Elecciones en la Comunidad de Madrid

La izquierda se vuelca en identificar a Ayuso con la extrema derecha de Vox

Gabilondo pide el apoyo para “frenar el odio y el Gobierno que prepara” el PP con los ultras

“El 4 de mayo se vota entre fascismo y democracia”, señala Iglesias

García califica de “aberrante” la “equidistancia” con el fascismo de la presidenta en funciones

La candidata conservadora ordena a los suyos no entrar en el encendido debate: "No estamos para circos"

Abascal llama "llorón" al aspirante de Podemos y pone en duda las amenazas de muerte recibidas

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Juan Ruiz Sierra

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La campaña del 4-M se encuentra ahora donde la izquierda quería. Las posibilidades de que los progresistas arrebaten al PP la Comunidad de Madrid continúan siendo escasas, según casi todas las encuestas, pero ahora, después de que Vox llevara un paso más allá su retórica incendiaria al negarse a condenar las amenazas de muerte a Pablo Iglesias, el PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos insisten en que el triunfo está al alcance de la mano. Lo ocurrido en la Cadena Ser el día anterior, cuando primero Iglesias y después Ángel Gabilondo y Mónica García se levantaron del debate ante la actitud de la candidata ultra, Rocío Monasterio, puede servir para movilizar a su electorado, más apático hasta el momento que el de la derecha. Los mítines celebrados este sábado por las tres formaciones de izquierda, que se muestran coordinados y no se atacan entre sí, tuvieron un denominador común: identificar a la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, favorita en los sondeos, con la extrema derecha, a la que en principio necesitará para gobernar. 

No solo Iglesias recibió una carta que contenía varias balas. Las amenazas también fueron sufridas por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez. Ambos, en una incorporación de última hora, participaron en el mitin del PSOE en el madrileño barrio de Vallecas, al que también asistió el conocido presentador de televisión Jorge Javier Vázquez.

"En tan solo tres días han atacado a los menores y han dado cobertura a las amenazas de muerte de nuestros compañeros”, dijo Gabilondo sobre Vox. El aspirante del PSOE pidió el voto para “frenar el odio y el Gobierno que prepara Ayuso con una ultraderecha que lanza alegatos predemocráticos”. Marlaska cargó contra el “discurso ruin y cobarde del señalamiento”. La vicesecretaria general del PSOE y portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, para quien "el PP y Vox son lo mismo", subrayó qué está en juego el 4 de mayo: “Esto ya va de democracia o fascismo”.  

A la misma hora, durante un acto sobre feminismo, Iglesias lanzaba la misma idea. “El 4 de mayo se vota entre fascismo y democracia”, dijo. Igual de clara fue García, en un vídeo grabado desde el parque del Retiro. La aspirante de Más Madrid calificó a Monasterio de “mala gente”. Pero, según García, eso no es lo principal en estas elecciones. “Hay algo más aberrante aún. La equidistancia de Ayuso. Quiero que explique, por favor, en qué se parece la libertad a las amenazas, al odio y a la mezquindad", señaló sobre la aspirante del PP, quien el viernes por la noche rompió su silencio inicial y empleó el altercado para atacar a Iglesias. "No puede ser que aquellos que provocan la violencia luego se hagan los ofendidos", dijo. 

"No os distraigáis"

Al PP no le interesa este vuelco en la campaña. Lo ocurrido trastoca sus planes. Los conservadores basan su estrategia en arriesgar lo mínimo, por eso Ayuso no participó en el debate de la Ser, y ahora temen el efecto movilizador sobre la izquierda que puede traer consigo el tumulto con Vox. La presidenta en funciones protagonizó un mitin con Pablo Casado en Pozuelo de Alarcón. “No os distraigáis (...) No estamos para estos circos. Tenemos que hablar de lo que sí pasa, no de lo que no pasa. No puede ser que se fabriquen problemas inexistentes para tapar lo importante”, pidió Ayuso a los suyos. En una rara aparición junto a su candidata, el líder del PP transmitió un mensaje similar. Acusó a la izquierda de sembrar el "miedo", algo que resulta "patético", y concluyó: “Nosotros a lo nuestro. Nos pagan un sueldo para servir a los españoles, no para pelearnos, no para gritarnos, no para molestar a quien piensa distinto”.

Y mientras tanto, Vox continuó instalado en el insulto y sembrando dudas sobre las amenazas de muerte recibidas, que ya han sido denunciadas. Desde la plaza de toros de San Sebastián de los Reyes, en su acto central de la campaña, el líder del partido ultra, Santiago Abascal, dijo que Iglesias era un “llorón” y el “puñetero niño consentido de la política española”. Abascal llevó a cabo una condena genérica de la violencia, pero al mismo tiempo dejó claro que desconfiaba de la veracidad de las cartas recibidas. “Si son inventadas, exigiremos hasta las últimas consecuencias para quien se las inventa”, dijo.