Protocolo
Los Mossos pueden disparar proyectiles de foam sin aviso previo en manifestaciones violentas
El protocolo apunta que los agentes deben dirigir el disparo de abdomen hacia abajo y que en caso de "peligro muy grave" pueden actuar sin autorización del mando superior
Sàmper asevera que la instrucción es "revisable" pero la CUP exige que se prohíba de forma inmediata el uso de estas herramientas
Júlia Regué
Responsable de la sección de Política.
Graduada en Periodismo y en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha desarrollado su carrera profesional en la sección de Política, donde se incorporó en 2016. Ha seguido la actualidad política del Parlament de Catalunya y el día a día de varios partidos. También ha colaborado en programas de TV3, Catalunya Ràdio y RAC1.
Júlia Regué
Los Mossos d’Esquadra hicieron público este lunes el protocolo para el uso de lanzadoras de proyectiles de foam que obliga a apuntar de abdomen hacia abajo, sin aviso previo en situaciones de violencia y sin autorización del mando policial ante un “peligro muy grave”. En noviembre del 2019 el Parlament aprobó una moción –con el único voto en contra de JxCat- para que se publicaran estas instrucciones, pero la petición se guardó en un cajón hasta que el impacto de uno de estos artilugios provocó la pérdida de un ojo de una joven manifestante en las protestas en contra del encarcelamiento de Pablo Hasél en Barcelona a mediados de febrero.
Según la directriz publicada, las municiones de estos proyectiles de impacto, que pueden alcanzar hasta 50 metros, se deben disparar del abdomen hacia abajo, pero si la persona “tiene un objeto arrojadizo, contundente o arma blanca” se pueden dirigir hacia las extremidades. Si bien aclara que antes de emplear este tipo de armas se deberán haber agotado las vías de diálogo y mediación, en caso de manifestaciones la comunicación previa requerida en otras circunstancias “no será preceptiva cuando se produzcan alteraciones de la seguridad ciudadana con armas o cualquier medio de acción violenta”.
La autorización del superior
Como norma general, el mando del dispositivo es quien tiene que autorizar el uso de estas herramientas a la persona designada para su uso dentro del operativo (que ha recibido una formación en esta materia), aunque, “excepcionalmente, en casos de extrema necesidad con peligro muy grave para las personas, para los agentes de policía o para los bienes”, se podrá utilizar “sin autorización”. “En este caso hay que informar cuanto antes de su uso, de les circunstancias que han provocado la necesidad de usarlo y de los resultados de la intervención”, puntualiza el protocolo, y hurga en que “siempre se tienen que utilizar siguiendo los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad”.
Según informaron los Mossos d’Esquadra, las lanzadoras permiten la trazabilidad y control posterior de su uso y se requiere al mando informar del número y tipo de proyectiles disparados en cada intervención, el lugar y la hora de los disparos y de las posibles incidencias detectadas. Este tipo de herramientas policiales se pueden usar cuando haya “desórdenes públicos graves y con peligro inminente para las personas, la policía y bienes inmuebles”, para neutralizar “conductas violentas individualizadas” que puedan provocar “lesiones a las personas o daños a los bienes”, así como cuando haya “un riesgo para la integridad física de terceras personas” y en el momento en que se den “situaciones peligrosas para la seguridad ciudadana”.
El compromiso de Sàmper
El 'conseller' de Interior, Miquel Sàmper, admitió que tuvo divergencias con comisarios de la policía catalana que preferían esperar unos meses antes de dar a conocer los protocolos, pero aseguró que se comprometió con Irídia, Amnistía Internacional y el Síndic de Greuges a publicarlos cuanto antes: "Se puede hacer hoy, mañana o de aquí tres meses, pero yo tengo un compromiso de enero y no puedo llegar a mayo y no dar una respuesta. Lo que hacemos ahora, con independencia de que la prefectura sigue con la intención de mejorar el contenido de los protocolos, es ponerlo ya a disposición de la ciudadanía", apuntó.
Sàmper desvinculó la publicación de este protocolo del acuerdo entre ERC y la CUP para la investidura del Pere Aragonès, que preveía la suspensión del uso de los proyectiles de precisión por parte de los Mossos d'Esquadra hasta que se publicara el reglamento interno que los regula, y aseveró que el contenido de la instrucción es "revisable".
La exigencia de la CUP
La CUP, sin embargo, le exigió responsabilidades porque a su juicio lo publicado "no es un protocolo, es un insulto" y reclamó la prohibición inmediata del uso de proyectiles de foam. El diputado anticapitalista Xavier Pellicer compareció desde el Parlament criticó que no detalle con precisión cuándo y cómo se deben usar estas herramientas. "Las balas de foam y las pistolas táser, como herramientas militares contra la población, se tienen que prohibir de forma inmediata", espetó, y denunció que el documento de los Mossos no concrete cómo se traza y se rastrea el empleo de estos aparatos.
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