El PSOE quiere aprovechar la moción de censura a Rajoy para plasmar su nueva etapa

Mariano Rajoy, este lunes en la Moncloa.

Mariano Rajoy, este lunes en la Moncloa. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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El PSOE intenta otorgar tan escasa trascendencia a la moción de censura de Podemos contra Mariano Rajoy, la tercera vez que se utiliza este drástico instrumento en el periodo democrático, que su secretario general, Pedro Sánchez, ni siquiera acudirá este martes al Congreso de los Diputados. La iniciativa del partido morado, que propone a Pablo Iglesias como nuevo presidente del Gobierno, no es cómoda para los socialistas, pero su posición habría sido mucho más difícil si la ganadora de las recientes primarias hubiera sido Susana Díaz, una de las principales impulsoras de la abstención ante el PP. Sánchez, que renunció a su escaño para evitar respaldar esa decisión, no puede ser responsabilizado de la continuidad de los conservadores en el poder, así que su equipo ve en la moción de Podemos una oportunidad para plasmar esta nueva etapa.

El primer cambio reside en el sentido del voto. En un principio, cuando la gestora todavía movía los hilos en el PSOE, sus 84 diputados iban a rechazar la moción. Su presidente, Javier Fernández, tiene muy malas relaciones con los morados, igual que Díaz, quien los considera casi tan enemigos como el PP. Sánchez no. El nuevo secretario general es partidario de estrechar los lazos con Podemos para intentar forjar una alianza como la de Portugal, donde gobiernan los socialistas gracias a un acuerdo con las fuerzas a su izquierda, pero no comparte la moción. Sobre todo en las formas.

Para no votar junto al PP ni respaldar la candidatura de Iglesias (algo que solo harán Bildu y ERC, además de los morados y sus socios), el secretario general se ha decidido por la abstención, como hicieron los socialistas en la investidura de Rajoy en octubre, pero con consecuencias muy distintas. Aquí la posición del PSOE no cambia nada, mientras que el año pasado fue imprescindible para mantener al líder del PP en la Moncloa, ni tampoco supone un trauma en sus filas.

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LA COMPARACIÓN CON OCTUBRE

La reunión que celebró este lunes el grupo parlamentario para estudiar la moción de censura fue breve, de apenas media hora. El portavoz provisional, José Luis Ábalos, llamado a dejar este puesto para ocupar el de secretario de Organización, anunció que iban a abstenerse, algo que ya había sido publicado. Solo hubo tímidas críticas de dos diputados, según fuentes presentes en el encuentro. Dolores Galovart se quejó de enterarse de las decisiones “por la prensa”. Ciprià Ciscar vino a equiparar lo que ocurrirá ahora con lo que pasó siete meses atrás. “Abstención es abstención”, dijo.

Los socialistas esperan que Iglesias, por intereses muy distintos, busque también igualar ambas abstenciones. Ábalos contestará que aunque el PSOE prestase su apoyo a la moción esta no saldría adelante, pero sobre todo se detendrá en lo que ocurrió en marzo del 2016, cuando Sánchez intentó convertirse en el nuevo jefe del Ejecutivo gracias a su pacto con Ciudadanos. Una abstención de Podemos, unida al apoyo de IU y Compromís, cuya posición era entonces menos beligerante con los socialistas que la de los morados, podría haber llevado al secretario general a la Moncloa. Pero Iglesias votó en contra. “Él sí se posicionó con el PP”, señalan en el equipo de Sánchez.    

LAS DOS PARTES

Preparado con la ayuda de José Enrique Serrano, miembro del equipo de negociadores socialistas en la última y breve legislatura, el discurso de Ábalos, que salvo sorpresa habrá de esperar hasta el miércoles, tendrá dos partes. Una estará destinada a criticar a Podemos por su forma de relacionarse con el PSOE, cuyo último ejemplo es la propia moción de censura, presentada sin haberla negociado antes. Pero el principal blanco de sus ataques será Rajoy por los continuos casos de corrupción en su partido, en los que el presidente del Gobierno, que el 26 de julio declarará como testigo en el juicio sobre la presunta financiación ilegal en su partido, “no ha asumido ninguna responsabilidad”, a juicio de los socialistas.

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El líder del PP, mientras tanto, ha pedido a todos los ministros que “estén preparados” por si tienen que intervenir en la sesión, explicó este lunes la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Según los colaboradores de Sánchez, quizá los miembros del Ejecutivo tengan que hacer un esfuerzo similar en el futuro. El líder del PSOE cree que Rajoy es “censurable”, pero no a través de la vía escogida por Podemos. No descarta plantear su propia moción, si bien solo en el caso de que esta haya sido negociada con el resto de grupos y “den los números” para que salga adelante. Aun así, fuentes cercanas al secretario general consideran poco probable un entendimiento de todo el arco parlamentario frente al PP, empezando por Ciudadanos. Su principal hipótesis de trabajo es que esta será una legislatura larga, en la que Rajoy, debido al continuo reguero de procesos judiciales que afectan al PP, no adelantará elecciones.