POLÉMICA LINGÜÍSTICA

Consum se enreda con el catalán

Imagen de los productos de Consum rotulados unos en valenciano y en castellano y otros sólo en castellano

Imagen de los productos de Consum rotulados unos en valenciano y en castellano y otros sólo en castellano / periodico

Nacho Herrero

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Todo empezó con un tuit que denunciaba que el ‘salteado campestre’ de la marca propia de Consum ya sólo estaba etiquetado en castellano y no también en valenciano (o catalán) como era habitual pero el encendido debate que provocó en las redes sociales ha desembocado en una intensa campaña para que dé marcha atrás a la que se han unido entre otros Enric Morera, presidente de las Corts Valencianes o la Acadèmia Valenciana de la Llengua y que incluye una petición virtual con cerca de 30.000 adhesiones.

En su respuesta, también en Twitter, la cooperativa hacía referencia a que estaban presentes en varias comunidades autónomas lo llevó a pensar que podía haber habido presiones desde Castilla La Mancha, Murcia, Andalucía o Aragón, donde tiene unas cien tiendas, frente a las casi seiscientas que acumula en la Comunitat Valenciana y en Catalunya. Desde Consum niegan cualquier trasfondo político o que hayan recibido presiones e insisten en que un mensaje no puede incluir todo el posicionamiento de la empresa en temas de tanto calado.

Varios de los primeros mensajes procedían de miembros de Compromís, que reconocían la labor de Consum por la lengua propia pero que pedían que lo mantuviera también en este ámbito. En cuestión de horas el debate se expandió y desde la Comunitat Valenciana se unieron otras voces que pedían que se mantuviera el etiquetado bilingüe y achacaban el cambio a críticas de clientes de otros territorios.

El 'salteado' se calentó tanto que las primeras voces críticas tuvieron que aclarar que no se trataba de ninguna petición de boicot

La cooperativa explica que la nueva línea de empaquetado se introdujo en septiembre tras unas dinámicas en las que participaron ocho mil personas y afecta a 110 de sus cerca de 1.800 referencias. Según fuentes de la cooperativa se ha tratado de primar la legibilidad por lo que afecta principalmente a productos pequeños y ponen como ejemplo el contorno de ojos. Eso sí, no todos lo son, como demuestra el ‘salteado campestre’.

En cualquier caso, desde Consum lamentan que se dude del compromiso con el valenciano que tienen desde sus orígenes y recuerdan que editan una revista mensual con una tirada de cuatrocientos mil ejemplares en este idioma y que también lo usan en muchos otros ámbitos como la megafonía de sus tiendas o las comunicaciones con sus socios-clientes. Apuntan que los embalajes “no son el mejor lugar para hacer política lingüística”.

Las gestiones de la Generalitat

En cuanto el tema empezó a crecer en las redes sociales, desde la Conselleria d'Educació de la Generalitat Valenciana, cuyo titular es Vicent Marzà, también de Compromís, se interesaron por la situación y trataron de animar a Consum a que volviera a su política de empaquetado anterior.

“Vi que había malestar y me interesé. Traté de hablar con el presidente pero estaba fuera y hable con una alto cargo”, cuenta Rubén Trenzano, director de política linguïstica. “Me dijo que era una prueba piloto, eso me lo remarcó, y que sólo afectaba a un 5% de sus productos. Le ofrecí los servicios que tenemos para acompañar a las empresas que hacen un uso positivo del valenciano, como dice la ‘Llei d’us’. Le felicité por el uso que hacen y les animé a seguir por ese camino y les comenté que en 2018 íbamos a centrar nuestros esfuerzos en el comercio y el sector empresarial y que se va a poner en marcha unas subvenciones a empresas que hagan un uso positivo del valenciano y también se va a crear un sello de calidad lingüística con bonificaciones fiscales y reducción de tasas”, explica Trenzado.

Desde la cooperativa valenciana niegan que se trata de una prueba pero sí que como todo cambio recién implantado tiene un proceso de evaluación en el que tendrán en cuenta la tormenta en las redes sociales y la posición del Consell y de la AVL pero, sobre todo, dicen, “la opinión de nuestros clientes, porque una cosa es la virtualidad y otra la realidad”.