El enfado valenciano

Ximo Puig

Ximo Puig / periodico

NACHO HERRERO / VALÈNCIA

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En la Comunitat Valenciana han asumido que ni con amables peticiones ni con un educado planteamiento de su problema de financiación les ha ido bien en sus reclamaciones económicas, así que buscan cómo rectificar unos Presupuestos Generales del Estado que les sitúan a la cola autonómica en inversión por habitante. “Habrá que montar un pollo para que Mariano Rajoy nos tenga en cuenta”, apuntó hace unos días Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat. Una gran manifestación de la sociedad civil, en València o incluso en Madrid, un frente común de los diputados y senadores valencianos y negociaciones bilaterales entre ambos gobiernos son algunas de las recetas que se manejan.

Las cuentas del 2017 cayeron como un jarro de agua fría en la comunidad, que recibirá 119 euros por persona frente a los 405 de Castilla y 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Se plantea","text":"\u00a0un frente com\u00fan\u00a0 de diputados y senadores, una gran manifestaci\u00f3n y negociaciones con el Estado"}}León, que es la que encabeza la lista, a los 185 de la media estatal, a los 155 que ingresará Madrid y los 153 de Catalunya. Las inversiones bajan hasta los 589 millones, 290 menos que en el 2016 y suponen el segundo mayor descenso al ser casi de un 33%. “En la Comunitat se ha invertido el 5% en estos cinco años cuando tenemos el 11% de la población y en Galicia, el 15,6% cuando tienen el 5,8%”, se quejó Ximo Puig, 'president' de la Generalitat Valenciana.

LOS AGRAVIOS

“Son indignantes, ‘made in Rajoy’”, lamentó Puig al conocerlos. “El problema no es ser los últimos, sino que unas comunidades reciban tres o cuatro veces más que otras y las decisiones sean arbitrarias”, añadió Oltra. Pese a todo, la valenciana será una de las cuatro autonomías que tenga una aportación neta al sistema de fondos de solidaridad, pero la única cuyo PIB por habitante está por debajo del 90% de la media.

El enfado también ‘bajó’ a los ayuntamientos. En el de València, que verá reducida su aportación en 20 millones, su alcalde, Joan Ribó, no daba crédito a que después de haberse creado la Agencia Metropolitana de Transporte, la ayuda estatal siga siendo la misma que antes, es decir, ninguna. Madrid ingresa en este concepto 126 millones, Barcelona aumenta hasta los 108 y Canarias se llevará 25. Y es solo un ejemplo. “Esto no puede quedar así”, afirmó Ribó.

ESCENARIOS ABIERTOS

Pero el consenso en el rechazo al ‘pendrive’ de Cristóbal Montoro es más amplio que nunca y hay varios frentes abiertos para escenificarlo. El primer escenario de negociación ya está en marcha: será en los despachos y corresponde principalmente al Ejecutivo valenciano, que quiere ser práctico. Puig se ha fijado como objetivo que los Presupuestos vuelvan "a corrales" o, al menos, conseguir un aumento de 600 millones en la inversión mediante enmiendas parciales.

El 'president' pidió una reunión inmediata con Rajoy y recibió el pasado miércoles la visita de Iñigo Gómez de la Serna, ministro de Fomento, con la oferta de centrar la negociación en las cuentas de 2018. “No nos resignamos”, dicen desde el Palau de la Generalitat Valenciana, que recuerdan que la reivindicación no es para que se cumpla estrictamente un criterio de población, sino porque se trata de inversiones necesarias para el crecimiento y el desarrollo de la comunidad.

El segundo plano será el parlamentario. En ese, Puig reclama que los diputados y senadores valencianos actúen como representantes de las provincias que los han elegido, pero serán las Corts Valencianes las que asuman un mayor protagonismo. De momento, se aprobó una declaración unánime de “absoluto rechazo” a las cuentas. Unánime porque contó con el apoyo incluso del PP y de Ciudadanos, lo que les ha costado a Isabel Bonig, presidenta de los populares valencianos, y a Alexis Marí, líder parlamentario de Ciudadanos, sendas llamadas al orden desde Madrid, pues sus partidos son los que impulsan estos Presupuestos.

UNIFICAR ESTRATEGIAS

Al menos en esta batalla, el PP valenciano han encontrado un aliado de peso en José Manuel García Margallo, exministro de Asuntos

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Exteriores y último cabeza de lista por Alicante. “Creo que la opción de recortar en la Comunitat Valenciana, que en las cuentas territorializadas tiene un déficit gigantesco, siendo así que está por debajo de la media nacional, no se entiende”, apuntó en una entrevista en la SER, señalando a Montoro. Las Corts han convocado a los diputados y senadores autonómicos a una reunión el próximo día 25 “para coordinar acciones para revertir esta situación injusta”. El objetivo es instarles a enmendar las cuentas o, llegado el caso, a rechazarlas, algo que tienen difícil los representantes del PP y de Ciudadanos por la disciplina de voto, lo mismo que pasaría con los socialistas si la gestora del PSOE cambiara su rechazo actual.

Y luego está la calle. En el Gobierno valenciano tienen claro que en ese ámbito es la sociedad civil la que ha de liderar el rechazo, aunque apoyaría de manera entusiasta cualquier iniciativa en ese sentido. Toda tentación de convocar una manifestación sería entendida como un acto partidista. Ponen como ejemplo el Corredor Mediterráneo, que tras ser durante años un arma de confrontación política, ha conseguido entrar en la agenda con el respaldo de todos cuando la patronal ha asumido el liderazgo de la reivindicación. Ahora falta por ver si de esta triple receta sale un 'pollo' comestible.