Espadas en alto en el PDECat

La coordinadora del PDECat, Marta Pascal, posa para EL PERIÓDICO.

La coordinadora del PDECat, Marta Pascal, posa para EL PERIÓDICO. / periodico

Fidel Masreal / BARCELONA

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El PDECat, el partido heredero de Convergència, no puede permitirse el lujo de un segundo congreso caótico, como el de su fundación hace ahora dos años. Pero lo cierto es que a a dos semanas del segundo cónclave, las espadas están en alto. La actual dirección, encabezada por Marta Pascal, tiene un desafío no menor: un sector crítico amenaza con presentar batalla y sustituirla al frente del partido y existe un 50% de posibilidades de que presente una lista alternativa.

La dirección considera que el sector crítico -cuya cabeza visible es el alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals- solo actua movido por el rencor, sin proyecto político ni ideológico: por haber quedado fuera del poder hace dos años. "Son los que perdieron hace dos años, que ahora se presentan como regeneradores, cuando algunos ya tenían cargos internos con Convergència", se queja un dirigente territorial. "Hacen ver que el PDECat no está con Puigdemont cuando algunos criticaron serveramente al propio Puigdemont cuando este anunció en octubre que iba a convocar elecciones"; añade, en relación a Jordi Cuminal, exdiputado que tuiteó que renunciaba a su acta de diputado y se daba de baja del partido, en contra de la decision del 'expresident'.

El papel de Puigdemont

Precisamente, Puigdemont, uno de los principales activos de la formación, es utilizado por unos y otros como ariete. Los críticos aseguran que si no queda claro que no se pueden tomar decisiones en contra de su criterio, presentarán lista alternativa. La cúpula sostiene que se le ha ofrecido la presidencia del partido al 'expresident' y la vicepresidencia a los 'exconsellers' Josep Rull y Jordi Turull y también Lluís Puig. Puigdemont ha rechazado la oferta.

Puigdemont elude responsabilizarse de asuntos orgánicos de partido. Por un lado porque su día a día está centrado en su todavía delicada situación procesal en Alemania. Por otro, porque él nunca ha sido un político de obediencia ciega a las estructuras orgánicas. Y ahora su apuesta es la de abrir el espacio político posconvergente más allá de las costuras de su espacio de centro-derecha, mediante fórmulas como la de Junts per Catalunya.

Una apertura que la dirección actual también reivindica en las ponencias del congreso, pero sin perder la esencia convergente. Los críticos creen que el perfil de Marta Pascal es excesivamente "liberal" y que ha hecho "más de lo mismo" que CDC, mientras que los fieles a la cúpula replican que algunos de los situados en posiciones críticas, como Cuminal, no tienen precisamente un perfil excesivamente progresista.

La hoja de ruta

Pero donde seguramente se notan más diferencias es respecto a la hoja de ruta soberanista. La ponencia política (titulada "hacia el Estado catalán en forma de República") ciertamente no hace ninguna renuncia pero apuesta claramente por abrir una nueva etapa para ampliar la base social del independentismo: "Sin renunciar a nada, sin renunciar a ninguno de nuestros objetivos  y anhelos, ha llegado el momento de estructurar una acción política posibilista", apunta el texto. Es decir, que toca llevar a cabo un repliegue, en lugar de plantear nuevos conflictos. En cambio, el 'puigdemonismo' reivindica una "confrontación positiva con el Estado".  O dicho de otro modo, "hacer efectiva la República sin renunciar a la unilateralidad", en palabras de un crítico.

Los críticos quieren ver incorporados tres conceptos: el de la unilateralidad, la autoridad de Puigdemont y los 'exconsellers' y que la plataforma Junts per Catalunya sea un movimiento del que el PDECat forme parte, no sólo una mera marca electoral sino un movimento de máxima unidad a la izquierda y a la derecha. Si no se atienden estas tres exigencias, los que plantan cara a Marta Pascal están no solo convencidos de presentar su propia lista si no de ganar. De entrada, la intención inicial de unos y otros es la de conseguir una síntesis (al estiol convergente), con una dirección que pase de las actuales 12 personas a 25 o 30. Pero los recelos son profundos y las heridas, todavía recientes.