Las dos almas de la CUP pugnan por el control del partido

Los 15 miembros del secretariado nacional de la CUP anunciaron su dimisión en bloque a dos días del pistoletazo de la campaña electoral del 21-D debido a la "intensa actividad política". Su cese insinuó un choque de estrategias que se refleja ahora en las propuestas presentadas para liderar este órgano de dirección. Hasta siete exdiputados pugnan desde este sábado y hasta el jueves próximo en dos candidaturas colectivas: una más cercana a Poble Lliure (con Albert Botran y Pilar Castillejos en la papeleta) y otra próxima a Endavant (abanderada por Eulàlia Reguant, Mireia Vehí, Joan Garriga y Benet Salellas), además de cinco propuestas individuales (entre ellas, la de Mireia Boya).

Los 'cupaires' hacen autocrítica de sus últimas maniobras y revisan sus alianzas. Bajo el lema 'Des de baix', la propuesta vinculada a Poble Lliure hace balance del 21-D y asegura que el "miedo a no liderar el proyecto rupturista" ha situado a la CUP en una "posición subalterna", algo que creen que ha "regalado rédito electoral y liderazgo político" a JxCat y ERC.

La lista que refleja postulados de Endavant, 'Som llavor', también se sincera. Sus integrantes avisan de que "los costes de la ruptura y la construcción de la república serán grandes". "No será un camino de rosas", admiten, aunque insisten en que para ellos "volver atrás es simplemente imposible". Lamentan que la CUP no haya sido "suficientemente ágil" a la hora de volcar las condiciones de vida de la gente en el centro del derecho a la autodeterminación y aseguran "haberse visto encorsetados en un discurso centrado en remarcar los aspectos democráticos".

Para evitar una nueva debacle electoral, y con la mirada puesta en los comicios municipales del 2019, la candidatura afín a Endavant llama a "desplazar" su actividad política del Parlament porque considera que "no es un espacio de transformación, sino eminentemente conservador". Ve la vuelta al municipalismo como su oportunidad para "superar la cartografía del poder autonómico", además de un espacio en el que ampliar su base social.

Divergencia en las alianzas

Los encontronazos a la hora de decidir sus aliados han sido una constante a lo largo el 'procés'. La candidatura en la que figuran Botran y Castillejos alerta de un "declive de la movilización independentista" y llama a aprovechar el "perímetro de influencia del independentismo" para forjar alianzas con la ANC y Òmnium. Eso sí, acusan a estas plataformas de haber sido "demasiado dependientes de otras formaciones independentistas (ERC y PDECat), dejando las propuestas de la CUP en segundo término". De todas formas, piden tener "cintura política" porque creen que hasta ahora los anticapitalistas "han confundido las maniobras de determinados partidos con lo que era una verdadera corriente social y política".

Lejos de compartirlo, la apuesta liderada por Reguant y Vehí defiende que hay que "seguir siendo críticos" con los alegatos del "soberanismo transversal" porque "paralizan las acciones políticas y movilizaciones sociales necesarias para construir la república". De ahí su perseverancia a consolidar los Comitès de Defensa de la República (CDR), decididos a convertirlos en "hegemónicos" y a no dejar que las entidades acaparen la movilización independentista.

'Des de baix' apela a "dirigirlos estratégicamente", viendo en ellos "muchas potencialidades" para que acaben siendo "una buena estructura para controlar efectivamente el territorio", ya que creen que sin su liderazgo "probablemente se acabarán diluyendo", una visión que no renuncia a su apego a la ANC y Òmnium.

Reestructuración interna

El miedo a las filtraciones y la necesidad de responder con urgencia a los acontecimientos que convulsionan la política catalana ha concentrado el poder de la resolución inmediata en el secretariado nacional, hecho que no ha agradado a sus bases. Las dos propuestas estudian nuevas formas de deliberación mediante el uso de herramientas telemáticas para agilizar la participación y devolver a la militancia "su protagonismo".

Reconocen también que quedarse sin grupo propio en el Parlament conlleva recortes en sus presupuestos, algo a lo que deberán acomodarse. La lista cercana a Endavant critica su "excesiva dependencia" de fondos institucionales, mientras que sus contrincantes tachan de "contradicción flagrante" que el trabajo de los integrantes del secretariado nacional no esté remunerado.

Pese a la dualidad de visiones, si una de las dos listas no obtiene el 65% de los votos, estarán obligadas a entenderse, ya que deberán repartir sus miembros de forma proporcional a los votos obtenidos y consensuar una línea estratégica que recoja todas las sensibilidades.