ACTO DE ARRANQUE EN CASA DE AMÉRICA

Sánchez reclama unidad y un "nuevo clima político" y garantiza a los empresarios la estabilidad del Gobierno

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Juanma Romero

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Búsqueda de la unidad, de un "nuevo clima político" que destierre los "viejos clichés", los antiguos hábitos y alianzas, y garantía de estabilidad de la legislatura y del Gobierno. Un Ejecutivo de coalición pensado para sobrevivir cuatro años y que aspira a que España salga de la crisis del coronavirus con más fuerza, que encarrile la senda de la recuperación lo más pronto posible y que, gracias a las ayudas europeas, contribuya a elevar el PIB por encima del 2% a largo plazo.  

En síntesis, ese fue el mensaje que Pedro Sánchez trasladó este lunes, último día de agosto, en la conferencia 'España puede. Recuperación, transformación, resiliencia' en la Casa de América de Madrid, ante su Gobierno —solo faltaron los titulares de Cultura y Universidades— y la plana mayor de empresarios y sindicatos y un ramillete de intelectuales, artistas, 'influencers' y directores de medios de comunicación. Un centenar largo de personalidades, encabezado por los grandes del Ibex 35 —desde Ana Botín (Santander), hasta Carlos Torres (BBVA), Pablo Isla (Inditex), José María Álvarez-Pallete (Telefónica), Florentino Pérez (ACS), Antoni Brufau (Repsol), José Manuel Entrecanales (Acciona), Isidre Fainé (La Caixa), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) o José Ignacio Goirigolzarri (Bankia)— y el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, y convocado para el acto inaugural del curso político.

Por eso mismo, la Moncloa había cuidado al máximo la escenografía del acto, y también el largo discurso, de unos 40 minutos [aquí en PDF]. Pero finalmente el jefe del Ejecutivo optó por una alocución pretendidamente motivadora aunque sin anuncios de medidas. La reflexión sobre la que pivotaban sus palabras es que "si España quiere, España puede", como ha demostrado en momentos más dramáticos de su historia, pero para eso muchos tienen que ayudar, y no solo el Gobierno.

"Tenemos que querer muchos, y cuantos más mejor". "Aquí hay más de un centenar de personas que, con seguridad, expresaron preferencias políticas muy dispares en las últimas elecciones —señaló, dirigiéndose al dispar auditorio—. Y sin embargo, estoy convencido de que por encima de las diferencias, comparten una misma esperanza, y es ver a nuestro país erguido, marchando hacia el futuro. Y estoy además, convencido de que están listos para sumar sus esfuerzos y para lograr ese empeño común". 

Sánchez apuntó que entre las previsiones y planes de su Gabinete no figuraba "la calamidad" del covid, pero su Gobierno "lo tiene claro". Elige "unidad", y no "división" ni "confrontación", elige "unidad, unidad y unidad", reiteró hasta la saciedad. "España debe entenderse con España", como Europa lo hizo consigo misma cuando acordó, en julio, un nuevo 'plan Marshall', el paquete de 750.000 millones de euros, entre transferencias y créditos, de los cuales 140.000 llegarán a España. Subrayó que de hecho ese es el punto diferencial respecto a crisis precedentes, el "hito inédito" del acuerdo europeo del que, esta vez sí, podrá beneficiarse España. Es una "norme oportunidad" para "transformar" el país y para hacerle "mucho más resiliente desde el punto de vista social y económico". 

Sánchez pide unidad a los partidos para que "no haya una España contra otra"

Sánchez pide unidad a los partidos para que "no haya una España contra otra". / periodico

El jefe del Ejecutivo apuntó que el Gobierno ya está avanzando los preparativos del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia, plan que se llevará a Bruselas para que reciba el visto bueno y que, según las estimaciones del Gabinete, "impulsará el crecimiento económico de largo plazo de nuestro país por encima del 2% del PIB". No concretó plazos. 

