CÓNCLAVE EN LAS FILAS CONVERGENTES

Adiós al partido de Pujol, Roca y Mas: cuatro décadas de historia de CDC

El congreso de Convergència echa el cierre a 42 años de tumultuosa historia de la fuerza que ha ganado todos los comicios al Parlament

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XABI BARRENA / BARCELONA

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Este viernes se echa el telón sobre 42 años de historia del partido que ha vencido en todas las elecciones al Parlament desde 1980. La unión de fuerzas entre una leyenda vivísima del antifranquismo y un abogado de juventud izquierdosa y madurez pragmática. Jordi Pujol y Miquel Roca construyeron juntos un partido que extendió sus redes por amplísimas capas de la sociedad. El secreto, la fórmula de la Coca-Cola, la dio el propio Roca a poco de dejar la política: “El programa de CDC era tan contradictorio y de síntesis que daba satisfacción parcial a muchos”. Convergència fue pionera en definir al detalle su indefinición.

Obvio es que CDC es Jordi Pujol. Es la épica del Tagamanent. Pero el ‘pujolismo’ difícilmente hubiera sido hegemónico sin la otra faceta, la de instrumento útil ante los poderes del Estado. Sin el compromiso por la gobernabilidad. Sin el ‘roquismo’,  veces adoptado por el propio Pujol. Roca fue siempre Bismarck. Pujol, Bismarck de lunes a viernes y Bolívar los fines de semana.

PRIMER TRIUNFO Y HEGEMONÍA

En las primera elecciones al Parlament, y en medio de una amplia preocupación de sectores empresariales que temían la llegada de la izquierda, Pujol se convierte en su esperanza blanca. En esa visión no es ajeno el matrimonio con los democristianos de Unió. Un rédito más de imagen que de electores CDC vence contrapronóstico sobre PSC y PSUC. En una legislatura mágica en la que UCD desaparece, el PSUC se hunde por el avance del PSOE (Felipe González llega a la Moncloa en 1982) y en la que Pujol aniquila a ERC, se llega a 1984: la eclosión y primera mayoría absoluta.

Es el inicio de la hegemonía que se extiende hasta 1995. Un tiempo en que partido, Govern, Generalitat y Catalunya se confunden y se mezclan, a veces de manera irrefrenable y, las más, de manera interesada. El ‘caso Banca Catalana’ retoma el discurso de Pujol mártir. 

Asentado en Catalunya, Pujol, vía Roca, levanta la mirada hacia el resto de España. Catalunya era el único territorio que se les resistía a los socialistas, motivo por el que el conservadurismo mesetario vio con simpatía al ‘president’. Son los tiempos del ‘Español del Año’. En ese momento, Pujol y Roca tratan de crear una alternativa liberalprogresista, el Partido Reformista. El batacazo fue de aúpa e hizo crecer los recelos entre Pujol y Roca, dos socios que nunca mostraron una especial afinidad personal. Pujol se centró en Catalunya y la Generalitat. Roca, en España y el propio partido. Reparto de papeles.

LA CRISIS DE LOS 'FACTÓTUMS'

En 1989, el PSOE revalida por la mínima su mayoría absoluta. Se avecinaban tiempos de pactos en Madrid y de protagonismo para Roca. En 1991 Pujol pretende apartarlo del Congreso y le propone presentarse al Ayuntamiento de Barcelona, contra un olímpico Pasqual Maragall. Roca lo rechaza. Y llega el IX congreso de CDC, en el que Roca plantea un órdago a Pujol y renuncia a renovar como secretario general.. La secretaría general quedó vacante hasta 1993, cuando el propio Roca volvió al hogar.

La pérdida de la mayoría absoluta del PSOE en 1993 obligó a los socialistas a buscar el pacto con CiU. Felipe González le ofreció a Roca un ministerio y Pujol lo vetó. Era aun muy pronto para jugar a la sucesión de Pujol y el por entonces ‘president’ gozaba aun de una mayoría absoluta, la última, recién reeditada en 1992.

