Aragonès exige a Junts que no coquetee con repetir elecciones porque “la crisis no espera”

Puesta de largo, este jueves, de Pere Aragonès como presidenciable mejor colocado para sentarse en el Palau de la Generalitat. En plenas negociaciones con la CUP y Junts para formar un Govern y justo en el día en que las conversaciones con los posconvergentes “dieron un importante paso adelante”, según fuentes republicanas, el coordinador de ERC advirtió a los puigdemontistas de que no cabe ceder a la tentación de intentar forzar una repetición de las elecciones, “porque las crisis, sanitaria, social, económica y democrática” no esperan. “No podemos malgastar la gran mayoría por la amnistía y la autodeterminación, y no podemos perdernos en cálculos electorales”, sentenció.

Ante un selecto auditorio, con la presencia de Laura Borràs (JxCat) y Dolors Sabater (CUP), justo detrás de Oriol Junqueras y un puñado de filas por delante de Javier Faus (Cercle d'Economia) y Antoni Cañete (Pimec), que ocupaban las últimas sillas. Aragonès se explayó en los retos que tiene Catalunya por delante. Y sumó una cuarta crisis, la democrática, a las tres nacidas con el covid. Así, según el republicano, “la democracia estará en crisis mientras no se resuelva el conflicto político entre Catalunya y España”. Eso sí, Borràs y Sabater se fueron sin oír ningún tipo de horizonte temporal de un hipotético nuevo referéndum.

"Independentismo amplio y transversal"

Aragonès no presentó grandes novedades en cuanto a cómo aborda ERC este conflicto. Reiteró su estrategia de “ampliar el independentismo y hacerlo más transversal y universal”, hasta el punto de señalar que la conferencia en sí era un “alegato” a favor de un "Govern del 3 de octubre", es decir, el cuatripartito con Junts, CUP y En Comú Podem. Curiosamente, no asistió al acto ningún representante de esta última fuerza. Lo más cercano fue la presencia de Xavier Domènech, exjefe de filas de los ‘comuns’ en el Parlament.

Recordó la mayoría “inapelable” lograda el 14-F a favor de “la amnistía y el derecho a la autodeterminación” y, también, la igualmente indiscutible (51,7%) a favor de la independencia, y llamó a trabajar “desde las posiciones que podamos compartir, como hicimos con los presupuestos de la Generalitat”, en referencia al pacto del bipartito JxCat-ERC con los ‘comuns’, hace 11 meses.

Existe una crisis institucional por la incapacidad del Estado por dar una solución democrática al conflicto con Catalunya"

Pere Aragonès

Aragonès se empleó a fondo por reblandecer a sus posibles socios a los que les señaló que “todos”, también ERC, “tenían que salir de la zona de confort y les recordó que se puede hacer “mucho más” estando en el Executiu que desde la oposición.

Dedicó poco tiempo a analizar el papel del Estado, aunque sí empleó cierta contundencia al culparlo, vía represión, de la “interinidad” vivida en la Generalitat en los últimos meses. Y ni siquiera mencionó la mesa de diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez donde, se supone, se tienen que solventar las cuestiones relativas a ese conflicto político.

"Hay que hacer un Govern amplio con aquellas fuerzas dispuestas a ayudar a superar las distintas crisis"

Pere Aragonès

El apartado del ‘procés’, en el orden cronológico, vino precedida y sucedida por las cuestiones económicas y sociales. En cierta forma, sí respondió a uno de los soniquetes habituales de Sánchez, según el cual el independentismo ha fracturado la sociedad catalana, para señalar que “lo que divide a los catalanes es la crisis social” derivada de la pandemia. Cuanto más porque esta creció sobre una base “ya inaceptable de pobreza”.

Queda pandemia por delante

Una pandemia a “la que aun le quedan meses de medidas restrictivas, quizá no estrictas”, pero que dificultarán la recuperación de una economía que, hoy, cuenta con 500.000 parados “y 150.000 hogares con todos sus moradores sin trabajo y una tasa de paro juvenil absolutamente insoportable”.

Estos fueron los minutos dedicados a compartir la música que los republicanos han susurrado a la CUP y que, de momento, tanta buena sintonía parece haber creado.

En lo que sí insiste Esquerra es que su llegada al Govern, si ello sucede, no supondrá ningún tipo de continuismo. “No hemos venido a gestionar, sino a transformar”, señaló Aragonès, que reiteró su deseo de reestructurar de arriba abajo el Executiu, “sin compartimentos estancos en cada ‘conselleria’” y con mayor trabajo en equipo.