tras el descalabro electoral

Rivera dimite y deja a Cs sin rumbo político

Rivera dimite tras el fracaso electoral del 10-N

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Miguel Ángel Rodríguez

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Durante 14 años, Albert Rivera ha sido el líder de Ciudadanos. Hasta que este lunes, los desastrosos resultados obtenidos el 10-N llevaron al político catalán a adoptar tres decisiones: dimitir de su cargo como presidente del partido liberal, renunciar a su acta de diputado en el Congreso y abandonar la política para regresar a su actividad profesional como abogado. Ante medio centenar de dirigentes del partido y trabajadores que hicieron lo imposible para no romper en lágrimas, Rivera cerró una etapa de su vida, aquella que, dice, recordará con mayor cariño pero que, a la vez, más le ha desgastado.

Tras perder 47 escaños -bajó de 57 diputados a 10-, caer hasta la sexta fuerza y dejarse por el camino de la repetición electoral más de 2,5 millones de votos, el expresidente naranja tomó la decisión de abandonar el partido que ayudó a construir en el 2006 y en el que ha ido creciendo durante su trayectoria política. Con el sueño de ser el referente de la derecha destruido en apenas seis meses, Rivera aseguró que el descalabro electoral solo es una "estación" más de una formación que se bregó contra el independentismo en Catalunya y que dio el salto a la arena política estatal en 2015.

Tras su controvertida alianza con la ultraderecha en cuatro comunidades autónomas y varios ayuntamientos (que le costó la marcha de dirigentes clave) el súbito adiós de Rivera deja en el aire cuál será el rumbo político de la formación a partir de ahora, si volverá a los orígenes centristas con los que nació o, en cambio, apostará por competir con Vox. 

"A mis padres, a mi hija, a mi pareja"

"La vida es mucho más que la política. Creo que ha llegado el momento de servir a otra gente: a mis padres, a mi hija a la que le he dedicado menos horas de las que debería, a mi pareja que ha estado a mi lado aguantándolo todo, a mis amigos que me veían por la tele y a todos vosotros, compañeros. Por eso, como la vida sigue, como las cosas pasan yo quiero seguir siendo feliz", explicó tras apuntar que su salida no era solo del partido sino de la vida pública.

Pero antes de marcharse lanzó un último mensaje: "Quiero citar una frase de [Barack] Obama: 'Si para ganar tienes que dividir a la gente vas a tener un país ingobernable'". Unas palabras que bien podría ser para el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, como para el líder de Vox, Santiago Abascal. 

Momentos después, confesó estar preocupado por la futura gobernabilidad de España y, haciendo uso por última vez de la tribuna de Cs, envió un consejo a sus homólogos en otros partidos: "Como yo ya no voy a tomar decisiones, a los que las tengan que tomar les deseo suerte y mucho acierto". No adelantó cuál debe ser, a su juicio, el rumbo que tome la nueva dirección del partido tras el batacazo electoral del domingo.

Futuro incierto

La situación interna de Cs es delicada tras el paso atrás de Rivera. Sin presidente y con la Ejecutiva disuelta, el timón de la formación recae en manos del Consejo General del partido, el máximo órgano entre Asambleas, que será convocado en un plazo máximo de 15 días, según fuentes naranjas.

Este órgano será el encargado de nombrar una gestora, que debería decidir la posición de Cs ante una posible investidura- y de proclamar la fecha de la próxima Asamblea General para elegir al sucesor de Rivera. Sin embargo, según los estatutos de la formación, no se puede convocar ningún congreso extraordinario en los 4 meses anteriores o posteriores a una cita electoral. Esto situaría la cita a partir del 10 de marzo, aunque los liberales no descartan adelantarla. 

La sucesora más lógica sería Inés Arrimadas, portavoz parlamentaria desde las pasadas elecciones y el símbolo liberal de la lucha contra el independentismo, haciendo política desde el Parlament durante los momentos más tensos de los últimos años. También entran en las apuestas el nombre de Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, y el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio Aguado.