En clave Madrid

Los monclovitas y la movida catalana

La campaña del 14-F y los potenciales pactos ganarán foco en enero y agitarán la coalición PSOE-Podemos

Con diferentes visiones sobre alianzas en Catalunya, Sánchez e Iglesias tienen pendiente la sedición y los indultos

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en una imagen reciente.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en una imagen reciente.

Gemma Robles

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El rol que han tenido y que tendrán los comunes en la Catalunya de años turbulentos es, desde hace tiempo, objeto de teorías y estrategias. También ajenas. Y si no lo creen échenle un vistazo al libro de Carles Puigdemont ‘M’explico’, de Plaza y Janés, redactado con la colaboración de Xevi Xirgo. Allí se destripan entre otras muchas conversaciones las mantenidas con Ada Colau, a quien se le demandaba apoyo explícito a un referéndum y guiños a la independencia si quería ser tomada en consideración por los independentistas en los previos del 1-0.

Ésta, la de ponerle condiciones a la organización morada si quiere según qué reconocimiento, es una de las pocas cosas que no parecen haber cambiado. Tampoco ahora, en vísperas electorales y con las encuestas dando pocas alegrías a En Comú Podem.

¿Los comunes, en un futuro gobierno de ERC en Catalunya...?, se le preguntó este fin de semana a Laura Vilagrà, número dos de la candidatura republicana. «Depende de ellos, de su papel y de cómo se incorporen con la agenda política que tenemos sobre la mesa del derecho a la autodeterminación y la amnistía», respondió a Ep. Los morados catalanes le dan vueltas al asunto. Los que ahora tienen despachos gubernamentales, también.

 Hay que ir preparándose. Tras las extrañas navidades, el foco informativo seguirá puesto en la pandemia y derivadas y en la vacunación, como no puede ser de otra manera. Pero en paralelo se abrirá paso poco a poco el ambiente preelectoral catalán. Y se extenderá a Madrid y sus centros de poder, sin que la agitada coalición de la Moncloa vaya a resultar una excepción. Otro motivo de tensión interna, apunten.

Las cábalas


Comidas las uvas y pasado el episodio de los reyes (magos), se hablará más abierta y más asiduamente de potenciales pactos en Catalunya, bien por el ala independentista bien por el ala de la izquierda si le dan los números a ERC, cábala donde podrían entrar los comunes. ¿Y el PSC?. En el entorno de Pedro Sánchez se da por sentado que no, que no se repetirá un tripartito aunque la aritmética lo permitiera.

Dicen las fuentes consultadas que el presidente y líder socialista escucha en esto, sobre todo, el parecer de su ministro de Sanidad y dirigente catalán, Salvador Illa, que prefiere llegado el caso que su partido en Catalunya repita la misma fórmula que ERC adopta en Madrid, influyendo y apoyando desde fuera del Gobierno. Añaden que Miquel Iceta, a quien los adversarios tratan de robarle como sea el voto que le auguran las sondeos, está en la misma línea.

   Todo esto determinará, sin duda, los planes y discursos políticos de Sánchez a partir de enero (que participará intensamente en campaña, según explicó en su reciente entrevista con EL PERIÓDICO), que a su vez tendrá que mantener equilibrios con su socio fundamental, Pablo Iglesias (en otra onda pactista) y con la propia ERC en el Congreso de los Diputados. 

Sedición, indultos y mesas


«La movida catalana», como se refiere un miembro del Ejecutivo central a la agenda que está por venir, se sumará pues desde enero a los quehaceres monclovitas. Actos políticos marcados por las medidas anticovid; discursos estudiados y gestos entre líneas pensando en el 15-F. Del presidente y de su vicepresidente. Atentos a las semejanzas y sobre todo a las diferencias.

Y atentos a las reformas pendientes que de pronto pueden tomar vida: sigue en el cajón la reforma del delito de sedición -está más que preparada, solo esperando oportunidad política-, esa que además de modernizar el Código Penal, permitiría regresar con menos presión a su espaldas a los líderes del 1-0 que continúan fuera de España.

Será asimismo en los comienzos del 2021 cuando el Supremo se pronuncie sobre los indultos para políticos independentistas (nadie espera un pronunciamiento opuesto al espíritu de la sentencia), colocando la patata caliente sobre la mesa del Ejecutivo de coalición.

Los ministros, morados y de puño y rosa, dicen desconocer si el presidente querrá mojarse en una cuestión de tanta profundidad ante del 14 de febrero. La mayoría lo duda, pero no quieren dar nada por hecho. Por lo que puede pasar. Lo que sí pasará -y en esto sí se atreven-, es que en la mesa de diálogo se darán pasos pro acercamiento si ERC gana las elecciones, como sigue señalando la demoscopia.

Es obvio que «la movida catalana» busca hueco ya en las carpetas de Moncloa. Se colará en las de prioridades de 2021. Seguro. Y puede que en la de «movidas de la coalición», también. No será difícil.  

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