Los mismo que daban palmaditas a Pujol en los 80 por ser la piedra en el zapato del PSOE recibieron airados el pacto de 1993. Se empezó desde los medios más ultramontanos y desde los sectores más montaraces del PP a sentar las bases de la catalanofobia, expresada sobre Jordi Pujol.

Viendo el camino en subida, Roca trató de buscar un atajo. Dejó Madrid e intentó el asalto a la alcaldía de Barcelona, otra vez contra su buen amigo y excorreligionario en el FOC Maragall. La alcaldía podía ser el mejor trampolín para suceder a Pujol. Roca perdió.

SOBERANISMO ANTES DE TIEMPO

Roca se resigna a suerte de Raymond Poulidor bajo la sombra de Jacques Anquetil; CDC pierde en otoño la mayoría absoluta en el Parlament y, en la primavera del 96, firma el Pacto del Majestic que aupó a José María Aznar. Ora el PSOE, ora el PP. El pacto enervó a parte del electorado y conllevó, como reacción, que en el congreso del mismo 96 Jordi Pujol, ya sin la oposición pragmática de Roca, abriera la mano, brevemente, a posiciones más soberanistas. Pere Esteve, quien acabó por militar en ERC, fue elegido secretario general y Felip Puig, todopoderoso secretario de organización.

En noviembre de 1999, CiU gana las elecciones al PSC de Pasqual Maragall, aun cuando esté había vencido en número de votos. Y eligió al PP como socio. Seis meses después, Aznar logró la mayoría absoluta y se quitó de encima a CDC.

LA SUCESIÓN DEL LÍDER MÁXIMO

Las del 99 fueron las últimas elecciones de Jordi Pujol. En la línea de salida de la carrera sucesoria, Artur Mas (secretario general de CDC desde el 2000) y Duran. La pugna fue sangrienta y abrió heridas entre Mas y Duran que, de hecho, no se solucionaron hasta hace el divorcio de CDC y UDC de hace un año. Mas fue elegido ‘conseller en cap’ en enero del 2001 y CiU, acaso para fortalecer una relación más que dañada, pasó de coalición a federación. En enero del 2002 fue ungido com candidato a la Generalitat, en un miting que pasaría a la historia porque Pujol, genio y figura, le robó todos los titulares..

LA ERA MAS

En el 2003, en el debut de Mas como cabeza de lista, CiU pierde la Generalitat, pese a volver CDC a conseguir más escaños.Es la legislatura del inicio de la travesía por el desierto (hasta 2010),  del Estatut y del pacto de Mas sobre la Carta autonómica a hurtadillas en la Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero, ‘puenteando' al President de la Generalitat. Es también cuando, de nuevo, Maragall,hace aflorar la punta de un iceberg con el que acabarán hundiéndose las siglas de CDC: "Ustedes tienen un problema, que se llama 3%”.

EL INDEPENDENTISMO SOBREVENIDO

Mas llegó a la presidencia de CDC tras haber sido el número 2 de Pujol en el Govern y de Roca en el ayuntamiento. Es una síntesis de ambos. Exhibió moderación en la oposición, que le valió para llegar a la Generalitat en el 2010 y, a partir del 2012, sacó el liberador nacional que escondía muy adentro. Coincidiendo con el proceso soberanista, explotó la bomba que ha conducido a la refundación de esta semana: el ‘caso Pujol’. Y el ‘caso 3%’. Y, todavía, el ‘caso Palau’.

Su ascendente sobre la militancia convergente crece al mismo tiempo que disminuye su apoyo electoral. De los 62 escaños obtenidos en el 2010, tras el tripartito, pasó a los 50 al inicio de la oleada independentista que los convergentes alentaron con la esperanza de rozar, de nuevo, la mayoría absoluta. Ahí nació la némesis de Mas, como Maragall lo fue de PujolOriol Junqueras. El resto, es reciente. Doblegó al republicano para ir en lista única el pasado 27-S y fue apartado de la presidencia por la CUP.

Y ahora toca renacer y reflotar. Con un Mas centrado en el partido, como haría Roca, porque no le dejan hacer de Pujol. Y con el objetivo homérico, nada menos, que de repetir la historia de los últimos 42 años. Y a poder ser sin icebergs.