Independentistas, PSC y 'comuns' se unen para tumbar dos leyes sobre la neutralidad del espacio público

La pugna por el espacio público ha vuelto a protagonizar el debate en el hemiciclo catalán. Ciutadans y PPC presentaron por separado dos proposiciones de ley para regular el uso de las calles, plazas y playas y para evitar que en las administraciones públicas se luzcan otras insignias no reconocidas por la Constitución y el Estatut. Ambas fueron tumbadas por el resto de grupos y, por lo tanto, no serán tramitadas.

La de los naranjas abría la puerta a exhibir otros símbolos en las sedes dependientes de la Generalitat, siempre que se otorgara permiso desde la administración, y proponía modificar las funciones establecidas por ley para que los Mossos d’Esquadra y la policía local pudiera "actuar" para "vigilar y garantizar la neutralidad" de los espacios públicos y la administración. La de los conservadores, por su lado, obliga a que la bandera de España ondee junto a la ‘senyera’ de forma "continuada y permanente" y que, de no ser así, recaiga la responsabilidad sobre el máximo responsable de la institución en cuestión con sanciones y multas de hasta 6.000 euros.

En una férrea defensa de sus textos, Andrea Levy (PPC) acusó al independentismo de "querer imponer un totalitarismo estético" con los lazos amarillos y de "excluir" a todo el que no se haga suya esta insignia. Cargó contra los socialistas porque, a su juicio, su "silencio cómplice" pretende "blanquear y neutralizar" la "imposición nacionalista" por "puro partidismo". "Desahóguense del lazo amarillo que les ata al sillón de La Moncloa", zanjó sobre el apoyo de los independentistas a Pedro Sánchez en la moción de censura contra Mariano Rajoy.

El portavoz de Ciutadans, Carlos Carrizosa, acusó a los soberanistas de hacerse "dueños" de balcones y fachadas "impunemente" y defendió a los grupos que retiran lazos amarillos ante la "inacción" de las administraciones públicas. "Si evitan debatir para seguir con el abuso no se quejen de que los ciudadanos, la gente, los vecinos, las bestias taradas, los colonizadores lingüísticos… se movilicen para defender aquello que ustedes quieren destruir que es la neutralidad del espacio público", sentenció desde el atril.  

Simbología franquista

La diputada republicana, Jenn Díaz, replicó que Cs y PPC quieren hacer "limpieza ideológica" y de "no querer ser neutrales si no querer coartar toda forma de libertad". "Si todo lo quieren hacer vía ley es que hay algo que han perdido por el camino: el respeto de todo un pueblo, de su voluntad, de su iniciativa política y social", aseveró, y censuró que "habrá neutralidad cuando haya neutralidad en los tribunales". Díaz también reprochó que no hablen de la simbología franquista que aún queda en rincones de pueblos y ciudades, algo que Carrizosa aprovechó para redoblar que su comparación "ya lo dice todo": "Elimínese cualquier símbolo franquista. Háganlo ustedes que gobiernan en municipios, no nosotros, y ya está a mi que me cuenta señora", enfatizó. La CUP se sumó al discurso y pidió la retirada de todos los símbolos "nazis y franquistas".

Los posconvergentes compartieron el análisis, defendieron que la protesta y al reivindicación tengan lugar en el espacio público y pidieron que, "si quieren quitar lazos lo hagan sin violencia y sin cúter". "Se empieza regulando el lazo amarillo y se acaba prohibiendo la democracia", alertó la diputada Anna Geli.

El tono conciliador vino de la mano de los socialistas. Ferran Pedret afirmó que presentar estos textos a sabiendas de que no recibirían apoyo "no solo es sobrero si no contraproducente". "Han venido a chocar con la mayoría parlamentaria", reflexionó y puso en valor las leyes vigentes que regulan los símbolos oficiales. "Su concepción del espacio publico y la nuestra difieren totalmente", zanjó, y se alarmó por el escrito se Cs que prohíbe "cualquier pancarta, cartel o cualquier elemento mensaje de carácter ideológico", excepto en campaña electoral.

Lucas Ferro, de los ‘comuns’, recordó a Cs que su autobús "está ocupando hoy el espacio público de Madrid" y aseguró que "no vienen a defender la libertad de expresión ni la pluralidad, si no a exigir que se decrete el Estado de excepción y que no haya más manifestación que la defensa del Rey y sus actos de señalamiento público".