JxCat y ERC apaciguan su refriega cara a la Diada

Meritxell Budó, en una rueda de prensa del Govern.

Meritxell Budó, en una rueda de prensa del Govern. / periodico

Xabi Barrena

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La ‘pax Diada’ existe. Sea por convencimiento de que el independentismo no puede presentarse en modo guerra civil el tradicional día en que se pone de largo y copa portadas europeas o sea por el miedo a recibir las iras del ciudadano cansado de los dimes y diretes entre organizaciones pensadas, fundadas y crecidas para ocupar cotas de poder, lo cierto es que los dos partidos mayoritarios del secesionismo han bajado el pistón de sus ataques recíprocos. Y todo apunta a que la intención, que deberá verse corroborada por los hechos, es mantener ese tono bajo en el conflicto larvado hasta el Onze de Setembre.

Tras la andanada del presidente del PDECat, David Bonvehí, contra los republicanos el domingo, cuando les criticó haber “aparcado” el independentismo y de cultivar las formas y el fondo de la Convergència’vintage’, ERC se mordió la lengua y optó por pedir, simplemente, respeto.

Este martes, republicanos y posconvergentes se han visto las caras en el primer consjo de Govern tras las vacaciones. Aunque han llegado por clanes, juntos pero no revueltos, el mensaje que transmitió la portavoz Meritxell Budó fue de que las aguas habían vuelto a su cauce.

Budó detalló que Quim Torra había dado cuenta de su conferencia en la Universitat Catalana d’Estiu, en donde expuso su teoría de la confrontación democrática y negó que hubiera habido debate con los consejeros republicanos, entre otras cosas porque esa refriega “política es compatible con el diálogo”. Es decir, exactamente lo mismo que aventaban los portavoces de  ERC cuando se le inquiría si acaso había contradicción entre la apelación al diálogo hecha por Oriol Junqueras desde Lledoners y el anuncio de demanda judicial contra el Gobierno de Pedro Sánchez por el impago de 1.317 millones.

Cohesión denunciadora

Evidentemente, este punto, el de llevar al Ejecutivo en funciones ante la justicia ha cohesionado también el Govern. El Govern acordó hacerlo, a petición  de la Conseleria de Economia, paso previo a presentar la demanda ante los tribunales. Cuando no se discute por nadie que ese montante es, ley en mano de la Generalitat, sino que el quid está en saber si es un acto administrativo que un Gobierno en funciones puede hacer o no ,es que, sin duda, es una buena carta para jugar contra el Estado. Máxime si, como desveló la portavoz, “Castilla y León y Galicia se han puesto encontacto con el Govern porque sufren situaciones parecidas.

También parece haberse hallado un mínimo común en la gran cuestión que separa a republicanos y posconvergentes, el adelanto o no de las elecciones. Budó las descartó y dio como prueba que el vicepresidente, y líder extramuros de ERC, Pere Aragonès, anunció en la reunión (como ya había hecho en su comparecencia de la semana pasada en el Parlament) el inicio de una ronda de contactos para buscar apoyos s los presupuestos del 2020.  

Con esto, y poco más, se aguanta estupendamente hasta la Diada. Dichos apoyos tendrán que venir sí o sí de los ‘comuns’, porque el PSC ya anticipó que la apelación a la congrontación de Torra, y lo de llevar al gobierno de sus correligionarios dl PSOE, era incompatible con cualquier apoyo parlamentario de importancia.

Si los ‘comuns’ tampoco se prestaran a ello, algo nada desdeñable, la situación del Govern quedará muy en precario. Cabe recordar que las cuentas que actualmente rigen son las prorrogadas del ejercicio anterior, con todo lo que ello conlleva. Un nuevo ejercicio sin cuentas nuevas sería difícilmente gestionable. Y volvería el soniquete del adelanto electoral y se acentuaría la tensión. Pero cuando pase todo esto, la Diada ya habrá quedado atrás. Y como señala una fuente republicana “a todos nos interesa que la Diada vaya bien”.