el 18 de diciembre

Tsunami Democràtic convoca una concentración alrededor del Camp Nou horas antes del Barcelona-Madrid

El Camp Nou, visto desde el exterior

El Camp Nou, visto desde el exterior / periodico

Júlia Regué

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El Tsunami Democràtic volverá a las andadas después de un mes inactivo tras el corte de La Jonquera. La plataforma que canaliza protestas contra la sentencia del ‘procés’ se ha propuesto el próximo 18 de diciembre bloquear los accesos al Camp Nou de Barcelona donde se disputará el Clásico entre el FC Barcelona y el Real Madrid. 

A través de un comunicado, la organización llama a concentrarse desde las 16 horas en cuatro ubicaciones que rodean el estadio para denunciar que "una parte importante de la población catalana sufre exclusión por razones de ideología" porque "ni puede ejercer derechos fundamentales sin represión, ni puede ejercer su derecho a la autodeterminación". Asimismo, sostienen que "decenas de personas están o han estado en prisión simplemente por ejercer y promocionar estos derechos". 

Según Tsunami Democràtic hay más de más de 18.000 personas se han inscrito para participar en esta protesta, algunas de ellas con entradas para el partido o con abonos de socio que han recibido "las consignas pertinentes" y se han organizado para desarrollar acciones durante "una jornada que será seguida por 650 millones de personas en todo el mundo". "Es una oportunidad de hacer visible, en las gradas y en el campo, y de forma efectiva, el llamamiento al diálogo que España ignora", apunta el comunicado.

Los Mossos ya preparan un dispositivo de seguridad especial para esta jornada.

Tsunami Democràtic convoca una concentración ante el Camp Nou antes del Barça-Madrid

Tsunami Democràtic convoca una concentración ante el Camp Nou antes del Barça-Madrid. / periodico

Coordinación policial

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, se mostró convencido de que la coordinación con los Mossos d’Esquadra permitirá que el partido de fútbol se juegue con la "necesaria tranquilidad" y sin otras connotaciones que las deportivas. El partido debía celebrarse el 26 de octubre pero fue pospuesto debido a riesgos para la seguridad tras las manifestaciones contra el fallo del Tribunal Supremo. Grande-Marlaska apeló al "trabajo continuo" con los Mossos d’Esquadra y la Consellería de Interior desde que estallaron las protestas para trasladar un mensaje de tranquilidad. 

En la misma dirección, la ‘consellera’ de la Presidència y portavoz del Govern, Meritxell Budó, sostuvo que desde el Ejecutivo catalán ven necesario garantizar el derecho a la movilización y, al mismo tiempo, la "normalidad" del partido. "Tenemos claro que estamos para garantizar los derechos de todo el mundo, y que los socios y aficionados puedan asistir al campo, a la vez que la gente que quiera pueda hacer movilizaciones y concentraciones", añadió. 

El presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Joan Canadell, defendió que la protesta "valdrá la pena" y ayudará a "enseñar al mundo" el conflicto catalán.