Una moción para hacer ruido

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jregue50207984 grafcat4423 barcelona 03 10 2019 la l der de ciudadanos 191003192053 / EFE / QUIQUE GARCIA

Júlia Regué

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El Parlament de Catalunya se convertirá este lunes en el epicentro de la precampaña del 10-N. La líder de Ciutadans (Cs), Lorena Roldán, se reclinará en el atril para defender una moción de censura contra el 'president' de la Generalitat, Quim Torra, condenada al fracaso desde su anuncio, por lo que los grupos parlamentarios se acomodarán a la función para pescar réditos electorales.

Varios sectores del constitucionalismo reprocharon a Inés Arrimadas no haber intentado plantar cara con una maniobra que, aunque se sabía frustrada, podía haberle resultado beneficiosa en el plano simbólico. Amagó con ella tras los plenos del 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron las leyes de desconexión en la Cámara catalana, pero nunca quiso dar el paso, tampoco ofrecerse a la investidura, precisamente porque sabía que no fructificaría.

Roldán, que desde su coronación como nueva líder se esfuerza en desligarse de la sombra de Arrimadas, se había acogido al mismo argumento hasta ahora: "la suma no da". Desdeñó por activa y por pasiva esta idea propulsada por el PPC hasta que, hace apenas una semana, la dirección dio su plácet.

¿Qué ha cambiado? Según Roldán, la detención de siete miembros de los CDR acusados de terrorismo y tenencia de explosivos no puede pasar desapercibida y Torra "alienta y jalea a sus comandos". "Esto es una urgencia democrática, esto es una obligación moral", sostenía el miércoles. El partido, incluso, ha llevado al 'president' ante la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) para que investigue si tiene alguna vinculación con los detenidos.

Pero con las encuentas a la contra y las elecciones a la vuelta de la esquina, los partidos que no la promueven critican el uso de esta medida para hacer ruido. Y es que la aritmética parlamentaria sigue siendo la misma que tras el 21-D: los cuatro diputados populares sumados a los 36 naranjas se quedan muy lejos de la mayoría absoluta (68 diputados), necesaria para desbancar a Torra, y el PSC no facilitará lo que tacha de una estratégia para relanzar a Roldán, por lo que registrará 17 abstenciones. Los 'comuns' ya han anunciado su portazo con un 'no'. Pero, como a Alejandro Fernández le gusta subrayar citando al expresidente Felipe González, "lo importante es ganarla ante la opinión pública". Incluso él mostró su tempor a que se convierta "en un postureo o en un mitin de un lunes", por lo que pidió ser "constructivos".

Los impulsores sitúan la moción en una dicotomía entre "Torra o la convivencia" para damnificar al PSC por no presatrle apoyo y tratar de recuperar el voto fugado recordando a lo largo de la campaña que optaron por Torra y no por Roldán. Nadie pasa por alto que el 'president' saldrá victorioso del pleno, algo que podría reforzar su liderazgo. Los independentistas no entrarán al trapo y buscarán mantener un perfil bajo con intervenciones cortas. 

'Pressing' al PSC

El líder de Cs, Albert Rivera, que ha redoblado su presencia en Catalunya, se trasladará al Parlament junto a Arrimadas para seguir el desarrollo del pleno. Incluso llegó el 1 de octubre a Barcelona para presentar él mismo la iniciativa. Desde Madrid, ha apretado durante toda la semana a Pedro Sánchez para que haga cambiar de opinión al PSC: "¿Què más hace falta? ¿Goma-2? No, ya tenemos. ¿Armas de fuego? Ya las han encontrado. ¿Conexiones entre el Govern y los comandos separatistas? Ya las han encontrado", insistió el pasado martes.

"El problema es Quim Torra, pero la solución no es Ciutadans", replicaban en el PSC. El primer secretario del partido, Miquel Iceta, incluso usó las declinaciones de Arrimadas para justificar su mismo portazo: "Daba dos motivos: uno, que los números no dan, y el otro, que uniremos al independentismo y será peor el remedio que la enfermedad", recordó.

Esta moción de censura será la cuarta que se presenta en Catalunya y ninguna de ellas prosperó. Las dos primeras fueron contra Jordi Pujol, y fueron lideradas por Josep Benet (PSUC), en el1982, y Pasqual Maragall (PSC-CpC), en el 2001. La tercera fue precisamente contra Maragall y la instigó Josep Piqué (PPC) en el 2005, aunque fue retirada antes de ser sometida a votación.