bajo dirección de la Audiencia Nacional

Prisión incondicional para el supuesto enlace de la célula yihadista desarticulada en cárceles en febrero

Los investigadores dan por concluida la 'operación Kafig' de la Policía

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Europa Press

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El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha ordenado este viernes prisión incondicional para el ciudadano de origen marroquí detenido esta semana en Barcelona sospechoso de ser el principal enlace externo del jefe de la célula yihadista desarticulada en cárceles españolas el pasado febrero, según han informado a Europa Press fuentes jurídicas.

Con la detención de K.R., de 34 años y numerosos antecedentes penales como secuestros y tráfico de armas, los investigadores de la Policía Nacional han dado por cerrada la 'operación Kafig' (jaula), que permitió desarticular la red yihadista.

K.R., que fue arrestado en el Pla de Palau por agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid tras eludir cuatro meses la acción de la Justicia escondiéndose en pisos de España y Francia, era el encargado de adquirir armas de guerra, abundante munición y diverso tipo de armas, para lo cual habría tratado de contactar con varios entornos delincuenciales relacionados con el tráfico de armas en Francia y en la Costa del Sol.

Extremadamente violento

Extremadamente violento, abrazó el Islam más radical recientemente, algo que elevó la preocupación de los investigadores al frente de la operación dirigida por el magistrado José de la Mata y la Fiscalía.

En el momento de la detención ofreció resistencia, por lo que los agentes de la Brigada de Información de Madrid precisaron del apoyo de sus compañeros de Barcelona, así como de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra.

En la denominada 'operación Kafig' han sido detenidas un total de nueve personas, lideradas por el "jefe" Suleimán E.M., que actuaba desde la prisión de Valdemoro (Madrid). Otros cuatro integrantes estaban en la cárcel y contaron con el apoyo de un funcionario de esta prisión madrileña, también arrestado y en prisión provisional. Están imputados por integración en grupo terrorista con el objetivo de preparar y cometer atentados en España. También se les relaciona con el tráfico de armas y el narcotráfico, ya que utilizaban la venta de la droga conocida como karkubi como medio de financiación.

La operación llevó a intervenir en febrero abundante material dentro de las celdas de los presos marroquíes, incluyendo teléfonos móviles, algunos con tecnología de encriptación, así como multitud de tarjetas que utilizaban de forma clandestina para su actividad criminal. El material lo escondían en calcetines, zapatos y útiles de limpieza como escobones.

Reclusos con problemas económicos

El análisis de este material permitió a los investigadores arrestar el miércoles a K.R., considerado el enlace del "jefe" de la célula. La red actuaba en el interior de las prisiones españolas y captaba reclusos con problemas económicos y de personalidad para que cometieran atentados en Madrid y Barcelona en nombre de la Yihad.

Existía un núcleo duro que ejecutaba las órdenes y, valiéndose del temor que infundían dentro de prisión, obligaban a rezos y a llevar una estricta dieta halal (dieta musulmana), cuidándose de no exponer públicamente su ideario yihadista para no ser detectados.