Òmnium exige a ERC y Junts acabar con las "dinámicas de desgaste y de hipertacticismo"

La paciencia de Òmnium Cultural y la ANC empieza a agotarse. Pese a haber querido marcar distancias con los partidos soberanistas, la falta de entendimiento -y el choque incesante entre ERC y Junts- a menos de 15 días de que se agote el plazo para investir a un 'president' y evitar una repetición electoral les ha llevado a mover ficha públicamente.

"Pedimos de todo corazón a la clase política que abandone las dinámicas de desgaste y de hipertacticismo porque absolutamente todos los espacios son imprescindibles y son útiles si son reconocidos por todos. Pero nos debilitan y pierden todo su sentido si se usan como arma arrojadiza", ha espetado el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ante una abultada comitiva soberanista, sindical y de organizaciones de la sociedad civil en un acto celebrado en La Farga de L’Hospitalet de Llobregat.

ERC y Junts mantienen las espadas en alto pese a una frágil tregua

Cuixart ha aprovechado un permiso penitenciario para advertir de que la entidad que representa "nunca" elegirá "entre ser más o ser más determinantes" porque "las dos cosas son igual de imprescindibles". También ha reclamado que cesen los "insultos" y el "linchamiento" entre compañeros de bancada.

"No corresponde a Òmnium marcar los tempos de la legislatura ni cómo tiene que ser la configuración del Govern pero mientras seguimos en este callejón sin salida, la represión se ensaña y las desigualdades se agudizan", ha inquirido Cuixart, clamando por la recuperación del "sentido de Estado y la generosidad". 

Especialmente molesto, ha reprobado el uso de la "represión" y los espacios independentistas -léase el Consell per la República- en favor de intereses partidistas, al tiempo que ha hecho un llamamiento para trenzar una estrategia compartida que incluya todos los matices del soberanismo. El acuerdo de gobierno, ha insistido el vicepresidente Marcel Mauri, "es viable, es posible y es necesario". "No podemos prescindir de nadie", ha añadido en alusión a la acción exterior comandada desde Waterloo.

El ‘vicepresident’ con funciones de ‘president’, Pere Aragonès; la presidenta del Parlament, Laura Borràs, el expresidente Quim Torra, miembros de ERC (Marta Vilalta y Roger Torrent), de Junts (Francesc de Dalmases y Gemma Geis), y de la CUP (Carles Riera y Dani Cornellà), así como de En Comú Podem (Marc Parés), han liderado el público político y han recibido a Cuixart con una gran ovación. En la bancada sindical y patronal se han situado los dirigentes de CCOO y UGT, miembros de la USTEC-STEs, y representantes de Cecot, PIMEC y la Cambra de Comerç de Barcelona. También se han dejado ver representantes del FC Barcelona, de la ANC y de entidades del tercer sector. 

La ANC convoca una manifestación

La ANC, por su parte, ha convocado para este domingo a las 11.30 horas una concentración frente al Palau de la Generalitat, en la Plaza de Sant Jaume de Barcelona, para exigir un Govern “nítidamente” independentista. A las puertas del Parlament, la presidenta de la entidad, Elisenda Paluzie, ha cargado contra la falta de acuerdo y ha sostenido que "buena parte de la base independentista está perpleja, decepcionada y enfadada”, por lo que “merece una explicación".

"La gente fue clave para poner la independencia en el centro, la gente fue clave para hacer referéndum del 1-O contra la violencia de un Estado y ahora la gente le tiene que decir a los partidos: 'Así no, queremos un acuerdo, queremos un Govern y queremos un plan", ha aseverado.

Paluzie ha exigido a ERC, Junts y la CUP que den respuesta a los “anhelos” del 52% de los electorales que votaron en clave independentista. Unas papeletas que desdeña “poner en riesgo” con una nueva cita con las urnas si antes del 26 de mayo no hay ‘president’, por lo que ha emplazado a las fuerzas políticas a “negociar hasta el final con responsabilidad y generosidad”. 

ERC, Junts y la CUP han sellado este miércoles un compromiso de mínimos para retomar las negociaciones, pero todavía no se vislumbra un pacto que convierta a Aragonès en 'president' y que dé comienzo a la legislatura.