CITA CON LAS URNAS

El 14- F en Sant Roc: "¿No nos dejan salir a ganarnos el pan y vamos a ir a votar?"

Los vecinos de este barrio, uno de los más vulnerables de Badalona, se muestran poco o nada motivados con la cita electoral de este domingo.

El miedo a contagiarse de covid es grande, y lo es más la desconfianza en un sistema que les ha dejado al margen.

El 14-F en Sant Roc, Badalona

El 14-F en Sant Roc, Badalona. / Ferran Nadeu

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

José Cortés, Juan Amaya Batista y Domingo Flores tienen varias cosas en común. Los tres viven en el barrio de Sant Roc, en Badalona, enclave cuyos índices de pobreza deberían sacar los colores a cualquier gobierno, y sin embargo nada indica que lo haga. Los tres son pensionistas y, lejos de vivir tranquilos tras toda una vida remando, sufren y no poco por sus familiares, que en gran medida dependen de ellos y de sus pequeñas pagas. También les une el hecho de que es "muy probable" que ninguno de los tres vaya a votar este domingo. Los dos primeros “con total seguridad” no lo harán, según reiteran convencidos y enfadados. Domingo no es tan contundente en la afirmación (ni en esta, ni el resto de su calmado discurso), pero prácticamente no sale de casa por su enfermedad -vive pegado a una máquina de oxígeno- y por el miedo al covid, así que lo ve "complicado".

"Ten por seguro que ni mi familia ni yo iremos a votar por dos razones: por el virus y porque, ¿para qué? Ningún gobierno de la Generalitat ha hecho nada por nosotros, ninguno", zanja Juan antes de añadir un último y convencido "ninguno".

"Aquí la necesidad que hay es muy grande. No hay trabajo. La gente se dedica a buscar chatarra y al mercadillo, y ahora no se puede vivir ni de una cosa ni de la otra. La situación es muy grave y nadie se ha preocupado por nosotros. ¿Ahora les tenemos que ir a votar? ¿No nos dejan salir los fines de semana a trabajar al mercado, a ganarnos la vida, y tenemos que ir a hacerles el juego? No vamos a hacerlo. Dudo que mucha gente de esta parte del barrio vaya a votar", añade Juan a sus 74 años.

Juan Amaya, vecino del barrio de Sant Roc, en Badalona.

Juan Amaya, vecino del barrio de Sant Roc, en Badalona. / Ferran Nadeu

Esta parte del barrio es la calle de Alfons XII, la más afectada por los cortes de luz durante lo más duro del invierno. José asiente mientras escucha a su vecino Juan. El hecho de que no les dejen salir a hacer mercadillos, al aire libre, pero les quieran meter en locales cerrados "llenos de gente" les indigna sobremanera. José tiene tres hijos, los tres vecinos del barrio. "Con los 1.200 euros que ganamos entre la pensión de mi mujer y la mía tenemos que mantener a tres familias de cinco, siete y tres miembros", explica este jubilado de 73 años. Su hija es una de las muchas afectada por los apagones, situación que, por el momento, parece que se ha resuelto. Como mínimo les ha dado una tregua (gracias a la subida de temperaturas y tras un operativo policial contra algunos pisos en los que se cultivaba marihuana). 

"Fatal, no; peor"

Mis hijos se dedican a los mercados y llevan un año fatal. Fatal, no; peor”, se desahoga José. Juan le da la razón en todo. Él es soltero, pero, con su pensión no contributiva tiene que ayudar a su hermana, que también está en el mercadillo, y a sus sobrinos. "Yo no tengo hijos, pero de familia somos muchos", prosigue el hombre, quien hace algunos años perdió su piso de propiedad, ahora del banco, aunque "gracias a la plataforma” sigue viviendo en él. “Firmamos cosas que no sabemos lo que firmamos. Hay que leer la letra pequeña. La letra pequeña”, añade el hombre. La hija de su vecino José perdió dos pisos, "por lo mismo". También "gracias a la plataforma", como Juan, tiene un alquiler social. 

José Cortés, vecino del barrio de Sant Roc, en Badalona.

José Cortés, vecino del barrio de Sant Roc, en Badalona. / Ferran Nadeu

Tanto José como Juan son miembros de la Plataforma Sant Roc Som Badalona, desde la que luchan contra los desahucios, sangría que no ha habido decreto ni gobierno que corte. Cada lunes por la tarde decenas de familias acuden a asesorarse con las órdenes de desahucio en mano. Esta plataforma vecinal fue también la que canalizó las protestas por los cortes de luz, que han tenido el barrio a oscuras y helado durante semanas. Situación que no es nueva. Se repite año tras año. "Se debe actuar de raíz para evitar que, cuando vuelvan a bajar las temperaturas, se vuelva a repetir", aseveran.

En esta zona del barrio más de la mitad de los vecinos tienen la luz pinchada o por la imposibilidad de pagar los recibos o porque al vivir en pisos ocupados (ante la imposibilidad de pagar un alquiler a precios de mercado) no pueden contratar un contador. "La solución pasa por regularizar la situación de todas esas familias con contadores sociales", reiteran desde la plataforma, convencidos de que el momento es ahora.

Domingo Flores, vecino del barrio de Sant Roc, en Badalona.

Domingo Flores, vecino del barrio de Sant Roc, en Badalona. / Ferran Nadeu

Una de las personas que más sufrió durante el mes largo de cortes de luz diarios fue Domingo Flores, vecino de la calle de Alfons XII que vive 16 horas al día conectado a una máquina.

Son las 12 del mediodía y Domingo tiene la ventana abierta y va en camiseta de imperio. El tiempo no tiene nada que ver con el que hacía hace escasos 15 días. Tiene la televisión encendida. Mira una tertulia política. Si no va a votar el domingo no será por desinterés, sino por salud. "Mira, todo esto son medicamentos -señala mientras abre los cajones del mueble bajo el televisor-; todo medicamentos, todo. "Tengo cuatro máquinas de oxígeno, para cuando se va la luz, tener alguna cargada", añade sentado en el sofá del pequeño comedor del piso que comparte con sus dos hijos discapacitados. Por la ventana, vive en los bajos, asoma el butanero. Pasean también hombres con jaulas en la mano y corretean criaturas.

Suscríbete para seguir leyendo