en 'salvados'
Iglesias y Rivera se enfangan en un cara a cara subido de tono
La crispación entre los líderes de Podemos y Ciudadanos eclipsa el debate político

Pablo Iglesias y Albert Rivera se saludan antes de comenzar el cara a cara, moderado por Jordi Évole, en 'Salvados', de La Sexta. / periodico

Ignasi Fortuny
Ignasi FortunyPeriodista. Principalmente, escribo sobre música.
IGNASI FORTUNY / BARCELONA
El "y tú más" tenía versión 2.0. La nueva política, desde el 20-D ya asentada en el Congreso, debatió en un segundo cara a cara moderado por Jordi Évole en 'Salvados'. Aunque más bien se enfangó en un duelo con más rifirrafes que diálogo. En un escenario diferente, del bar Tío Cuco de Nou Barris (Barcelona) se pasó a una sala del Círculo de Bellas Artes (Madrid), se volvieron a sentar el líder de Podemos, Pablo Iglesias, frente a su homólogo de Ciudadanos, Albert Rivera. Además del plató, sus protagonistas también habían cambiado. Convertidos ahora en los máximos responsables del tercer y cuarto partido de la cámara baja, dejaron a un lado el tono cordial que mostraron en su primer encuentro emitido en La Sexta en octubre, aún como aspirantes. En estos ocho meses que han transcurrido desde entonces, han afectado -como se ha podido comprobar esta noche- las tensiones existentes crecidas en los diálogos en el Congreso y asentadas durante la negociación para formar Gobierno. Una ingobernabilidad, y la correspondiente convocatoria de elecciones, que se convirtió en uno de los argumentos más insistentes de Rivera para atacar al secretario general de Podemos. "No hubo Gobierno por personalismos", espetó el líder del partido naranja. Una formación que, según Iglesias, ejerce de "filial del PP".
El tono y las formas eclipsaron al diálogo y la política, recordando al cara a cara antes del 20-D entre Mariano Rajoy (PP) y Pedro Sánchez (PSOE), seguramente ganadores involuntarios de la noche. Con Venezuela en el centro del mapa español, Iglesias y Rivera se encontraron en medio de una batalla de acusaciones sobre demagogia, en la que también apareció la crisi de refugiados, tema que causó el momento más tenso del cara a cara. "Ya podemos dar por enterrado el espíritu del Tío Cuco...", lamentó el moderador.
A pesar del enredo dialéctico, hubo tiempo para promesas cara el 26-J y, sobre todo, en referencia a unas posibles posteriores negociaciones para formar un Ejecutivo. El candidato de Ciudadanos aseguró que nunca estarán en un Gobierno en el que esté Rajoy. "Tendría que haber un cambio de equipo -en referencia a los mandos del PP-", acotó. Por su parte, el candidato podemita ha insistido en que su partido solo está dispuesto a gobernar con el PSOE y que también valora llegar a acuerdos con "fuerzas políticas vascas o eventualmente con fuerzas políticas catalanas". Y Rivera repreguntó: "¿Independentistas también?". "Sin ningún problema", sentenció su oponente.
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