El PSOE acepta negociar con Rajoy el primer paso para los presupuestos

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GEMMA ROBLES / PILAR SANTOS / MADRID

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Después de varias semanas de conjugar sin tregua  los verbos «dialogar», «pactar», «acordar» y haber admitido que él mismo ha tenido ya contactos con  varios líderes políticos en torno a los futuros presupuestos, el presidente Mariano Rajoy quiso aprovechar su comparecencia pública en La Moncloa para ir acotando el terreno: la prioridad es desatascar las cuentas públicas para el 2017 garantizando que, parlamentariamente, se puede dar el primer paso obligatorio para que puedan ser una realidad. «En estos momentos lo más urgente es aprobar el techo de gasto», subrayó Rajoy este lunes en La Moncloa, donde se reunió con el primer ministro portugués, Antonio Costa.

Subir ese primer escalón en el tortuoso camino presupuestario que tiene por delante, fijando de entrada los límites de gasto, y que con tanta inquietud se mira desde Europa puede suponer, a su juicio «tener unas reglas del juego claras»  para comunidades y ayuntamientos y «poder financiar su déficit cara al futuro».  Así las cosas, los socialistas admiten que están dispuestos a sentarse con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y llegar a un acuerdo político en torno al techo.

Fuentes del PSOE confirman que una vez que el Ejecutivo les dé a conocer cuál es el nuevo cuadro macroeconómico con su corregida previsión de crecimiento para este año y el siguiente, ellos reclamarán que en el reparto del objetivo de déficit aún por hacer se garantice a las autonomías poder llegar hasta el 0,7 por ciento del PIB en el próximo ejercicio (lo que supondría un respiro de 7.700 millones) o que, si se les propone el 0,6 (6.600 millones) por ciento de posible desvío presupuestario, se les garantizará que el 0,1 que cedan va a parar a las arcas de la Seguridad Social y en ningún caso, advierten las fuentes consultadas, a mejorar el desfase de los números del  Estado.

AYUNTAMIENTOS CON SUPERÁVIT

Esta propuesta elaborada para exponerse en la mesa del ministerio de Hacienda viene bendecida por barones socialistas, entre otros la andaluza Susana Díaz. Junto a esto el principal partido de la oposición reclamará que en lo que atañe a los ayuntamientos se permita, en el 2017, que los que hayan logrado superávit en sus cuentas puedan destinar el sobrante a servicios y no sea obligatorio que vaya a reducir deuda.

Será sólo cuestión de días que se confirme si el acercamiento entre Gobierno –que negocia también con Ciudadanos– y el PSOE para desbloquear los presupuestos tiene efectos prácticos. No obstante los socialistas insisten en que respaldar el techo de gasto no conlleva el respaldar los presupuestos propiamente.

De hecho, el responsable de su gestora, Javier Fernández, declaró que está dispuesto a estudiar cualquier borrador de cuentas públicas que se le entregue desde La Moncloa en un futuro, pero añadiendo que ve «muy remotas» las posibilidades de cualquier apoyo. Aún más tajante fueron el  portavoz en el Congreso, Antonio HernandoAntonio Hernando –quien dijo que es «prácticamente imposible» que se pueda contar con su partido para el aprobado final– y la presidenta de Andalucía, que afirmó que siquiera para pensar en ello Rajoy debería enmendar previamente el núcleo de su política.

En una entrevista en La Sexta, Susana Díaz afirmó que no cree en esa «voluntad de diálogo» de la que alardea Rajoy ahora para encontrar aliados presupuestarios y mencionó, entre otras cosas, que no ha contado con los demás para elegir al  presidente del Consejo Escolar o algunos cargos como el Fiscal General del Estado y que, además, sigue rechazando el derogar leyes como la reforma laboral o la Lomce al completo.

EL LÍDER DEL PP AVISA ENTRE LÍNEAS

Pero el presidente insistió en La Moncloa que sus llamamientos al acuerdo son sinceros y que no tiene un «plan b», en alusión a su supuesto interés en convocar de nuevo elecciones en caso de no lograr sacar unos presupuestos nuevos adelante. Por la mañana, en un discurso ante la junta directiva del PP que aprobó la celebración del congreso del partido del 10 al 12 de febrero, mostró no obstante una actitud algo más rocosa, informa Patricia Martín. Como ya hiciera en la sesión de investidura, reclamó a la oposición que le deje hacer. «Tan malo es no tener gobierno como tener un gobierno al que no se le deje gobernar», advirtió ante su partido.