CITA CON LAS URNAS

Junqueras afirma que el PSOE "no es de fiar" en el cierre de campaña de ERC

zentauroepp47908583 jxcat190426194900

zentauroepp47908583 jxcat190426194900 / periodico

Xabi Barrena

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Oriol Junqueras cerró este viernes la campaña de ERC, lo que, en sí, tratándose de un encarcelado, ya es una noticia. Y lo hizo flanqueado por Raül Romeva y al alimón, en la distancia suiza, con la secretaria general, Marta Rovira, en el mitin de los republicanos en Badalona. Y Junqueras empleó su tiempo en lanzar dos mensajes. Uno, que el PSOE “no es de fiar” y, dos, que el voto “independentista debe concentrarse en ERC, el único partido secesionista que puede ganar los comicios”. Contra el voto útil, (o el voto del miedo al tripartito de diestras),  pero a favor del voto útil, con respecto a JxCat. Paradojas de una campaña extraña.

Los socialistas son los rivales de ERC, según las encuestas, para hacerse con la victoria el domingo en Catalunya. Y es que Junqueras persigue una victoria de los republicanos en una ‘competición’ que no es históricamente favorable a sus intereses, como son las elecciones generales. Así, el líder de ERC recordó “el apoyo del PSOE al 155” y “cómo se levantaron de la mesa de negociación con el independentismo porque se asustaron con la manifestación de las derechas cada vez más extremas de  la plaza de Colón de Madrid” para negar que merezca ninguna confianza. Romeva remachó el mensaje. “La única garantía de que el PSOE no pactará con Ciudadanos es que ERC sea, el domingo, muy muy grande”, afirmó.

 La aparición en pantalla del líder del partido tiene un efecto burbujeante entre su militancia y, sobretodo, sus palabras desde el Centro Penitenciario Madrid 5 son toda una respuesta, apuntan desde el partido, a las acusaciones de apología del autonomismo que recibe ERC de los sectores más híperventilados. “Somos el partido más represaliado porque somos los que más nos hemos significado por la libertad de Catalunya”, señaló Junqueras. “Y los que mejor podemos completar el camino hacia la república catalana”, sentenció

La insistencia en el voto útil a ERC contra el voto útil al PSC lleva implícito un segundo mensaje oculto. Y es que los republicanos no afrontan los comicios del domingo como una especie de derbi contra la posconvergencia porque, entre otras cosas, ya les vencieron por dos veces en el 2015 y 2016 y, demoscópicamente, se hallan en estados diferentes. Por ello han rehuido todo choque dialéctico, aunque no han renunciado a llamar al voto de las bases convergentes.

El gran sueño republicano es la victoria en Catalunya, aunque son conscientes de que va a ser difícil y, algunas voces, fruncen el ceño al ver cómo se ha puesto el listón, quizá, demasiado alto. Tanto que una eventual mejora de los resultados del 2016  (9 escaños y 630.000 votos) podrían quedar deslucidos.

Cuestión de actitud

Los republicanos han exhibido en campaña un buen tono, quizá el que ellos mismo echaron en falta en los comicios al parlament del 21-D del 2017. Una alta moral que se debe en muy buena parte a la aparición en campaña del propio Junqueras y, sobre todo, su actitud. “Le dijimos mil veces que tan importante era que la gente lo viera,  como que lo viera en plena forma, a pesar de llevar 500 días en la cárcel” apunta una voz del partido. Y así fue.

La aparición de Junqueras, en dos mítines, una rueda de prensa y tres entrevistas a medios de comunicación, y su eco en las redes sociales, ha equilibrado, sino superado, esta vez, la libertad de movimientos de su némesis, Carles Puigdemont.

Los republicanos también han quedado contentos del papel del candidato efectivo, Gabriel Rufián, aun aceptando que es difícil de disciplinar. Si bien hay algunos sectores internos que no acaban de comulgar con la estrategia de agit-prop polemista que el diputado lleva a cabo en el Congreso, en esta campaña ha mantenido un perfil conciliador (ya se conoce como ‘nuevo Rufián’) tratando, quizá de adaptarse al nuevo panorama que se abre en las Cortes con la ausencia de su mentor parlamentario, Joan TardàFalta la figura del ‘poli bueno’ y Rufián ensaya para el papel.