CUARTA ASAMBLEA GENERAL DE LOS NARANJAS

Ciudadanos dice adiós al origen catalán y a la socialdemocracia

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PILAR SANTOS / MADRID

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Ciudadanos se ha deshecho de la etiqueta de “socialdemócrata” que le ha acompañado desde que nació, en 2006. En el congreso que el partido naranja está celebrando este fin de semana en el teatro municipal de Coslada (Madrid), Albert Rivera y su ejecutiva han apostado por definir a la formación únicamente como “liberal progresista” en el nuevo ideario del que han borrado también el origen catalán de la formación y su voluntad de luchar contra el “ahogo” de las “políticas nacionalistas identitarias” porque ahora, tras la expansión por toda España, se ve como “un partido nacional y europeo”, aseguran fuentes oficiales.

La asamblea general de Ciudadanos es un paseo militar para Rivera, que se impuso a las primarias la semana pasada con el 87% de los votos, y ahora ha redefinido sin casi oposición interna la estrategia política para los próximos cuatro años. La renuncia al “socialismo democrático” (como se podía leer hasta ahora en el ideario redactado por Francesc de Carreras hace una década) encontró algo de resistencia en un sector del partido en Catalunya que consideró que los nuevos conceptos son más endebles ideológicamente. Se registraron dos enmiendas a la totalidad, una de ellas apoyada por el exdiputado del Parlament Jordi Cañas, pero no prosperaron. Los miembros del grupo TranC’sparencia, que denuncia la falta de democracia interna, tampoco consiguieron alzar su voz y la eurodiputada Carolina Punset, la crítica con más visibilidad dentro del partido naranja, prefirió dedicar el 4 de febrero a casarse con el también político de Ciudadanos Alexis Marí y obviar el debate sobre el rumbo de la formación.

ENTRAR EN LOS GOBIERNOS EN 2019

El congreso se organizó en torno a tres ponencias, esta primera sobre el ideario y dos más: una de estrategia y otra sobre los estatutos. En cuanto a los nuevos objetivos políticos y cómo conseguirlos, la actual dirección también consiguió la luz verde de los delegados para esperar hasta el 2019, cuando empiece el siguiente ciclo electoral con las municipales y autonómicas, para entrar en los gobiernos. En opinión de la cúpula, es el tiempo que necesita el partido para coger músculo institucional después de su rápida expansión. Después, en el 2020 si no se anticipan, llegarán las generales. Hasta ahora, Rivera siempre ha defendido quedarse fuera de los gobiernos locales y autonómicos aunque tuviera opción de entrar, como podría haber hecho, por ejemplo en Andalucía y Madrid.  

En los estatutos, la dirección los ha modificado para castigar como infracción grave la "creación o participación en corrientes de opinión contrarias a los intereses del partido en su conjunto". La cúpula naranja puntualiza que se sancionará a los "grupos organizados" de personas que puedan entrar en el partido con el objetivo de perjudicarlo.

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La jornada se abrió con un discurso de Rivera en el que presentó un informe sobre su gestión durante los últimos cinco años, un periodo en el que la formación naranja ha dado el salto de Catalunya a toda España y ha pasado de tres diputados en el Parlament a 93 diputados autonómicos, 1.527 concejales, 32 parlamentarios en el Congreso, 3 senadores y 2 eurodiputados. 

Y así casi sin despeinarse, sacando todas sus propuestas adelante, sin agrios debates ni malas caras, Rivera pudo salir del congreso con tiempo para llegar a la gala de los Goya, que se iba a celebrar a solo 4 kilómetros de distancia.