La idea nuclear es que "si España quiere, España puede", como en otros momentos de su historia, defiende

El líder socialista hizo mucho hincapié en que ya nada es como antes, porque la pandemia ha cambiado los cánones. Debe acelerar las transformaciones pendientes —la revolución digital, la transición ecológica, la cohesión social y territorial, la agenda feminista— y debe cambiar incluso las formas de hacer política. "Nada puede volver a ser como antes de que el fatídico virus irrumpiera", y si"lo saben" las familias, los alumnos, los profesores, los sanitarios, los empresarios grandes y pequeños, los jóvenes y mayores, "¿cómo no vamos a darnos por enterados los partidos?", se preguntó. Indicó que es inviable seguir con las "antiguas costumbres" y los "viejos clichés". Deslizaba así un mensaje claro a la oposición. Al PP, por descontado, para que no se quede al margen del entendimiento, pero también, indirectamente, a sus socios de Unidas Podemos, para que aparquen su veto hacia otras fuerzas, singularmente Ciudadanos, a quien no quiere ver de socio presupuestario pero a la que Sánchez necesita. 

"Pensando en todos los españoles"

Porque "el desafío es tremendo, apabullante", "tan ingente que ha de convocar a todos", "el mayor reto en un siglo", tan imperioso que hace inviable que se pueda superar con una España "dando la espalda a la otra media", sostuvo. Sánchez, retóricamente, hasta dijo sorprenderse de que se hable de comunidades autónomas del PSOE y del PP —como si su partido no lo hiciera—, porque en esta crisis se ha comprobado que "no hay virus de derechas ni de izquierdas", ya que amenaza a "todos" los ciudadanos por igual. Ese extremo le sirvió para proclamar que "la coalición" gubernamental —otro aviso a Podemos— actuará "pensando en todos los españoles". Así que la primera condición es "avanzar en la unidad frente a la pandemia", lo que exige "desterrar la pelea partidista en la lucha contra el virus". 

Además de la unidad, Sánchez reclamó "instituciones sólidas", porque la emergencia necesita de ellas, y que estén "actualizadas, legitimadas". Percha de la que colgó el llamamiento al PP —sin citarlo— para que renueve órganos como el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional o el Defensor del Pueblo. Hay que "honrar el mandato constitucional siempre, y no cuando se nos antoje", defendió, en un evidente reproche a los populares, que se niegan a proceder al desbloqueo institucional cuando está a la oposición, ahora con el argumento de que en el Ejecutivo está Podemos. 

Sánchez llama a "honrar el mandato constitucional" y urge al PP a desatascar la renovación institucional

Tercer aspecto que el Gobierno considera capital: "Necesitamos un nuevo clima político, marcado por la estabilidad y la unidad". Sánchez lanzó aquí un mensaje nítido a empresarios y sindicatos: su Ejecutivo puede "garantizar la estabilidad" durante 40 meses, los que restan de legislatura, "por descontado", pero siendo "imprescindible" esa condición "no basta", porque se requiere una unidad que se "imponga sobre viejos hábitos y clichés". El presidente insistió en que la unidad no exige "renunciar" a las banderas ideológicas de cada partido, sino "acompasarlas a este momento excepcional e inédito". Dicho de otro modo, ha de ser posible "compaginar las preferencias", la ideología de cada formación con "un bien superior, que es la recuperación del país". 

Ahí el líder socialista estaba hablando, obviamente, de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), la piedra angular de su proyecto y que han de salir adelante para que su Ejecutivo disfrute de la estabilidad que invoca. Sánchez sigue haciendo esa apelación a unas cuentas "de país", transversales, frente a su socio de Unidas Podemos, que demanda priorizar a los aliados de investidura (ERC frente a Cs).

Legislatura "fecunda"

El jefe del Ejecutivo sostuvo que es "tiempo" de "política de altura", de "acuerdos", "de encuentro, de negociación, de honestidad, de la España que queremos construir". La legislatura, volvió a garantizar, será "estable", porque "ese fue el mandato de las urnas". Nueva demostración de que la coalición es sólida y no se romperá pese a las presiones externas. Añadió entonces que si se quiere que la legislatura, además de estable, sea "fecunda", dependerá de "muchos". "Nadie puede beneficiarse del daño colectivo", apremió. Más aún: "Nadie tiene derecho a no arrimar el hombro porque tenga una ideología contraria al Gobierno de turno, una identidad distinta o unos intereses opuestos". 

