Artur Mas, a la CUP: "¡Cuánto os estorbo!"
Los anticapitalistas exigen al líder del PDECat que deje de ser el 'embajador' internacional del 'procés'
XABI BARRENA / FIDEL MASREAL / BARCELONA
Artur Mas se quedó mirando fijamente a Benet Salellas. Solo faltaba la música de Ennio Morricone. El anticapitalista había agotado su último turno. El presidente de la comisión de Afers Institucionals, Jean Castel (Ciutadans), empezaba una breve intervención con la que iba a dar por cerrada la comparecencia del exjefe del Govern por el 'caso Palau'. Y Mas seguía mirando fijamente a Salellas. Y musitó, más que eso, murmuró, para que fuera audible: “¡Cuánto os estorbo! ¡Yo creía que lo que os molestaba era el Estado español”. En esa mirada fija entre ambos, entre el ‘expresident’ y el diputado que se jactó de haberlo mandado a la “papelera de la historia”, en enero del 2016, se explica parte de la historia reciente de Catalunya.
El cruce Salellas-Mas fue lo más destacado de la comparecencia. Nadie superó la durísima intervención de los cuperos para con el ‘expresident’. Salellas, tras señalar que el “independentismo no es el flotador político de nadie”, recordó a Mas que “ni a la CUP ni a ERC se las persigue por financiación irregular”, es decir, una velada acusación de victimismo que, provinente de la bancada independentista, debe de escocer el doble. “Estamos de acuerdo con que el Estado huele a cloaca, pero usted debió de advertir ese olor cuando pactaba en Madrid con Felipe González, [José María] Aznar y [José Luis Rodríguez] Zapatero”. Todo ello llevó a Salellas a plantear una exigencia al ‘expresident’: Que no vuelva a representar internacionalmente al ‘procés’ independentista, al anhelo de libertad de esta sociedad”.
NUEVAS EVIDENCIAS
En la réplica, Mas acusó a Salellas de haber sido él personalmente el que, durante las negociaciones de la investidura, le propuso que ejerciera ese papel de embajador. Salellas admitió que esta era su posición en ese momento, pero que desde entonces se han sucedido los casos que hacen que "la corrupción les ha llegado absolutamente hasta el cuello". Después de la comparecencia, el enojo entre los anticapitalistas con Mas por haber hecho públicas reuniones privadas (así como algún diálogo con Pasqual Maragall, también lejos de las cámaras) era bien palpable.
Huelga decir que el entorno político de Mas, su partido, arropó a su líder. El ‘president’ Carles Puigdemont señaló que frente a la “papelera de la CUP”, su Govern prefería el "reciclaje", en referencia a las funciones advenidas para el que fuera presidente de la Generalitat una vez dio el "paso al lado".
Salellas, tras afirmar que “CDC era un entramado corrupto y Mas lo sabía”, le espetó al ‘expresident’: "Cuando yo acabe de hacer de diputado, desapareceré de la vida política. Lo que sería interesante es que usted supiera hallar su momento y deje de intentar representar este proceso, que va de luchar contra el régimen que usted representa”. Y ahí fue cuando la mirada de Mas se posó, fijamente, en Salellas. Hasta que Castel lo sacó de su abstracción cogiéndolo del brazo y diciéndole: “’President’, ‘president’”. Mas 'retornó' a la comparecencia y, al acabar, se fue a Salellas y le dio la mano.
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