaterales o multilaterales de readmisión.

Este tipo de documento es el que vincula desde hace 20 años a Marruecos como socio prioritario de España en materia de control de flujos migratorios. Tal y como apunta CEAR, esta cooperación bilateral se materializa en distintas acciones, incluyendo el patrullaje marítimo conjunto o la detección e interceptación de personas migrantes. Pero, entre los aspectos más "preocupantes" para CEAR de esta externalización de fronteras está "el plazo de diez días que se da para solicitar la readmisión" y que, a su juicio, "dificulta la identificación de necesidades especiales o el acceso a la protección internacional".

En este acuerdo, indica, tampoco hay ninguna referencia expresa al respeto de los derechos humanos de las personas readmitidas en Marruecos, un país que, denuncian, no garantiza el principio de no devolución y, por lo tanto, no es seguro para las personas refugiadas y migrantes. Es por este motivo por el que las organizaciones que atienden a los migrantes a su llegada a España han reclamado estos días el fin de las políticas de externalización de fronteras a las que achacan esta crisis.