Sánchez recordó que en estos meses se ha comprobado que la unidad funciona, porque se logró doblegar la curva de contagios en el peor momento de la pandemia de covid-19. "Lo hicimos juntos, frenamos la ola más feroz y destructiva". De modo que la unidad ha de imponerse frente a las "antiguas querellas" o las "viejas divisiones". 

El presidente pidió al auditorio —y, por extensión, a los partidos y ciudadanos— que sean conscientes de las "capacidades" de España, un "país admirable", sin que ello suponga caer en la "autocomplacencia". Superó un turbulento siglo XX, una Guerra Civil, una dictadura de 40 años, el zarpazo del terrorismo, y pudo reponerse y logró modernizarse. Es un país, dijo, que ha "sabido convertir amenazas en éxitos colectivos".

Lo que pretendía el líder socialista era infundir ánimos, apuntalar el mensaje de que España, que ha protagonizado una "transformación colosal" en estos años de democracia y que es a la vez un "país antiguo", de larga historia, pero "dinámico" y "a la vanguardia" en la lucha de los derechos, está llamada a dar un "salto de gigante" en la próxima década, y tiene el "coraje" de hacerlo. 

Son, para el Gobierno, cuatro las "vías de trabajo" en las que aplicar el "talento" de todos: la transformación digital, que modernice la economía y que eleve el crecimiento potencial; la transición ecológica, que mejore las condiciones de vida y que legue a las futuras generaciones un planeta sostenible y con "empleo de calidad"; la apuesta "inquebrantable" por la cohesión social y territorial como vector de "toda acción política" y finalmente un "cambio feminista en las mentalidades y reglas sociales". Entre esos retos no citó expresamente la búsqueda de una solución para Catalunya, elemento que sí estaba más presente en sus discursos precovid. 

Se trataba, pues, de un discurso de piel patriótica, de arenga a los ciudadanos y a los allí reunidos —la "única posibilidad es intentarlo una y otra vez", "ningún traspié va a impedir levantarnos"—, diseñado para explotar al máximo el mensaje de la unidad. Sobre todo por una cuestión aritmética, porque la dura realidad del Gobierno de coalición es que solo dispone de 155 escaños, a 21 de una mayoría absoluta. Sánchez enfatizó por ello que la recuperación del país "no es una tarea solo del Gobierno", sino que "interpela" a todos, "al conjunto de la sociedad". Desde empresarios hasta representantes de la cultura y de los medios, de la intelectualidad y de la cultura y del universo de los 'influencers'. 

El acto se ajustó a lo esperado en la estética monclovita. Presidencial, sobrio en las formas, sin aplausos en el arranque, pero sí al final de los invitados y del propio jefe del Ejecutivo. Sin presentadores ni teloneros. Su discurso y punto. No hablaron los ministros a su llegada, para no robar foco a Sánchez, tampoco los de Unidas Podemos. Pero las cámaras sí enseñaron conversaciones quizá impensables hace solo unos pocos meses: la titular de Igualdad, Irene Montero, departiendo con Ana Botín, o el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, junto a Carlos Torres. Los asistentes abandonaron la Casa de América complacidos por la apelación a la unidad. La Moncloa cumplía su objetivo, solo el primer acto de lo que vendrá esta semana y el punto hacia el que mira el líder socialista: sus reuniones con Pablo Casado e Inés Arrimadas este próximo miércoles. 

Gobierno casi al completo, empresarios, sindicatos... y hasta la Boticaria García

El acto de este lunes imitó la estética y el formato del que Pedro Sánchez protagonizó en septiembre de 2018, cuando sumaba 100 días en el poder. Entonces también fue en la Casa de América de Madrid y entonces también convocó a personalidades del mundo de la empresa y los sindicatos, de la cultura y de los medios, del cine y del teatro, de la música y de la tele.